Gastroenteritis aguda: Un problema serio para los más pequeños

Más allá de que el campo de la medicina experimenta avances continuamente, la gastroenteritis aguda (GEA) continúa siendo un problema serio para los más pequeños, especialmente en los países subdesarrollados donde constituye una de las principales causas de mortalidad infantil. Se trata de una enfermedad muy común en la población, ya que se estima que por día alrededor de 200 millones de personas de todo el mundo la padecen, en su mayoría niños menores de 18 meses, de ahí su gravedad. Esto hace que sea uno de los principales motivos de consulta y hospitalización, por lo que es importante conocer las repercusiones que esta afección puede llegar a tener entre los pacientes pediátricos.
En tal sentido, se trata de una enfermedad por lo general infecciosa que provoca una pérdida desmedida de líquido y electrolitos mediante el sistema gastrointestinal, que se traduce en un aumento de las deposiciones, lo cual conlleva la pérdida de peso en quienes la padecen. Estos síntomas, en ocasiones suelen ir acompañados de fiebre, vómitos y dolor en la zona del abdomen. Si bien es muy común en los niños, si es tratada de manera correcta no existen riesgos mayores.
La GEA puede presentarse por múltiples causas, aunque usualmente se produce por una infección, en especial, por el rotavirus, considerado el mayor causante de gastroenteritis aguda, que llega a provocar por año unos 2,8 millones de episodios en la población infantil de toda Europa. Se da con frecuencia en las guarderías, pues en ese ámbito tanto las mesas, como los juguetes y demás utensilios se convierten en transmisores de la enfermedad. Por ello, resulta esencial adoptar los hábitos de higiene adecuados para poder lograr reducir la cantidad de casos.
El tratamiento que suele recomendarse, aunque no es el más extendido, es la hidratación oral que ayuda al organismo a recuperar el líquido perdido. De todos modos, los médicos generalmente optan por la  hidratación intravenosa para el tratamiento de la enfermedad. 
Además, existe una vacuna que previene el rotavirus. Consiste en dos dosis, siendo administrada la primera a partir de las seis semanas de vida, mientras que la segunda debe aplicarse antes de las 24 semanas, cuidando que haya un intervalo mínimo de cuatro semanas entre una y otra dosis.

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La gripe en el embarazo

La gripe es una enfermedad que genera bastantes molestias por unos días, pero que después desaparece sin dejar rastro. Sin embargo, los niños pequeños, los ancianos y las mujeres embarazadas conforman grupos de riesgo ante esta enfermedad, porque pueden sufrir complicaciones mayores.
En el caso de las embarazadas, poseen más riesgo de sufrir complicaciones por la gripe durante el segundo y tercer trimestre de gestación. Si además del embarazo, padecen enfermedades como obesidad, asma o diabetes, los efectos de la gripe pueden ser mayores.
Las complicaciones que suelen darse más comúnmente son neumonía y bronquitis, entre otras enfermedades respiratorias. En cuanto al bebé, éste puede nacer prematuro o con bajo peso.
Los síntomas de la gripe son los mismos en todas las personas: fiebre, tos, pérdida de apetito, mucosidad, dolor de garganta, espalda o cabeza, entre otros.
Para la prevención de la gripe, aparte de tomar las medidas lógicas, como no estar en contacto con personas resfriadas o con gripe, lavarse con frecuencia las manos y permanecer en sitios con buena ventilación; las embarazadas deben vacunarse contra el virus de la gripe. En efecto, la vacuna reduce el riesgo de complicaciones en caso de contagio de la enfermedad y protege al bebé desde su nacimiento hasta los seis primeros meses de vida.
Si a pesar de haberse vacunado la mujer embarazada contrae la gripe, un antiviral es lo único que le puede administrar el médico. De manera que, de presentar algunos de los  síntomas de gripe, sobte todo si se tiene dificultades para respirar, es conveniente acudir rápidamente a un centro de salud.
Los típicos medicamentos que se utilizan para aliviar los síntomas de la gripe puede que no sean seguros, debido a que contienen diversos fármacos. Es preferible evitarlos, en especial durante los primeros 3 o 4 meses de la gestación. De todos modos, los médicos suelen indicar que se tome paracetamol, medicamento que sirve para controlar la fiebre y aliviar el malestar habitual de la gripe, aunque algunos estudios han revelado que su consumo puede acarrear problemas respiratorios en la infancia. Por eso, nunca se debe tomar ningún mediante sin antes consultar con el médico.

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Sólo el 4% de los niños posee completo el calendario de vacunas

A pesar de las numerosas campañas que dan cuenta de la importancia que tiene respetar el calendario de vacunas durante la infancia, a nivel mundial sólo el 4% de los niños se hallan actualmente totalmente inmunizados por haber recibido las 11 vacunas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Lamentablemente, esta cifra alarmante revela que pocos son los adultos y responsables de la salud que consideran lo importante que es respetar el cronograma de vacunas para la protección de los niños. Dicho plan vacunatorio tiene que ser seguido al pie de la letra en lo que respecta a tiempos y desarrollo, motivo por el cual la Alianza Mundial para la Inmunización y la Vacunación (GAVI) lucha por conseguir una cobertura universal.
Si bien se desconoce cuál es promedio de niños que reciben las 11 vacunas, pues no hay forma de saberlo ya que hasta ahora sólo se miden tres de ellas, se estima que oscila el 4% en todo el mundo. Pero con las labores denodadas que viene desarrollando GAVI desde hace diez años, se espera poder llegar a una cobertura del 10% en el 2015.
El problema pareciera residir en que hasta el momento la comunidad sanitaria mundial tan solo mide la cobertura del DPT3, que estipula vacunar a los niños tres veces contra el tétanos, la difteria y la tos ferina, en tanto que el plan que recomienda la OMS engloba las vacunas contra la hepatitis B, el neumococo, la tuberculosis, la ingluencia hemofílica tipo B, la polio, y la totalidad de las eruptivas, como las paperas, el sarampión, la rubéola y la varicela.
Lo cierto es que la cifra de niños que recibieron todas las vacunas es baja, aunque se espera que la situación mejore por el bien de la salud y el desarrollo infantil.

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Vacunar a los bebés por la tarde los ayuda a descansar mejor

Nuevos estudios han logrado demostrar que es importante que los bebés descansen bien después de recibir una vacuna, debido a que es precisamente al dormir cuando mejor asimilan la inyección y existe menos riesgo de que sufran malestar o levanten fiebre.

En algunos casos, antes de aplicar la vacuna se suele inyectarles a los bebés acetaminofeno o paracetamol, con el propósito de disminuir las posibilidades de que levanten temperatura, a la vez que estos fármacos alivian cualquier tipo de dolor o molestia que puedan llegar a sentir, aunque no son de ayuda para prolongar el sueño en los pequeños tras la aplicación. Esta teoría ha sido comprobada en la investigación, de la que participaron especialistas de la Universidad de California, en San Francisco, para lo cual se les asignó al azar a unos 70 bebés de dos meses de vida el uso del fármaco previo a la inmunización.

Para el estudio, a algunos bebés se les inyectó dichos fármacos antes de la vacuna, mientras que otros los recibieron durante o después de la aplicación. Y para poder registrar el tiempo de sueño en cada pequeño, antes y después de las vacunas, se les colocó un monitor en el tobillo. En consecuencia, se determinó que la mayoría durmió bastante más tiempo en las 24 horas siguientes a haber recibido las vacunas, en comparación con el día anterior. Al tiempo que aquellos que fueron vacunados por la tarde descansaron más horas que los que recibieron las vacunas antes de las 13.30 hs.

Vale aclarar que los pequeños que formaron parte del estudio recibieron vacunas, recomendadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, que están incluídas en los cronogramas de vacunación vigentes, como por ejemplo la del tétanos, neumococo, difteria, influenza tipo B, polio y la de la hepatitis B.

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