Beber cerveza sin alcohol es beneficioso para las madres lactantes

Una investigación reciente determinó que es muy recomendable consumir cerveza sin alcohol durante la lactancia, pues brinda una mejor capacidad antioxidante a la leche materna.
Del estudio participaron unas 80 madres lactantes que, a su vez, tenían una dieta saludable, de las cuales el 50 por ciento bebieron dos vasos de cerveza sin alcohol diarios durante un mes. Las mujeres que tomaron esta cerveza aumentaron un 30 por ciento la capacidad antioxidante de su leche, incrementando de ese modo la calidad de la misma.
Los bebés, al ingerir leche con altos niveles de antioxidante, serán más resistentes ante la aparición de enfermedades comunes, evitando al mismo tiempo las enfermedades degenerativas, como es el caso de la diabetes, cáncer o problemas del corazón.
Los investigadores de la Universidad de Valencia manifestaron que si siempre se aconsejó tomar cerveza por tradición popular para aumentar la cantidad de leche materna, no era ilógico pensar que la cerveza sin alcohol  podría tener otras propiedades igual o más beneficiosas.
Quienes realizaron el informe recomiendan beber la cerveza de manera responsable y acompañada siempre de una dieta sana. De no ser así, los resultados no serán los mismos.

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Cojines de lactancia

Hay muchas mujeres que manifiestan sentir dolor o cierta incomodidad al amamantar. En efecto, la lactancia supone toda una técnica que es necesario aprender, intentando buscar que tanto la mamá como el bebé se sientan cómodos y relajados.
Un accesorio muy útil para amamantar son los cojines de lactancia, que permiten  lograr que cada sesión de lactancia sea más amena. Los hay de muchos tipos aunque por lo general poseen la forma de un tubo que da la posibilidad de que la madre deposite en el mismo el peso del bebé para que sus brazos no se cansen y el niño llegue cómodamente al seno de la madre para alimentarse. Tanto su formato como su relleno permiten que los cojines se adapten a la postura de madre e hijo, brindando el soporte que se requiere en cada caso.
En cuanto al relleno, éste puede ser de vaina de espelta, fibra de poliéster o microperlas, los cuales aportan firmeza lograr una buena posición y altura para que la cabeza del bebé quede a la altura ideal para mamar bien, sin que la mujer necesite doblarse sobre si misma, previniendo de ese modo todo tipo de contracturas y de lumbago, molestias muy comunes en las mujeres en período de lactancia.
Las formas de los cojines de lactancia, permiten  colocarlos, por ejemplo, en forma circular para ubicar al bebé dentro a manera de “nido”, para que luego de la toma pueda relajarse y dormir junto a su madre, impidiendo que pueda rodar y caer. Los cojines, además, son  de gran utilidad para que la mujer duerma de una manera más cómoda, incluso lo puede colocar entre las piernas para atenuar el dolor de espalda.
En el mercado hay disponibles distintos tipos de cojines,  pudiendo encontrarlos rectos, en forma de “C” o de “J”. Al mismo tiempo, está la posibilidad de que cada mujer diseñe su propio cojín de lactancia, con el tejido y el relleno que elija.
Lo positivo de usar este tipo de accesorios es que si la mujer se siente cómoda al dar de mamar a su hijo, puede evitar el riesgo de sufrir estrés, angustia o depresión.

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Anticoncepción oral durante la lactancia

Es necesario que todas las mujeres sepan que la lactancia puede dificultar el embarazo aunque no evitarlo, puesto que no es un anticonceptivo válido. De modo que para evitar quedar embarazada, es necesario utilizar un método anticonceptivo, recomendado siempre por el médico. Si te inclinas por anticonceptivos orales, éstos no deben contener estrógenos, sino sólo progesterona.
Los estrógenos influyen en la calidad y cantidad de leche, por lo que es necesario evitarlos. La progesterona, por su parte, no afecta de ninguna manera la lactancia. Vale aclarar que la eficacia de la píldora es independiente a si la mujer da el pecho o no, por lo que se la puede continuar tomando luego del destete.
La píldora de progestina o progesterona posee similar eficacia a la combinada para evitar el embarazo. Posee un riesgo de tres embarazos por cada cien mujeres que las toman, siendo en comparación más efectiva que los preservativos, el diafragma o incluso los espermicidas.
Una de las ventajas de esta píldora es que no suele provocar dolor de cabeza. Aunque puede dar hambre, ocasionar sangrado entre los periodos y tiene más restricciones en relación al horario de la toma, de modo que siempre se debe tomar a la misma hora o con un margen no mayor a tres horas. En caso de olvido, lo más conveniente será usar preservativo para evitar la concepción.
La progesterona impide la liberación del óvulo,  modifica el útero y espesa el moco cervical, dificultando de ese modo un embarazo.
Al finalizar el periodo de la lactancia, consulta con tu médico sobre si es conveniente o no cambiar de medicación anticonceptiva.

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Efectos negativos de la cafeína en el lactante

Todas las madres deberían saber que todo lo que ellas consumen durante la etapa de lactancia repercute en el bebé recién nacido a la hora de alimentarlo. De todos modos,  existen mujeres que desconocen el efecto que sus costumbres alimentarias pueden ocasionar en sus hijos, como ocurre en aquellas madres que toman café.
Las mujeres en periodo de lactancia que consumen cafeína, les pasan a sus hijos por medio de la leche materna ese compuesto que ellos son incapaces de metabolizar, por lo que su consumo les puede provocar síntomas negativos como por ejemplo irritabilidad, trastornos del sueño e insomnio, lo cual resulta muy perjudicial para la vida del lactante.
Normalmente una madre si está amamantando, debería consumir toda clase de alimentos con moderaciónes, debiendo limitar en particular el consumo de cafeína.
Esto es algo que todas las madres deberían saber  desde el comienzo mismo del embarazo, momento en el cual tienen que reducir o preferiblemente eliminar la ingesta de cierto tipo de sustancias, como es el caso de la cafeína. Además, es necesario que sepan que, una vez nacido el niño, consumir café expone al bebé a sensaciones desagradables puesto que es incapaz de asimilar la cafeína tal como lo hace un adulto.
Además del café, las mujeres que se encuentren en periodo de lactancia tienen que evitar el consumo de té, bebidas de cola, bebidas deportivas, chocolate y medicamentos. De hacer caso omiso a ello, los bebés que reciben dichas sustancias a través de la leche materna las van acumulando en su organismo de manera involuntaria y paulatinamente su estilo de vida se ve claramente perjudicado.

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¿Qué es la lactancia en tándem?

Existe la posibilidad de dar el pecho durante el embarazo y, luego del parto, amamantar a los dos bebés. Esto es lo que se conoce como lactancia en tandem. De todos modos, proseguir con la lactancia o no en el embarazo es una decisión meramente individual.
Es posible que una mamá que está embarazada mientras amamanta posea sentimientos encontrados, puesto que dar el pecho a dos hijos a la par es algo que seguramente casi ninguna mamá se había planteado.
Al optar por la lactancia en tandem, las madres necesitan saber que en caso de producirse un nuevo embarazo, se modifica la composición de la leche materna, volviendo a ser la del calostro en pos del beneficio para el nuevo bebé. El calostro puede que aparezca recién a mediados del embarazo o en el último tramo, por lo que será el recién nacido quien deberá mamar primero.
También, es bueno saber que algunos bebes se destetan por voluntad propia durante el embarazo, lo cual no significa que no deseen volver al pecho cuando nazca el hermanito.
Normalmente, las contracciones uterinas estimuladas por la lactancia no revisten riesgos para el bebé que se encuentra en la panza y tampoco incrementan la amenaza de parto prematuro. De todas formas, es importante hablar sobre el tema con el médico obstetra, quien será el encargado de evaluar la existencia o no de alguna clase de riesgo.
Existen ciertas razones médicas que obligan a considerar un destete en el nuevo embarazo, como en el caso de abortos espontáneos, dolor o sangrado en el útero, antecedentes de partos prematuros y pérdida constante de peso de la mujer durante la gestación.

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Cómo aliviar los cólicos en los bebés

Los cólicos, sobre todo en los bebés de menos de seis meses, conforman una dolencia bastante frecuente. Por lo general, son provocados por la intolerancia a la leche materna, sobre todo cuando la madre sigue una dieta rica en alimentos a los que son sensibles, como es el caso de  bebidas gaseosas, comidas picantes, etc; o porque no  toleran la leche de fórmula;  cuando se traga aire por el chupón del biberón, al comer pues está tragando aire; y al no eructar lo suficiente. También, el estado de ánimo de la madre puede influir en el bebé, provocándole cólicos.
Cuando un bebé llora de manera incesante y prolongada, sin ningún motivo aparente como hambre o el pañal sucio, y atrae sus rodillas hacia el vientre, éste es considerado como llanto por cólico.
De modo que cuando observes que tu bebé tiene cólicos nunca pierdas la calma,  todo tiene solución. Si te desesperas, le puedes llegar a transmitir tu ansiedad al bebé, agravándole sus molestias.
Siempre es fundamental hacerle eructar luego de tomar la leche, con su cabeza colocada por encima de uno de tus hombres, sobándole la espalda.
El agua de anís es muy efectiva para calmar los cólicos. Así que puedes preparara un té con esta hierba y, luego de dejarla entibiar, dársela con una cuchara.
Los masajes pueden ayudarlo mucho al pequeño para calmarle los dolores estomacales, al igual que la música clásica, pues está comprobado  que es un excelente calmante para los bebés.
Para prevenir los cólicos es importante que cuides tu dieta, evitando ingerir aquello que creas puede estar afectando tu leche, cambies de fórmula, previa consulta con el pediatra,  y cambies de tetina en caso que el biberón posea el orificio muy grande.

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Incorporar alimentos sólidos de manera precoz al bebé aumenta los riesgos de sobrepeso

Incorporar alimentos en forma precoz al bebé aumenta los riesgos de padecer obesidad, este dato fue arrojado de una reciente investigación realizada en base a al  estudio de unos 800 niños. Por lo que recién a partir del cuarto mes de vida, y hasta el sexto, resulta conveniente empezar a darle al pequeño lácteos, frutas y cereales.
Al incorporar alimentos en forma precoz a los bebés y alimentándolos también con fórmula, con la consecuente suspensión de  la lactancia,  se expone a los pequeños a cuadruplicar las posibilidades de presentar obesidad al alcanzar los tres años de vida, en contraste con aquellos niños que durante los primeros cuatro meses de vida únicamente se alimentaron con leche materna.
Para la realización del estudio, las madres debían responder acerca de cuándo habían comenzado a darles lácteos, cereales o frutas a sus hijos. Al llegar a los 3 años, el equipo de la investigación, considerando parámetros de Indice de Masa Corporal,  midió el peso y la altura de cada niño que participó del estudio para precisar si eran obsesos.
De este modo, se concluyó que los bebés alimentados exclusivamente con leche materna durante al menos sus primeros cuatro meses de vida, la edad de introducción de sólidos en la dieta no afectó la posibilidad de sufrir obesidad para los tres años. En cambio, aquellos que desde un comienzo habían sido alimentados con fórmula o que a los cuatro meses dejaron de recibir leche materna y empezaron a ingerir sólidos presentaban cuatro veces más posibilidades de padecer problemas de sobrepeso al llegar al tercer año de vida.
De manera que resulta fundamental que los padres conozcan las consecuencias de la manera en que uno alimenta al bebé, para evitar así que en un futuro tenga posibilidades de  ser obeso.

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Sujetadores de lactancia

Los sujetadores de lactancia son una de las prendas que más se recomiendan a las mamás que se encuentran en proceso de lactancia. Tales prendas sirven de ayuda a la hora de darle de lactar al bebé, al tiempo que ayudan en el cuidado de los pechos en la lactancia.
Los sujetadores de lactancia  distinguen por poseer una abertura en la parte anterior de ambas copas, permitiendo dar el pecho sin tener que quitarse el sujetador cada vez que se le vaya a dar una toma al bebé y sin necesidad de soltar al pequeño, puesto que con una sola mano es posible quitarlas y ponerlas con soltura.
Asimismo, estas prendas se adaptan a la perfección a los cambios que sufren los pechos durante el embarazo. No obstante, lo mejor es comprarlos  lo más tarde posible, previo a dar a luz, para comprar el tamaño adecuado.
En cuanto al diseño, las mujeres ya no nos conformamos sólo con lo práctico sino que además debe ser bonito. Con el paso de los años, esta clase de sujetadores ha ido evolucionando. Actualmente, los hay de colores, con dibujos o encajes, con aro o sin él, e inclusive con copas preformadas y algo de relleno.
En referencia a los tejidos con los que están fabricados los sujetadores de lactancia, hay que prestar especial atención a que sean materiales que no causen ninguna alergia ni ningún roce en el pecho, como el algodón y la silicona, ésta última hace que los tirantes sujeten más y mejor, eliminando esa sensación de tirantez.
De este modo, si optas por dar el pecho a tu bebé, el sujetador de lactancia será de gran utilidad, sobre todo durante el primer tiempo.

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Dolor al amamantar

Cuando amamantamos a nuestro bebé, es muy posible que experimentemos sensaciones de ardor o dolor, aunque esto suele ocurrir tan solo en algunas ocasiones. Por ese motivo, es preciso que sepamos distinguir los síntomas para poder actuar correctamente, sin perjudicar al recién nacido.
Una de las razones por las que es posible sentir dolor en los pezones al darle la teta a tu bebé puede ser porque no está sujetando bien el pezón. Lo cual es muy simple de solucionar acostumbrando al pequeño a agarrar bien el pezón con su boca desde la primera mamada.
En caso que no esté succionando bien, puedes ayudarlo bajando su barbilla en el momento que está lactando para que el pezón choque de forma directa con su paladar. Además, su cabeza debe estar ligeramente inclinada hacia atrás y no así hacia adelante, de lo contrario la mala posición no le permitirá al pequeño succionar como es debido. El bebé siempre debe que tomar el pezón entre su lengua y el paladar, nunca de otra manera.
Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que no solamente el pezón tiene que estar dentro de la boca del bebé, sino también la areola completa. Esto lo puedes conseguir acercando tu pecho a la boca del pequeño, para lograr que abra bien la boca. Cuando esto suceda, tienes que introducir la totalidad de la areola en la boca del bebé.
Por otra parte, si te duelen o arden los pezones durante o después de darle el pecho a tu bebé, existe la posibilidad de que poseas una infección producida por el hongo Cándida Albicans (candidiasis), la cual es bastante contagiosa pero puede remediarse  con algunas medicinas que te recetará tu médico.
Por eso, en cualquiera de los casos es importante consultar con tu médico, para que en función a los síntomas que presentas te pueda guiar en tu proceso de lactancia, corroborando que te encuentres sana para que tu bebé crezca saludable.

Vivir la experiencia de un segundo embarazo

En el segundo embarazo, la madre se encuentra más preparada tanto física como psicológicamente. No obstante, el desarrollo del embarazo y el parto no son iguales al primero, por lo que existen ciertos aspectos que es preciso tener en cuenta.
Los trastornos típicos del embarazo disminuyen a causa de que los tejidos poseen mayor elasticidad. Incluso, el dolor de espalda, al igual que las náuseas, la ciática o los problemas de circulación en las piernas, puede que aparezcan de manera diferente.
Además, el trabajo de parto suele ser más liviano. Por lo general, si para un primer hijo es posible que transcurran hasta 24 horas desde el inicio del trabajo hasta el parto, para el segundo, el tiempo se acorta a la mitad. La fase de dilatación generalmente es más breve ya que el cuello uterino se borra con rapidez. A su vez, las paredes vaginales se encuentran más distendidas y con mayor elasticidad.
Por su parte, el parto normalmente es más corto también debido a que el tiempo de adaptación del cuerpo de la mujer disminuye, puesto que el cuello del útero y los tejidos circundantes se hallan más blandos, facilitando así la dilatación y la expulsión del bebé. Al mismo tiempo, la mujer ya sabe cómo pujar, por lo que colabora mejor con el ginecólogo.
Por otro lado, en un segundo embarazo la barriga se nota antes, porque los músculos del abdomen están más relajados y se adaptan antes a los cambios del embarazo; los movimientos del bebé se perciben alrededor de la semana 14 de gestación, siendo que en las madres primerizas esto no ocurre hasta la semana 20 o 22; normalmente se adelanta la fecha de parto,  a causa de que el cuello del útero se halla más blando y le cuesta más permanecer cerrado hasta el final de la gestación; y hay menores posibilidades de episiotomía,  por la correcta distensión del tejido del periné.
En cuanto a la lactancia, como el pecho y los pezones se encuentran más curtidos y la piel posee menos sensibilidad,  la madre se adapta con mayor seguridad a las necesidades de su bebé.
Además de todas estas ventajas, en el segundo embarazo tienen lugar algunos inconvenientes. Por un lado, el útero demora más en regresar a su tamaño original por la distensión muscular. Asimismo, recuperar la línea no es tan fácil como la primera vez, aunque con  la ayuda de una dieta sana y ejercicio, el cuerpo vuelve a su peso anterior.
Por último, el cansancio es más notorio, ya que dormir pocas horas y de manera interrumpida por la lactancia y, a la vez, atender al hijo mayor genera un mayor cansancio.
De todos modos, más allá de todo esto, un segundo embarazo, aunque es bien diferente al primero, representa una experiencia maravillosa que vale la pena vivir. No hay nada que empañe la inmensa felicidad que conlleva la llegada de un nuevo hijo. Se los puedo asegurar.

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