Crean pañal inteligente capaz de detectar infecciones urinarias

Una empresa norteamericana presentó un nuevo pañal inteligente, el cual es capaz de analizar la orina del bebé y establecer la existencia de infecciones. Esta información puede ser consultada por los padres con el smartphone e incluso se la puede enviar a un especialista médico.

Los creadores de estos novedosos pañales con código QR, que poseen una tira reactiva que recoge la información del análisis realizado sobre la orina del bebé, consideran que esta es una buena forma de prevenir ciertas infecciones y enfermedades. Al mismo tiempo, explican que a través de los nuevos pañales es posible detectar los síntomas de un principio de deshidratación.

Cada vez que los padres realizan el cambio de pañal los padres, el lector QR del iPhone lleva a cabo la lectura de la información recabada, mientras que los resultados son mostrados por la aplicación Pixie Scientific App, la cual se puede personalizar para hacer un seguimiento de varios bebés. De este modo, cada niño posee su historial, que contiene los resultados obtenidos con respecto a la presencia de infecciones urinarias, deshidratación o de problemas renales.

Los desarrolladores de estos pañales señalan que cualquier bebé puede tener una infección en el tracto urinario, que si no es tratada debidamente puede acarrear a futuro insuficiencia renal o problemas arteriales. De esta manera, el pañal pasa a ser un sistema de diagnóstico precoz de posibles complicaciones.

Si bien el costo del pañal inteligente es un 30% más caro que las demás marcas que se comercializan en el mercado, la empresa no duda de que los padres optarán por comprarlo por su capacidad para la prevención de enfermedades. De todas formas, los pañales de Pixie Scientific todavía no se encuentran a la venta ya que aún resta que sean aprobados por la FDA.

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Infección urinaria, diagnóstico y cuidados

La infección urinaria es muy común en los niños. Se trata de una infección localizada ya sea en los riñones, la pelvis renal, los uréteres, la vejiga o la uretra, cuya detección y tratamiento es muy importante puesto que de no tratarse podría ocasionar daños serios en el riñón del pequeño.
Uno de los factores fundamentales que determina la aparición de las infecciones urinarias es el relacionado con los hábitos de higiene que la mamá tenga con su hijo, es decir, las veces en que se les cambia el pañal y la forma de aseo de los genitales, puesto que es muy fácil que los gérmenes que se hallan en las heces lleguen a la vejiga. Por ese motivo, hay que cambiarle con frecuencia los pañales al bebé.
Además del llanto continuo, falta de apetito, fiebre y vómitos, los niños que tienen infección urinaria generalmente presentan ictericia (coloración amarillenta de la piel), palidez y olor fuerte en la orina, entre otros síntomas.
Si además de ello, padece decaimiento o exhibe pérdida de peso, es necesario acudir con el niño al pediatra, para que le recete los antibióticos necesarios y realizarle las pruebas de rigor.
De manera que para combatir las infecciones básicamente es necesario darle el pecho al bebé a demanda, pues la lactancia materna ayuda a aumentar las defensas del organismo; no ponerle prendas que le puedan irritar, cambiarle con frecuencia el pañal.
Siempre ante la menor duda de infección se debe recurrir con prontitud al médico.

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Complicaciones posibles en el puerperio

Durante el postparto o puerperio, pueden surgir algunas complicaciones, por lo que es importante que las mujeres estén atentas para, ante cualquier problema, acudir al médico.
Normalmente, la madre tiene un sangrando similar a la regla tras el parto, aunque en este caso éste durará varios días más que la menstruación. El color de la sangre tiene que ser rojo, pudiendo presentar coágulos, el olor debe ser similar al de la sangre menstrual, y hay que controlar que no haya dolor en el vientre y que no se trate de un sangrado continuo. Si presentas cualquier otro síntoma, deberás realizar una consulta médica. Es necesario permanecer alerta sobre el sangrado, de modo que si te baja sangre constantemente y sin ninguna pausa entonces es una hemorragia, debiendo acudir de manera inmediata al hospital.
Después del parto, puede desarrollarse una infección urinaria, con síntomas como la constante necesidad de orinar, quemazón en la zona, ardor al orinar, además del color oscuro de la orina.
Incluso, por la “bajada de la leche”, puedes presentar fiebre, que si supera los 39 ºC, En caso que la temperatura dure más de un día, es necesario concurrir al médico con el objeto de  descartar que sea una mastitis o una infección en la zona de la episiotomía o en la cicatriz de la cesárea.
Al mismo tiempo, durante el postparto puede sentirse dolor en la parte baja del vientre durante los primeros 5 días, pues el útero se encuentra en proceso de retornar a su tamaño normal. En caso que los dolores persistan, es necesario acudir al médico para ver que la placenta haya sido expulsada en su totalidad, lo cual  es más frecuente en los casos de parto prematuro o un parto complicado.
Puede suceder que la madre tenga un coágulo de sangre, que puede ocasionar  una infección en las venas, causando falta de aire, dolor en el pecho, pantorrillas y/o muslos.
En caso de tener mastitis, obstrucción del conducto lactífero, hará que la mujer sienta dolor en los pechos, los mismos estará duros y hasta hinchados. Para el alivio de dichos síntomas, además de concurrir al médico, se recomienda ponerse compresas calientes o darse un buen baño caliente masajeando el pecho.

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Incontinencia urinaria en el embarazo

Durante el embarazo, las mujeres orinan mucho menos en comparación con las ganas que sentían. Esta sensación es muy común pues su cuerpo está en proceso de cambio, aunque en el último trimestre no solamente dan más  ganas, sino que incluso se les suele “escapar” la orina especialmente cuando se ríen, tosen, estornudan o levantan algo pesado, entre otras cosas.
El motivo de ello, no es otra cosa más que la presión que el útero ejerce sobre la vejiga, el tamaño del bebé, pues está cada vez más grande y ocupa mucho espacio afectando así la función de la uretra, que es la que hace posible que retengamos la orina. 
Durante esta etapa, es necesario beber al lo menos 8 vasos de agua diarios, pues sino podría llegar a contraer una infección urinaria  o incluso deshidratarse; evitar tomar líquidos con cafeína, picantes, gaseosas, alcohol; porque irritan la vejiga;  controlar el sobrepeso, ya que influye en la incontinencia porque aumenta la presión sobre la vejiga.
Al reír, toser o estornudar hay que procurar cruzar las piernas. También, es importante hacer los ejercicios Kegel, que se trata de contraer los músculos alrededor de la vagina, con los cuales se obtendrán resultados entre las  4  y 6 semanas posteriores. No se debe acelerar el proceso haciendo más ejercicios Kegel,  porque puede llegar a ser contraproducente y generar un efecto contrario al deseado.
Al mismo tiempo, durante el embarazo las mujeres están proclives a sufrir infección urinaria, la cual se puede prevenir higienizando bien el área, evitando los baños de inmersión, no usar ropa ajustada y utilizar ropa interior de algodón.
Inclusive es importante evitar el estreñimiento para que la vejiga no esté presionada y debilite los músculos de la pelvis. Para ello, es fundamental beber mucho líquido e incorporar fibra en la dieta.

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Posibles complicaciones durante el postparto

El postparto o puerperio es una etapa que no en todos los casos genera complicaciones en la mujer, pero es importante permanecer atenta por si se presenta algún inconveniente para consultar inmediatamente con el médico.
Normalmente la madre, luego del parto, posee un sangrado muy parecido a la regla, con la diferencia de que éste durará más días que la menstruación. El color de la sangre tiene que ser rojo, y se pueden presentar coágulos que no indicarán nada malo salvo  que superen el tamaño de un limón.
Es importante estar atentas a este sangrado, ya que esto servirá para estar seguras de que nos encontramos bien. Por ejemplo, si notas que tienes un sangrado permanente casi sin pausa podría tratarse de una hemorragia, de modo que es recomendable que te coloques una compresa helada en la zona baja de tu vientre, para ayudar a que se contraiga el útero, y acudir rápidamente al hospital.
Luego del parto, cabe la posibilidad de desarrollar una infección urinaria, de ser así sentirás algunos síntomas, como la necesidad de orinar frecuentemente, quemazón en la zona vaginal, ardor al orinar, y el color de la orina tenderá a ser oscuro.
También, durante el puerperio puedes levantar temperatura a causa de la bajada de la leche, lo cual es algo bastante común. Pero si superas los 39 ºC de temperatura o la fiebre persiste más de un día, deberás acudir al médico para poder descartar la posibilidad de que se trate de mastitis o una infección en la herida de la episiotomía o de la cesárea, según el caso.
Por otra parte, es común sentir dolor en la parte baja del vientre durante los primeros 5 días ya que el útero se encuentra en pleno proceso de retornar a su tamaño original. En caso de que el dolor continúe, es necesario consultar con el médico con el fin de revisar si la placenta fue expulsada por completo, lo cual puede suceder sobre todo si se tuvo un parto prematuro o complicado.
Asimismo, ante la presencia de un coágulo en la sangre, se puede sufrir una infección en las venas, lo cual producirá falta de aire, dolor en el pecho, pantorrillas y/o muslos. Ante cualquiera de estos síntomas no dudes en acudir al hospital de manera inmediata. 
Al mismo tiempo, algunas madres suelen sentirse mal o padecer cambios de humor luego del parto producto de que las hormonas han bajado rápidamente. Dicha condición por lo general desaparece después de transcurridos unos 15 días; pero en caso que llegara a persistir, se podría estar presente ante una depresión postparto, y para superarla precisarás ayuda profesional.
En fin, no hay que alarmarse. Sólo se trata de conocer todo lo que es normal y lo que no en la etapa del posparto, para poder saber cuándo es necesario recurrir al médico y no tomarse las cosas a la ligera.