Lactancia para proteger el corazón femenino

Dar de mamar a nuestro pequeño bebé, tiene múltiples beneficios, por eso siempre que podamos debemos prenderlo inmediatamente al pecho, dado que es uno de los mejores alimentos que el pequeño puede recibir los primeros meses de vida, además de significarle a su madre un medio de prevención y cuidado para su propia salud.

Estudios realizados recientemente aseguran que la lactancia materna tiene grandes influencias sobre la salud de la mujer, sobre todo a niveles cardíacos y cardiovasculares. En éste estudio se revela que aquellas mujeres que tienen la posibilidad de dar de mamar a sus hijos a lo largo de su vida por lo menos durante 24 meses, poseen menos posibilidades de contraer enfermedades cardiovasculares, resguardándolas de los conocidos accidentes cerebro vasculares o trastornos relacionados con el sistema cardíaco.

Estos estudios que se realizan constantemente sobre la lactancia materna, le permiten a la mujer saber la gran importancia que tiene amamantar, tanto para ella como para su pequeño bebé, por eso hay que prepararse a lo largo de los 9 meses que dura la gestación para luego llevar una lactancia saludable y permitir que éste sea el mejor de todos los alimentos que pueda recibir un niño.

Recuerda que durante la lactancia se debe cuidar la dieta, la mujer debe mantenerse siempre hidratada, y el niño debe mamar, cada vez que lo solicite, ya que todos éstos tips permiten que la leche materna sea abundante y de buena calidad, aportando todos los nutrientes que un bebé necesita para desarrollarse saludablemente.

¿Por qué duelen los pechos cuando tenemos que amamantar?

Por qué duelen los pechos cuando tenemos que amamantar

Muchas mamás notan sobre todo cuando es la primera vez que tienen que amamantar a un niño, ciertas molestias o dolores en los senos y pezones, preguntándose porque sucede esto. Debemos destacar que la lactancia no tiene porque ser molesta ni dolorosa, aunque en los primeros días, esto puede resultar algo molesto, dado que los pechos no se encuentran acostumbrados a una succión constante.

Bajo ningún punto de vista conviene privar al pequeño del alimento materno, porque el mismo nos causa dolor, lo mejor en estos casos es intentar prenderlo al pecho cada vez que el niño lo requiera ya que así con el correr de los días los senos de la madre se irán acostumbrando y las molestias desaparecerán.

Para evitar las molestias o dolores cuando los senos están completamente llenos de leche, y el bebé no desea alimentarse, lo mejor será que la mamá los vacíe ayudándose de un sacaleches. En el mercado hay gran diversidad de éstos aparatos que resultan muy útiles, sobre todo porque nos permiten almacenar nuestra propia leche materna y brindársela al bebé cuando él la necesite, en el caso de que no podamos amamantarlo.

Tanto los senos como los pezones son extremadamente sensibles, por eso debemos cuidarlos de que no se agrieten ni lastimen, ya que esto puede llegar a provocar una mastitis, la cual es una infección muy común durante la lactancia. Recomendamos que luego de amamantar al bebé, limpies la zona y con la misma leche recubras el pezón, para hidratarlo y protegerlo, de ésta manera podrás evitar grietas y lastimaduras.

Lactancia, ¿Qué es la mastitis?

Lactancia, Qué es la mastitis

Muchas mamás cuando se encuentran dando el pecho sienten ciertas molestias, sobre todo al principio, o luego de dar el pecho cercano a la hora que el niño debe volver a alimentarse. Esto es absolutamente natural, ya que los senos se vacían luego de alimentar al pequeño y vuelven a llenarse rápidamente antes de que se cumpla el tiempo de volver a dárselo.

La mastitis es una infección que puede aparecer en uno o en ambos senos y generalmente su causa son gérmenes que ingresan mediante la piel a través de los conductos de la mama. Es muy común que cuando una esta amamantando aparezca éste tipo de infección, que además provoca grietas y lastimaduras en el pezón incrementando aún la posibilidad de que la infección empeore.

La forma de prevenir la mastitis más allá de que pueda parecer raro es prendiendo al bebé más seguido y sin interrumpir la lactancia, cuando una no deja pasar mucho tiempo entre toma y toma, sobre todo en los primeros días esto es de gran ayuda. En el caso de aquellas mujeres que tienen leche materna en abundancia, se recomienda el uso del sacaleches, para evitar la congestión en los senos y de esa forma mantenerlos aliviados del dolor o las molestias que esto pueda causar.

La higiene es imprescindible en estos casos. Los pezones, antes de amamantar deben lavarse con un poco de agua tibia evitando el uso de productos que resulten irritantes. Luego de dar el pecho debes higienizar nuevamente el seno y tratar de que el mismo siempre permanezca seco. En el caso de utilizar protectores mamarios, lo mejor es que cuando el mismo se encuentre húmedo, lo cambies justamente para evitar que al estar la piel húmeda, pueda lastimarse.

La mastitis, muchas veces puede provocar, dolor, tensión en los senos, y fiebre, en esos casos sobre todo si la fiebre es muy alta no dejes de consultar con tu médico de confianza. Si es solamente uno de los senos el que se encuentra afectado puedes amamantar a tu pequeño bebé, con el otro hasta que éste se cure, y retirar la leche del pecho afectado con el sacaleches.

Algunas recomendaciones a la hora de extraer la leche (II)

Un error de principiante es sacar toda la leche que necesitamos, en una sola toma. Eso no es necesario. Y, tampoco, tenemos que separar las diversas cantidades de leche que hayamos extraído a lo largo de todo el día. Si las cantidades que se han extraído se hayan montando a una temperatura que está entre los 0 y los 15 grados, podremos usar el mismo recipiente para poder guardar la leche que acabamos de extraer, eso sí, por un período que no supere las 24 horas. Después de este tiempo, hay que seguir la recomendación para que el almacenamiento sea perfecto, teniendo en cuenta la fecha y la hora de la primera extracción. Si la leche que hemos extraído se mantiene a una temperatura de entre los 19 y 22 grados, podemos almacenarla durante un máximo de 10 horas. Si la leche que hemos extraído la dejamos a una temperatura de 25 grados, el tiempo de almacenamiento no va a superar las seis horas.extraer leche materna

Si vamos a congelar la leche, lo mejor es que lo hagamos en pequeñas cantidades, así haremos más fácil su descongelación. El mejor método para descongelar la leche es poner el recipiente bajo un chorro de agua bien fría y, hacer que el agua vaya aumentando su temperatura, poco a poco. No es bueno que echemos la leche en el fuego, de manera directa. Como no sabemos la cantidad de leche que va a tomar el bebé, lo mejor es darle pequeñas cantidades del recipiente que hayamos elegido (un vaso, un biberón, una cuchara o una jeringa). Si quiere más, lo iremos rellenando con más leche. Lo importante es tener claro que en el momento en el que la leche tenga contacto con la saliva del pequeño, esta ya no vale, tendremos que tirarla. Eso sí, en el momento en el que se haya descongelado, podremos guardarla en la nevera, por un máximo de 24 horas.

Algunas recomendaciones a la hora de extraer la leche

Cuando decidimos extraer nuestra leche, debemos tener en cuenta una serie de hechos para que esté en las mejores condiciones. Este tipo de acción lo puede hacer cualquier madre: las que tienen niños sanos o las que han tenido un niño prematura, que está en la incubadora; las que la extraen para alojarla en casa, o en el hospital.extraer leche

Debemos tener las manos bien limpias, antes de realizar la susodicha extracción. También, debemos usar recipientes que hemos lavado con agua caliente con jabón, y hemos enjuagado de forma correcta. También, debemos ponerle la fecha a todos los frascos de leche, antes de almacenarlos -así sabremos de cuando son, sin ningún tipo de problema. Si la depositamos a temperatura ambiente, la leche no pasará de las 24 horas. Si la dejamos en el frigorífico nos durará entre 5 y 8 días. Si decidimos congelarla, nos durará dos semanas -si nuestro congelador es de tipo combi, nos durará entre 3 y 4 meses-. Y, si es un congelador comercial, puede durar más de 6 meses. Si queremos congelar la leche, lo mejor es emplear envases de plástico que sean duros o de vidrio, que sean aptos para los alimentos.

También, en el mercado nos vamos a encontrar con bolsas especiales para poder almacenar leche de maternidad -nunca mezcles leche que esté congelada con leche que no haya estado un ratito en la nevera enfriándose-.

La leche que hemos congelado debe ser descongelada y calentada al baño maría. No debemos dejar que hierva; pues, entonces, se estropeará. Antes de probar la temperatura, debemos agitarla. Y, ni se te ocurra calentarla en el microondas. Si la leche se ha descongelado, debemos guardarla en la nevera por un máximo de 24 horas. Ya no se podrá descongelar.

Cuanta más leche tome el bebé, más produce el pecho

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El mayor estímulo que tiene el propio pecho a la hora de producir leche es la succión que hace el bebé. Lo que tenemos que tener muy claro es que cuantas más veces se agarre el bebé al pecho de la madre y cuanta más leche consuma, más leche producirá el pecho. La realidad es que la cantidad de leche que produce el pecho se ajusta, por naturaleza, a la que consume el bebé, y a las veces que vacía el pecho, cada día. También, debemos tener en cuenta que  la cantidad de leche va a ser diferente, según el momento del día en el que esté el niño. No debemos asustarnos si los primeros días la leche que nos sale es amarilla, es lo que se conoce como calastro y posee una gran cantidad de proteína y de sustancias antiinfecciosas; después, aparecerá la leche más madura. Al principio de la toma es normal que nuestra leche tenga una forma más “aguada”; pues, es al final de la misma cuando va a aumentar la cantidad de grasas que toma. Aunque muchas madres primerizas tengan miedo de ello, tranquilas. No existe leche de mala calidad, ni nada parecido. La leche materna -excepto si hay una enfermedad-, siempre es adecuada a las necesidades del bebé y es todo lo que necesita para su perfecto crecimiento. Cuando el niño acaba de nacer no debemos cometer el error que cometen muchas madres de ofrecer chupetes ni ningún tipo de biberón. La razón es que el bebé se puede llegar a confundir y acostumbrar a la tetina del biberón y, después de eso, agarrarse al pecho de su madre como si fuera la tetina, lo que haría que la toma no fuera tan efectiva.

La leche materna debería ser tomada a la misma hora, a la que fue extraída

Según un estudio llevado a cabo por la revista Nutritional Neuroscience, la leche materna tiene unos niveles distintos de núcleotidos -muy importantes para la regulación del sueño del bebé- cuyo porcentaje va a ir variando, dependiendo del momento del día en el que estamos. La máxima concentración de nucleótidos es durante la noche, por esto se piensa que la leche podría ser un inductor del sueño del pequeño: “La leche tiene una composición que es propia del día y promueven la actividad del lactante, y otros propios de la noche que facilitan su reposo”, por tanto sería un error sacarse la leche por el día, y dársela por la noche, por que estaríamos excitando al bebé. Además, con la leche materna se logra cubrir las necesidades fisiológicas del niño, además de protegerle de catarros, diarreas o del temido síndrome de muerte súbita del lactante y previene de enfermedades como son el asma, la alergia o la obesidad y hace que se desarrolle mejor la intelectualidad del mismo.

Lactancia maternaSegún un estudio llevado a cabo por la revista Nutritional Neuroscience, la leche materna tiene unos niveles distintos de núcleotidos -muy importantes para la regulación del sueño del bebé- cuyo porcentaje va a ir variando, dependiendo del momento del día en el que estamos. La máxima concentración de nucleótidos es durante la noche, por esto se piensa que la leche podría ser un inductor del sueño del pequeño: “La leche tiene una composición que es propia del día y promueven la actividad del lactante, y otros propios de la noche que facilitan su reposo”, por tanto sería un error sacarse la leche por el día, y dársela por la noche, por que estaríamos excitando al bebé. Además, con la leche materna se logra cubrir las necesidades fisiológicas del niño, además de protegerle de catarros, diarreas o del temido síndrome de muerte súbita del lactante y previene de enfermedades como son el asma, la alergia o la obesidad y hace que se desarrolle mejor la intelectualidad del mismo.

La leche materna posee bífido bacterias buenas para la salud

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Un grupo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid ha logrado aislar, por primera vez, un tipo de bífido bacteria que encontramos en la flora intestinal -en la leche materna-, lo que demuestra que este alimento, también, es fuente de microorganismos que son buenos para la salud del bebé. Esto hace que se pueda trabajar en la idea de emplear estos bífido bacterias como probióticos -que contribuyen al equilibrio de la flora intestinal- en preparados farmacéuticos o en fórmulas para los más peques. Si un bebé ingiere unos 800 milímetros de leche materna, cada día; también, estará recibiendo entre 1 y 10 millones de bacterias de diferentes especies y géneros. También, hay que recordar que la leche de cada madre posee una composición bacteriana diferente, lo que hace que se transfiere al bebe.
Un grupo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid ha logrado aislar, por primera vez, un tipo de bífido bacteria que encontramos en la flora intestinal -en la leche materna-, lo que demuestra que este alimento, también, es fuente de microorganismos que son buenos para la salud del bebé. Esto hace que se pueda trabajar en la idea de emplear estos bífido bacterias como probióticos -que contribuyen al equilibrio de la flora intestinal- en preparados farmacéuticos o en fórmulas para los más peques. Si un bebé ingiere unos 800 milímetros de leche materna, cada día; también, estará recibiendo entre 1 y 10 millones de bacterias de diferentes especies y géneros. También, hay que recordar que la leche de cada madre posee una composición bacteriana diferente, lo que hace que se transfiere al bebe.

La lactancia hasta los dos años, podría salvar la vida de 1.5 millones de niños

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Si la madre prolongará la lactancia hasta que el niño cumpliera los dos años podría salvar la vida de 1.5 millones de niños, cada año, según ha hecho publico la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según Elisabeth Masan, directora de Sanidad Infantil y Adolescente:»Actualmente, alrededor del 35% de los niños en el mundo reciben únicamente manutención de leche materna durante sus 6 primeros meses de vida (…)Pero se salvarían 1,5 millones de vidas adicionales de menores de 5 años en el caso de que todos los bebés recibieran sólo leche materna en sus seis primeros meses tras el parto, y de forma intermitente hasta que cumplieran dos años». Además, recuerdan que el mejor alimento que puede recibir un niño es la leche materna:»Es segura, proporciona a los niños los nutrientes que necesitan para su desarrollo saludable y contiene anticuerpos que protegen a los pequeños de las enfermedades típicas de la infancia». Pero, todavía, se encuentran con muchas madres que deciden dejar de amamantar al poco de dar a luz. La OMS aconseja que los niños no tomen otro alimento o bebida que no sea la leche materna, al menos si el médico no indica lo contrario.

Las claves de la lactancia materna (II)

Un hecho curioso es que, cuando más mame el bebé, más leche va a crear la madre. Pero, debemos tener en cuenta que hay un equilibrio natural, que no debemos forzar. Es el bebé el que marca las pautas, el que va a mamar, según lo necesite o no. No tenemos por que tener la sensación de tener el pecho lleno de leche. La naturaleza ha hecho que la leche se produzca, de manera principal, durante el momento de la toma, gracias a que la succión que realiza el bebé lo estimula. Debemos evitar, de la mayor manera posible, los biberones “de ayuda” o el suero glucosador.lactancia materna

Este tipo de productos llevan al bebé y hacen que los bebés pasen de hacer la acción de mamar. Este hace que el bebé no quiera succionar y, al hacerlo menos, provoca que las glándulas mamarias de la madre produzcan menos leche. También, debemos evitar el chupete. Por lo menos, las primeras semanas de su vida, hasta que el estado de lactancia esté muy bien establecido. Debemos tener en cuenta que los pequeños deben aprender a mamar el pecho y, claro, las tetinas de manera artificial, como pueden ser los chupetes o el biberón hacen más difícil el aprendizaje. Los bebes no sólo succionan por culpa del hecho, también lo hacen por que necesitan succionar o por que quieren consuelo, o sea, sólo quieran un poco de cariño, de amor de su madre. Si queremos calmar a nuestro pequeño, lo mejor es darle un poco de pecho. También, tenemos que tener tiempo para cuidarnos, mientras nuestro pequeño está durmiendo. Y, son tenemos alguna duda, lo mejor es consultar a las enfermeras, en el hospital; o, en las mujeres de la familia que ya han tenido algún hijo.

Almacenamiento de leche

La madre puede, si se ve obligada, extraer la leche para poder darle de comer al pequeño, en otro momento del día. Extraer leche, de manera manual o con la ayuda del sacaleches. De todas maneras, hay que advertir que se necesita un poco de práctica para hacerlo; pero, cada vez son más las mujeres que deciden realizar esto, para dar a sus hijos la leche materna, si no van a poder estar con él, en el momento de la toma. La clave para que esto sea efectivo, está en el hecho de que debemos conseguir que el efecto de la succión sea el doble, para conseguir que la leche salga. Para conseguir esto se aconseja hacerlo en un lugar íntimo, tranquilo y donde podamos pensar en el pequeño.

Debemos elegir un lugar donde no haya muchas interrupciones, donde podamos estar tranquilas. Tenemos distintos métodos en el mercado de extracción de leche, que van a ir dependiendo de las causas de la separación y de la edad del bebé. También, debemos tener mucho cuidado con el tema de la limpieza, como el buen lavado de las manos y de todos los utensilios que vamos a usar, tanto en la extracción, en la recolección y en el almacenamiento de nuestra leche. Dicha extracción se puede hacer de manera manual, que es como se hacía antiguamente, en los pueblos primitivos -y, no tan primitivos-. Esta es la mejor opción si la separación va a ser por un período corto de tiempo. Si va a ser por un período de tiempo largo, entonces, lo mejor es un sacaleches eléctrico.

Dentro, también, de los sacaleches, los hay de tipo manual, que se basan en imitar la acción de una jeringa, o que se pueden usar de una sola manera. Entre los eléctricos, nos encontramos con algunos que nos ofrecen la posibilidad de extraer de un pecho, o de los dos a la vez -lo que hace que nos ahorremos la mitad del tiempo-.