Los masajes en los pies alivian las molestias del embarazo

Algunas de las molestias típicas que suelen padecer las embarazadas, como el dolor de espalda y el estreñimiento, pueden combatirse con unos buenos masajes en los pies realizados por un especialista en reflexología podal. Con sólo unas pocas sesiones, la futura mamá podrá comenzar a sentirse mucho mejor.

Aquellas mujeres que elijan esta opción, deben acudir en un principio a un centro especializado, para ser atendidas por un terapeuta profesional. Aunque con el tiempo es sencillo aprender la técnica para poder darse los masajes cada una.

La reflexología podal se fundamenta en que casi la totalidad de las zonas del cuerpo se hallan reflejadas en las plantas de los pies. Por esta razón, cuando un órgano o glándula funciona mal, ello queda de manifiesto en los pies. De modo que con masajes y presionando los puntos que evidencian cierta alteración, es posible liberar la tensión producida así como favorecer la circulación de sangre a los órganos del organismo que se hallan afectados, aliviando el dolor.

Si bien la reflexología es practicada desde la antigüedad, fue recién en el siglo XX cuando comenzó a ser aplicada como terapia.  Resulta muy indicada para la eliminación de toxinas, el mejoramiento de la circulación y la regulación del sistema nervioso. Asimismo, esta práctica permite dar solución a otras dolencias más específicas, como es el caso del estreñimiento.  También, es de gran utilidad en los partos prematuros e incluso en los que las contracciones son demasiado débiles. En este último caso, es conveniente que el masaje sea aplicado a ambos lados del talón de Aquiles o en el lado posterior del tobillo, pues la reflexología puede evitar tener que inducir el parto de manera artificial cuando éste se retrasa.

Sin embargo, no se aconseja esta práctica durante los primeros meses de embarazo, así como en pacientes con trastornos en los pies o con enfermedades infecciosas,  y en embarazos de riesgo.

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Cómo aliviar los cólicos en los bebés

Los cólicos, sobre todo en los bebés de menos de seis meses, conforman una dolencia bastante frecuente. Por lo general, son provocados por la intolerancia a la leche materna, sobre todo cuando la madre sigue una dieta rica en alimentos a los que son sensibles, como es el caso de  bebidas gaseosas, comidas picantes, etc; o porque no  toleran la leche de fórmula;  cuando se traga aire por el chupón del biberón, al comer pues está tragando aire; y al no eructar lo suficiente. También, el estado de ánimo de la madre puede influir en el bebé, provocándole cólicos.
Cuando un bebé llora de manera incesante y prolongada, sin ningún motivo aparente como hambre o el pañal sucio, y atrae sus rodillas hacia el vientre, éste es considerado como llanto por cólico.
De modo que cuando observes que tu bebé tiene cólicos nunca pierdas la calma,  todo tiene solución. Si te desesperas, le puedes llegar a transmitir tu ansiedad al bebé, agravándole sus molestias.
Siempre es fundamental hacerle eructar luego de tomar la leche, con su cabeza colocada por encima de uno de tus hombres, sobándole la espalda.
El agua de anís es muy efectiva para calmar los cólicos. Así que puedes preparara un té con esta hierba y, luego de dejarla entibiar, dársela con una cuchara.
Los masajes pueden ayudarlo mucho al pequeño para calmarle los dolores estomacales, al igual que la música clásica, pues está comprobado  que es un excelente calmante para los bebés.
Para prevenir los cólicos es importante que cuides tu dieta, evitando ingerir aquello que creas puede estar afectando tu leche, cambies de fórmula, previa consulta con el pediatra,  y cambies de tetina en caso que el biberón posea el orificio muy grande.

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Cómo aliviar los cólicos en el lactante

Últimamente, se ha generalizado la teoría del cólico, el cual es tradicionalmente conocido en pediatría como cólico vespertino o cólico de los tres meses, que se manifiesta como llanto inexplicable.
Los cólicos por lo general son asociados con las molestias vinculadas con el aparato digestivo, todavía inmaduro, que ocasionan dolores de panza, retorcijones o gases.
Si bien es poco probable evitar los cólicos, es posible aliviar el dolor del bebé mediante algunas técnicas.
Es importante observar la succión del bebé, corrigiéndola en caso de que trague mucho aire al amamantar, ayudando de ese modo a que tenga menos gases.
También, es bueno hacer movimientos suaves con sus piernitas, imitando el movimiento de pedaleo.
Sostenerlo boca abajo, sobre el antebrazo,  masajear su pancita con movimientos circulares, darle un baño de agua tibia o mecerlo y arrullarlo, son otras de las cosas que suelen calmar al pequeño.
Generalmente, los cólicos tienden a desaparecer cerca de los 3 meses, momento en que madura el intestino.
Una de las creencias más extendidas es aquella que sienta por hecho la relación entre los cólicos del lactante y los alimentos que ingiere la mamá. Sin embargo, los cólicos son normales en todo lactante y, hasta tanto no madure su intestino, es poco lo que podemos evitar.
Es bueno aclarar que los alimentos que ingiere la madre no pasan de manera directa al bebé, pero existen algunos alimentos, como el ajo o los picantes, que por su fuerte sabor pueden alterar de algún modo el gusto de la leche, generando en el bebé un rechazo momentáneo de la misma.
Algunas mamás, han notado que cuando ellas comen alimentos que les ocasionan gases, sus bebés se ponen más molestos y suelen tener más cólicos de lo habitual. Esto quizá se trate de algo más psicológico que fisiológico en sí.

Trucos para aliviar el problema de las piernas hinchadas en el embarazo

Una de las cosas más temidas y molestas del embarazo, sobre todo durante el verano, son  las piernas hinchadas. La horrible sensación de que tus piernas pesan más de lo habitual, es bastante más que eso, debido a que influye en el movimiento, las caminatas saludables, entre otras cosas.
Este problema, puede deberse a múltiples factores, como la retención de líquidos, aumento de compresión en la zona pélvica producto del crecimiento fetal, aumento de la presión del útero en las venas de la pelvis (dificultando la circulación en los miembros inferiores),  entre otras posibilidades.
Si a ello le sumamos el exceso de peso y las altas temperaturas, el escenario es el menos indicado para aliviar este trastorno que es preciso controlar desde el comienzo. Existen diversos trucos para aliviar o contrarrestar el problema de las piernas hinchadas. Haz caminatas y/o  ejercicio de manera regular. Resultan perfectos aquellos que puedes hacer bajo el agua ya que la inmersión reduce la sensación de pesadez, al tiempo que te sientes más fresca y relajada. Además, debes controlar y, en lo posible, disminuir el consumo de sal en las comidas.
Otro buen truco es elevar las piernas tantas veces al día como puedas; en el trabajo, en tu casa, especialmente por la noche. Prueba dormir con el colchón más elevado en la parte de las piernas.
Por último, si posees quien pueda realizarte unos masajes mejor aún,  en especial por la noche  y utilizando cosméticos de efecto frío, drenantes y promotores de una buena retro circulación.

Embarazo y estrés

Embarazo y estrés

El estrés en rasgo generales casi siempre se asocia con una persona hiperactiva, que se preocupa por demás y durante el embarazo, esto puede interferir el desarrollo armonioso que el bebé necesita para su crecimiento, por eso es muy importante tener presente que la futura mamá debe tratar de no tener preocupaciones, evitar el exceso de responsabilidades laborales, las peleas y discusiones con su pareja para no verse afectada.

El estrés en la mayoría de las veces sobre todo durante el embarazo, proviene de situaciones cotidianas, como preocupaciones extremas, el no poder llevar la situación del embarazo y sentirse incomprendida por los hijos mayores, la pareja o la familia, o el atravesar momentos críticos ya sean laborales, personales o que se viven a diario.

Las mujeres muchas veces no pueden manejar el exceso de preocupación y éstos influyen silenciosos pero negativamente en sus embarazos, hay personas que siempre están programadas negativamente, se preparan para cualquier desastre y viven sus vidas en torno a la fatalidad. Esto puede afectar generando en el organismo grandes picos de estrés.

En el caso de la familia, cuando una futura mamá está embarazada, es normal que sus hijos mayores o que todo el entorno no sepa cómo comportarse y no entienda que la futura mamá a veces no alcanza a cumplir con todas aquellas cosas a los que los tiene acostumbrados, de allí se generan un sinfín de sentimientos encontrados, reproches, y esto también puede causar estrés.

Por eso se recomienda que una mujer embarazada cuando el estrés la invade, sepa distinguirlo, y canalizar todas esas energías negativas para transformarlas en positivas y así evitar complicaciones. El relax, los masajes y la actividad física son de gran ayuda para los momentos de estrés.