Las embarazadas pueden beber cerveza sin alcohol

El libro que lleva por título “Mujer, Ginecología y Cerveza”, editado por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO),  habla de las propiedades beneficiosas que posee la cerveza para las mujeres de todas las edades. Por ese motivo, si estás embarazada o has sido mamá recientemente puedes beber cerveza sin alcohol, claro que con moderación.
Esta bebida, que contiene vitaminas, antioxidantes naturales y minerales, resulta beneficiosa para las embarazadas, al igual que las mujeres que están en periodo de lactancia e incluso transitando la menopausia. También, permite combatir o aliviar los síntomas de la osteoporosis y el alzhéimer. Consumir cerveza con moderación es favorable para la salud, gracias a sus propiedades antivirales, antiinflamatorias y antioxidantes.
Agua, lúpulo, cebada y levadura son los componentes naturales con los que es elaborada esta bebida, que además es baja en calorías y no contiene azúcares ni grasas.
En las mujeres embarazadas y aquellas que se encuentran en periodo de lactancia, lo recomendable es consumir una o dos cañas de cerveza sin alcohol al día. En tanto que a los hombres se recomienda beber dos o tres diarias, resultando indistinto que sea con o sin alcohol.
Después del parto, es de gran ayuda para reducir el estrés oxidativo producido por el mismo en la madre y el niño, mientras que durante la lactancia incrementa la capacidad antioxidante de la leche materna, reduciendo de ese modo el riesgo de que los niños sufran enfermedades cardiovasculares.

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Los bebés aprenden a comer sano desde antes de nacer

Investigadores del Centro Monell de Química de los Sentidos, en Filadelfia, descubrieron que los bebés son capaces de aprender  a comer nutritivamente desde que están en el vientre materno, siempre y cuando la madre lleve una dieta saludable y equilibrada durante la gestación.
Por eso, los especialistas les aconsejan a las embarazadas comer saludable, incluyendo en su dieta generosas porciones de verduras y frutas, pues cuando el niño crezca reconocerá esos alimentos y los seguirá eligiendo.
De modo que, según las investigaciones realizadas, todo lo que la madre come durante la gestación incidirá luego en los hábitos alimentarios de su hijo.  De ahí que cuando los pequeños no quieren comer verduras seguramente se deba a que las madres no suelen incluirlas en su alimentación.
Lo positivo de esta investigación es que demuestra que los bebés pueden aprender precozmente a comer alimentos saludables, inclusive antes de su nacimiento, puesto que están familiarizados con los sabores desde que están en la matriz mediante el líquido amniótico y, posteriormente, por la leche materna.
Para que la investigación fuera posible fueron estudiados unos 46 bebés, con edades comprendidas entre los seis meses y un año. A raíz de ello, pudo identificarse que las madres que solían consumir regularmente jugo de zanahoria  durante el embarazo o la lactancia tenían hijos que, en comparación con aquellos cuyas madres no acostumbraban a tomar este jugo, aceptaban hasta dos veces más las frutas, verduras y cereales.
A la vez, es muy importante que el niño lleve una dieta nutritiva desde el momento del destete, dado que los pequeños son capaces de explorar los distintos sabores de las comidas  a la par de sus padres. Por lo que si desde un comienzo se le ofrecen con regularidad frutas y verduras, en poco tiempo acabá por aceptar tales alimentos.

Las caricias maternas podrían revertir los efectos del estrés en el embarazo

Durante el embarazo, el feto percibe todas las emociones de su madre, pues el organismo de la mujer responde a ellas liberando hormonas que le llegan por medio de la placenta al bebé. Situación que puede provocar ciertas alteraciones en el desarrollo del bebé en gestación.
Sin embargo, un estudio realizado recientemente por investigadores británicos ha revelado que podría llegar a revertirse dicho efecto debido a que el mismo desaparece cuando la madre le propina caricias al recién nacido. Por eso, los especialistas aseguran que las caricias que la madre le hace a su hijo durante las primeras semanas de vida son muy importantes.
Cuando la mujer sufre en el embarazo de un alto grado de estrés, éste afecta por igual a la madre y al bebé, pudiendo llegar a modificar el tipo de respuesta que tendrá el niño a futuro ante situaciones de estrés.
Asimismo, el estrés en el embarazo puede hacer que los niños puedan sentir más temor o enojo frente a situaciones que no son capaces de controlar. Al llegar a la adolescencia e incluso a la adultez, pueden presentar problemas de conducta y trastornos de ansiedad.
En la investigación, denominada Estudio Wirral sobre Salud y Desarrollo Infantil, los expertos pudieron observar que la relación existente entre los síntomas de estrés y depresión en el embarazo y las emociones futuras de los niños puede variar de acuerdo  a la frecuencia con que los bebés fueron acariciados por sus madres durante sus primeras semanas de vida en zonas como piernas, brazos, cabeza y espalda.

Las embarazadas pueden sufrir una leve pérdida de memoria

Todavía existen muchas mujeres que desconocen bien cuáles son los cambios que se producirán en su organismo durante el embarazo, los cuales pueden llegar a producir preocupación si se ignoran los efectos de los mismos. El cerebro no está exento a tales cambios, pues el sistema nervioso prepara a la futura mamá para esa nueva etapa en su vida.
En tal sentido, el cerebro empieza a cambiar desde el preciso momento en el que la mujer queda embarazada, quien comienza a interpretar a nivel psicológico su nuevo rol, aumentando su capacidad empática para crear el vínculo con su futuro hijo, el cual se intensifica cuando el niño nace. Es precisamente desde el momento del nacimiento, cuando el pequeño es un ser aparte en sí mismo, cuando el cerebro lo empieza a interpretar como una prolongación de vida.
Pero esa no es la única forma en la que el cerebro atraviesa por ciertos cambios. Además, a nivel concreto este órgano se va modificando puesto que algunas regiones cerebrales se empiezan a modificar de manera automática. Tal como ocurre con aquellas que se ocupan de manejar los niveles de estrés. De ese modo, el cerebro intenta, dentro de lo posible, reducir la ansiedad durante la gestación, lo cual puede traer en algunas mujeres una consecuencia, que las lleva a sufrir una leve pérdida de memoria, que se suele exteriorizar, por ejemplo, mediante la dificultad para recordar datos comunes y conocidos, problemas de concentración, olvido temporal de sucesos del pasado y pérdida de memoria a corto plazo.
A pesar que sólo es un estado temporal, la falta de memoria puede llegar a ocasionar diversos problemas en de la rutina cotidiana de cada embarazada. Por consiguiente, resulta aconsejable que la mujer que presente tales síntomas consulte con su médico. De todos modos, para evitar que estos síntomas provoquen temor o incidan negativamente en la mujer, es sugerible que la misma lleve una agenda para que le sirva como una suerte de ayuda memoria.

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Sudoración excesiva en el embarazo

Si hay un tema del que poco y nada se habla es el de la sudoración excesiva durante el embarazo. A pesar de que no es en sí mismo un problema de salud, es una cuestión que puede ocasionar cierta incomodidad en la futura madre.
Que una embarazada sude mucho más de lo habitual es algo absolutamente normal. Este síntoma tan común de la gestación es producido por la retención de líquidos que sufren las mujeres, en especial en el último trimestre del embarazo. Por consiguiente, el exceso de líquidos en el organismo torna indispensable su eliminación, y el sudor es una de las formas naturales que emplea el cuerpo para tal propósito.
Además, es necesario saber que el exceso de sudor genera un olor mucho más intenso que el usual, en gran medida por los cambios hormonales que tienen lugar durante la gestación.
La mayoría de los ginecólogos y obstetras coinciden en que este exceso de sudoración se produce por el aumento del flujo sanguíneo en el cuerpo de una embarazada, sobre todo en el tercer trimestre de la gestación, lo que trae aparejado un aumento de su temperatura. De este modo, para intentar controlar esta situación es que las mujeres sudan mucho. 
SI bien no se trata de un problema de salud, sí es algo que genera molestias en la vida diaria de cualquier mujer embarazada. Para controlar esta situación, es importante usar prendas holgadas, preferentemente de algodón o lino, para evitar irritaciones en la piel causadas por la combinación del sudor con la fricción de la tela.
Otra cuestión que ayudará mucho es el cuidado de la higiene, siendo recomendable ducharse tantas veces como lo crea necesario para lograr sentirse a gusto.
Tampoco hay que olvidar de tomar muchos líquidos diariamente, ya que el exceso de sudor puede provocar deshidratación.
De todos modos, si la  embarazada no está conforme con los resultados obtenidos, entonces lo mejor es que consulte con un dermatólogo para que la asesore sobre las mejores alternativas de tratamiento.

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Desprendimiento de placenta: Posibles causas y síntomas

La placenta es el órgano que le permite al bebé alimentarse durante la gestación. Se encuentra adosada a la cara interna del útero y sus características genéticas son iguales a las del bebé, puesto que ambos se forman al mismo tiempo.
Luego de producirse la fecundación las células forman al bebé y a la placenta, que se mantiene unida al feto por medio del cordón umbilical. El cordón transporta la sangre del bebé con desechos y sin oxígeno hacia la placenta, mediante la cual se produce el intercambio con la madre, devolviéndole al feto sangre oxigenada y rica en nutrientes. De modo que la placenta es una especie de filtro que nutre y protege al bebé, elimina los desechos, y aisla al pequeño de agresiones internas y externas.
Una de las alteraciones que puede presentar este órgano es el desprendimiento de placenta. Lo habitual es que la placenta se desprenda de las paredes del útero luego del parto, pero si esto sucede antes las consecuencias son realmente serias, pues dicha separación disminuye de forma drástica el intercambio materno-fetal, corriendo el bebé riesgo de muerte por la falta de oxígeno y nutrientes.
Si bien no es algo que suceda habitualmente, el desprendimiento de placenta se da en uno de cada 150 casos. Se desconocen los motivos que generen dicho problema, pero los especialistas piensan que puede deberse a  una lesión en el abdomen producto de un golpe o accidente, o por la pérdida de líquido amniótico.
Ciertos factores como el tabaquismo, la diabetes, la edad avanzada de la embarazada, trastornos en la coagulación de la sangre, el consumo de drogas o de alcohol, entre otros, favorecen el desprendimiento.
Los síntomas que pueden alertar sobre un desprendimiento de placenta van desde dolor abdominal, contracciones uterinas y sangrado vaginal, hasta dolor de espalda. Por lo que ante la presencia de cualquiera de estas señales es necesario consultar inmediatamente con el médico, quien indicará la realización de diversas pruebas para poder constatar el estado real del bebé. Lo más común en estos casos es realizar monitoreo fetal, conteo sanguíneo completo o ecografía abdominal y vaginal.
En base a los resultados que arrojen las pruebas, las medidas que adopte el médico dependerán del estado de la madre y el bebé. Pueden administrarse líquidos por vía intravenosa e incluso realizar una transfusión de sangre. En caso que el problema sea grave y el bebé se encuentre maduro, puede practicarse una cesárea de urgencia. Pero si el bebé no está listo y el desprendimiento no reviste demasiada gravedad, los profesionales seguramente optarán por mantener hospitalizada a la madre para su observación.

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Beneficios del pilates para las embarazadas

Durante el embarazo es muy importante que las futuras madres realicen ejercicio físico regularmente para poder tonificar los músculos, mejorar la circulación de la sangre y mantener un estado físico saludable. Una buena alternativa para ello es, sin dudas, el método pilates, cuyas rutinas de ejercicios son realmente efectivas y prácticas.

Las embarazadas experimentan cambios fisiológicos que modifican no sólo su cuerpo sino también sus funciones vitales. Por lo general, cuando la futura madre no toma los recaudos necesarios, dichos cambios traen aparejadas diversas molestias y dificultades. Por ejemplo, al aumentar el volumen de los senos el centro de gravedad del cuerpo se modifica, trasladándose unos centímetros hacia delante, mientras que determinados músculos, que se ocupan de mantener el equilibrio en cierto ángulo, se estiran o acortan para compensar tales cambios, generando por ende dolores musculares y hasta calambres. Al hacer pilates esto mejora de manera considerable.

Al mismo tiempo, el aumento del abdomen hace que las embarazadas puedan llegar a experimentar intensos dolores de espalda, que pueden ser evitados con los ejercicios propuestos por el método Pilates. De lo contrario, si la mujer no realiza ningún tipo de ejercicio puede que la presión que sufre la espalda durante la gestación deje secuelas a nivel muscular, dando lugar a la adopción de posturas inadecuadas para amamantar al bebé y produciendo, a la vez, dolores en cuello y hombros.

Por estos motivos, resulta fundamental que desde un comienzo las embarazas hagan actividad física, para prepararse para el pre y pos-parto. Asimismo, el ejercicio favorece el normal desarrollo del bebé y ayuda a mantener el peso ideal de la madre.

Entre las ventajas que ofrece el método pilates pueden mencionarse el fortalecimiento de la musculatura y la estimulación de la circulación sanguínea, reduciendo de ese modo la tensión provocada por el aumento de tamaño y peso de los senos y la cavidad abdominal. Por otro lado, las rutinas de pilates son útiles a nivel psicológico para la futura mamá, pues le ayudan a asimilar los cambios que sufre su cuerpo.

Como se trata de ejercicios ligeros con estiramientos suaves, pilates posibilita el acondicionamiento cardiovascular y permite aumentar la flexibilidad de todo el cuerpo, sin por ello generar un gran agotamiento o fatiga. Además, el método Pilates permite mejorar la postura, así como la coordinación y la concentración, ayudando a la madre a dominar más sus movimientos.

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Beneficios del pilates para las embarazadas

Durante el embarazo es muy importante que las futuras madres realicen ejercicio físico regularmente para poder tonificar los músculos, mejorar la circulación de la sangre y mantener un estado físico saludable. Una buena alternativa para ello es, sin dudas, el método pilates, cuyas rutinas de ejercicios son realmente efectivas y prácticas.

Las embarazadas experimentan cambios fisiológicos que modifican no sólo su cuerpo sino también sus funciones vitales. Por lo general, cuando la futura madre no toma los recaudos necesarios, dichos cambios traen aparejadas diversas molestias y dificultades. Por ejemplo, al aumentar el volumen de los senos el centro de gravedad del cuerpo se modifica, trasladándose unos centímetros hacia delante, mientras que determinados músculos, que se ocupan de mantener el equilibrio en cierto ángulo, se estiran o acortan para compensar tales cambios, generando por ende dolores musculares y hasta calambres. Al hacer pilates esto mejora de manera considerable.

Al mismo tiempo, el aumento del abdomen hace que las embarazadas puedan llegar a experimentar intensos dolores de espalda, que pueden ser evitados con los ejercicios propuestos por el método Pilates. De lo contrario, si la mujer no realiza ningún tipo de ejercicio puede que la presión que sufre la espalda durante la gestación deje secuelas a nivel muscular, dando lugar a la adopción de posturas inadecuadas para amamantar al bebé y produciendo, a la vez, dolores en cuello y hombros.

Por estos motivos, resulta fundamental que desde un comienzo las embarazas hagan actividad física, para prepararse para el pre y pos-parto. Asimismo, el ejercicio favorece el normal desarrollo del bebé y ayuda a mantener el peso ideal de la madre.

Entre las ventajas que ofrece el método pilates pueden mencionarse el fortalecimiento de la musculatura y la estimulación de la circulación sanguínea, reduciendo de ese modo la tensión provocada por el aumento de tamaño y peso de los senos y la cavidad abdominal. Por otro lado, las rutinas de pilates son útiles a nivel psicológico para la futura mamá, pues le ayudan a asimilar los cambios que sufre su cuerpo.

Como se trata de ejercicios ligeros con estiramientos suaves, pilates posibilita el acondicionamiento cardiovascular y permite aumentar la flexibilidad de todo el cuerpo, sin por ello generar un gran agotamiento o fatiga. Además, el método Pilates permite mejorar la postura, así como la coordinación y la concentración, ayudando a la madre a dominar más sus movimientos.

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Consejos para evitar la ciática en el embarazo

Cualquier persona puede padecer el pinzamiento del nervio ciático en algun momento de su vida. Pero las mujeres son más proclives a sufrirlo, sobre todo durante el último trimestre del embarazo. Por eso, es importante tener en cuenta ciertos consejos para poder disfrutar al máximo del  embarazo.

Esta inflamación provocada por el nervio ciático, ya sea por una caída, un mal movimiento o un tirón, resulta muy dolorosa pues se extiende desde la parte baja de la espalda hasta las piernas y los pies. La ciática es muy común durante el embarazo por la presión ejercida por el feto sobre la columna. Y si no se toman los recaudos necesarios, pueden resultar dañados los discos de la columna vertebral, la cual a su vez presiona los tejidos de la zona.

El dolor suele aparecer en torno al último trimestre del embarazo, debido a que el peso de la mujer ha aumentado considerablemente y los músculos del abdomen se hallan distendidos y debilitados. La ciática puede generar molestias y dolor, tanto al caminar como al cambiarse de posición, e incluso si no es tratado convenientemente puede llegar a impedir completamente el movimiento.

Los síntomas que se presentan con frecuencia en un comienzo son sensación de adormecimiento, punzadas y hormigueo constante. El dolor puede desaparecer por sí solo, aunque si persiste es aconsejable acudir a un quiropráctico que se especialice en el tratamiento de la ciática durante el embarazo, para de ese modo lograr una recuperación total.

Para prevenir la ciática, es importante practicar ejercicios que fortalezcan la pelvis, abdomen, glúteos y espalda, para conseguir que el incremento de peso no influya negativamente en la columna. El yoga y la natación resultan ideales para tal fin.

También, son beneficiosos los masajes, combinados con un buen descanso y la aplicación de calor en zona dolorida. Para dormir bien, lo mejor es acomodarse del lado izquierdo, colocando un cojín entre las rodillas.

Al mismo tiempo, es necesario mantener una buena postura, con la espalda recta, alternando  el tiempo sentada y de pie. Se recomienda además utilizar calzado bajo y cómodo,  evitar los movimientos bruscos, controlar no engordar más de lo debido y practicar yoga prenatal.

Por su parte, el médico puede indicarle algún medicamento o vitamina B para el fortalecimiento tanto de las defensas como del físico.

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¿Qué es el triple screening?

Para poder descartar enfermedades o la existencia de problemas genéticos en el bebé durante la gestación, existe el triple screening o triple test. Se trata de una prueba voluntaria, realizada en base a  una muestra de sangre de la madre, que permite conocer los niveles de hormonas y proteínas para determinar si el bebé padece anomalías congénitas.

Esta prueba, puede efectuarse voluntariamente entre las 14 y 18 semanas de embarazo. Los niveles de las proteínas y hormonas que se miden mediante el triple test son la Alfafetoproteína (AFP),  una proteína que en grandes cantidades puede indicar espina bífida mientras que en niveles bajos puede ser síntoma de mutaciones cromosómicas en el bebé; Estriol libre (uE3), una hormona sexual que en bajos niveles puede revelar que el niño padece síndrome de Down; y Gonadotropina coriónica (HCG), que también señala la presencia del síndrome de Down cuando aumenta sus niveles.

Si bien el triple screening es un examen de carácter voluntario, existen ciertos grupos de riesgo que deberían someterse al mismo para poder descartar que el bebé presente deficiencias cromosómicas u otras anomalías congénitas. Estos grupos de riesgo están conformados por las mujeres mayores de 35 años, pues el síndrome de Down se da con mayor frecuencia en los embarazos producidos a partir de esa edad.

También, resulta necesario conocer la historia familiar para establecer la existencia de antecedentes de alteraciones cromosómicas en la misma. Asimismo,  aquellas mujeres que hubieran abortado en dos o más ocasiones, deberían realizarse la prueba para reducir riesgos y posibles complicaciones.

De todos modos, este test posee una fiabilidad bastante discutida, por lo que no todos los médicos lo recomiendan, pues se han registrado casos de falsos positivos que revelan la presencia de anomalías inexistentes, al igual que falsos negativos que hacen que se ignoren probables afecciones. De manera que los resultados arrojados por el triple screening sólo deben ser tomados como referencia.

Una buena manera de validar o descartar los resultados del triple test es realizarse otros exámenes como la amniocentesis, una prueba invasiva que extrae con una aguja  muestras del líquido amniótico.

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