El hábito de comer tierra en los niños

Hay una etapa en la que los niños se llevan cada cosa que encuentran a la boca, pues esa es la manera que tienen de explorar e interpretar lo que los rodea. Aunque, a veces, hay bebés que suelen consumir determinadas cosas, lo cual puede llegar a demostrar la existencia de algún  trastorno alimentario, tal como sucede con la Pica, que consiste en el impulso que tienen ciertos niños de comer tierra.
Los bebés que presentan este tipo de problema por lo general suelen tener cierta preferencia por comer tierra, aunque incluso pueden llegar a comer jabón, arcilla, arena, tiza y hasta excremento de animales.
Cuando el problema perdura por más de un mes, volviéndose algo progesivo, se considera que se trata de la Pica, un trastorno alimentario que afecta entre el 10% y el 32% de los niños, con edades compendidas entre 1 y 6 años.
Muchos son los motivos que pueden suscitar la aparición de este problema, como una  alimentación inspropiada en el pequeño, falta de nutrientes, vitaminas  u oligoelemento. Pero en una gran cantidad de casos, sólo se trata de la etapa de exploración por la que pasan comúnmente los bebés.
De todos modos, más allá del motivo que lo origine, se trata de un problema que requiere ser solucionado pues el consumo de tierra le puede provocar al bebé trastornos estomacales y digestivos, y hasta corren peligro de ingerir elementos tóxicos, como los metales pesados que se pueden encontrar en la tierra.
Al identificar esos malos hábitos en los pequeños, es necesario consultar con un médico para que establezca si se trata de alguna falta de vitaminas o minerales, debido a que dicho comportamiento puede ser ocasionado por desnutrición, anemia o insuficiencia de algún elemento vital para el organismo. El tratamiento se debe complementar con una terapia conductual, para enseñarle al niño que existen cosas que se no deben comer y así corregir su conducta.
Por lo general, la Pica suele desaparecer espontáneamente en torno a los 6 años de edad, momento en que el pequeño comienza a ser más sociable. Aunque en aquellos casos en los que la práctica de comer tierra esté relacionado a un problema de desarrollo, ésta puede extenderse hasta la adolescencia e incluso la adultez.

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¿Qué denotan las rabietas de los niños?

Las rabietas, tanto en los bebés como en los niños pequeños, representan uno de los actos más indeseados por los padres, que no siempre saben cómo controlarlas.
Rabietas, pataletas, berrinches o como se las quiera llamar, varias pueden ser sus causas: aburrimiento, cansancio, porque quiere algo, como un dulce o un juguete, y no se lo dan; y muchos etc.  Lo real es que las rabietas forman parte inevitable de la vida de todo niño, por lo que  como padres es necesario estar preparados para afrontarlas.
No todas las rabietas son producto del capricho, sino que pueden indicar también una necesidad de comunicar algo, de modo que es preciso comprender por qué ocurren.
Las principales causas de una rabieta son:
Deseo insatisfecho, por un juguete, un dulce, un objeto,  un lugar al que quiere ir pero    no se lo deja.
Frustración ante algo que no les sale bien.
Necesidad, ya sea de hambre, frío, malestar, sueño, etc.
Negación, a comer, ir a dormir.
Dolencias por algún malestar general o cólicos.
Las rabietas suelen ser comunes en los niños de entre 1 y 2 años, aproximadamente, y dejan de serlo a  la edad de 4 años, pues el niño ya puede expresar con palabras lo que quiere y su personalidad está más formada.
Por más que las rabietas nos resulten molestas a todos, son muestra de crecimiento emocional, pues el niño a través de ellas expresa sus deseos, sus emociones y sus vivencias.
Ante las rabietas, algunos padres terminan cediendo, obteniendo así lo que el niño quiere. Por ello, es importante que los padres podamos definir los límites  entre lo que es ser permisivo y la autoridad, pilares esenciales de su formación.

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Picazón en el embarazo

Desde el quinto o sexto mes de embarazo, cuando la barriga se va tornando más prominente, es cuando algunas mujeres suelen comenzar a sufrir picazón.
La picazón se da especialmente en la zona de la panza, y puede ir aumentando en intensidad con el paso del tiempo, pudiendo llegar a desesperar a cualquiera. Su origen se debe al crecimiento de la barriga, lo cual provoca que la piel se estire y se tense generando resequedad que trae acarreada consigo a la picazón.
Esta picazón también puede darse en otras partes del cuerpo donde la piel  suele estirarse, como por ejemplo los senos, y la zona de las caderas, nalgas y muslos; qué lógicamente aumenta de tamaño por el embarazo.
El estiramiento de la piel producido durante el embarazo, en la mayoría de los casos da paso a la aparición de estrías, que pueden ser leves o severas, dependiendo de cada mujer.
Otro motivo de picazón es el denominado prurito del embarazo, el cual suele aparecer alrededor del quinto mes, pudiendo apreciarse como un enrojecimiento, afectando sobre todo la espalda y las palmas de las manos, así como las plantas de los pies y hasta los genitales.
Una de las causas posibles de la picazón residiría en que las hormonas placentarias producen un mal funcionamiento del hígado reteniendo las sales biliares, de modo la picazón irá a desaparecer después del parto cuando el nivel de hormonas vuelva  a la normalidad.
Esta picazón, puede generar alteraciones en el sueño e incluso heridas por rascarse intensamente. De modo que para aliviar la picazón y evitar la aparición de estrías es conveniente no rascarse, aplicarse compresas frías en las zonas afectadas, evitar lugares calurosos, usar jabón suave, aplicar cremas  a base de avena y sin fragancia, usar  ropa holgada de algodón, y cuidar el peso corporal.

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Control del peso en el embarazo

Si hay algo natural en todas las embarazadas es el aumento de peso, debido lógicamente a la nueva vida que se está gestando. Sin embargo, algunas mujeres suelen experimentar la  pérdida de peso durante el embarazo.
Por lo general, la pérdida de peso en el primer trimestre del embarazo es algo bastante común, debido a las náuseas y vómitos que aparecen durante esos meses. Incluso, la pérdida de peso puede deberse a otros problemas gastrointestinales, como es el caso de la diarrea. Comúnmente, la mayoría de las mujeres que presentan estos síntomas, suelen recuperar su peso y ganar algunos kilos a medida que avanza la gestación.
De todas maneras, es importante saber que la pérdida progresiva de peso no es algo que se produce comúnmente sino que se produce especialmente en mujeres que poseen sobrepeso. Si bien se supone que en el embarazo las mujeres ganan peso para acumular las grasas y energías necesarias para el momento del parto y para favorecer la lactancia, en el caso de las mujeres con sobrepeso sus cuerpos ya poseen estas reservas.
Por consiguiente, cuanto más gruesa te encuentres al momento de la concepción menos kilos habrás de aumentar. Inclusive, tu organismo emplea mayor cantidad de calorías durante la gestación, puesto que la prioridad de tu cuerpo es alimentar a tu bebé, por lo que si no modificas tu dieta tal vez tu cuerpo esté utilizando las reservas que tenía para ti.
No obstante, en caso de que engordes o adelgaces más de 4 kilos en una semana, es necesario que consultes con tu obstetra ya que puede estar indicando la existencia de algún problema.
De modo que durante el embarazo lo más adecuado es llevar una dieta sana y equilibrada, tratando de controlar los antojos y sin realizar ningún tipo de dietas caseras, por tu salud y la de tu bebé.

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Hinchazón de las piernas durante el embarazo

 

Durante el embarazo, en especial en el último trimestre e incluso hasta dos semanas después del parto; tener las piernas hinchadas, al igual que los tobillos y pies, es algo más que común, pudiendo además sentir dolor en las articulaciones.
La hinchazón se ve intensificada sobre todo en los días cálidos y húmedos, al final del día, tras permanecer mucho tiempo parada o sentada, si se ha subido demasiado de peso, si se trata de un embarazo múltiple, entre muchas otras razones. Lo normal, es que la mayor parte de esta hinchazón desaparezca después de dormir por la noche.
La causa de la hinchazón se debe a que los tejidos tienen que resistir el desarrollo del bebé y el parto, de modo que producen y acumulan líquidos, los cuales a su vez provocan hinchazón o edema en las piernas, tobillos y pies, aunque en ocasiones suele darse también en las manos y la cara.
Para aliviar dicha hinchazón  es necesario evitar permanecer mucho tiempo de pie o sentada, no cruzar las piernas al sentarse, intentar mantener elevados los pies aunque sea un rato al día, al dormir recostarse siempre sobre el lado izquierdo del cuerpo para facilitar la circulación sanguínea, realizar caminatas diarias, hacerse masajes, evitar el uso de ropa ajustada, utilizar calzado cómodo y sin tacón, usar medias especiales que den soporte, reducir la cantidad de sal en las comidas, beber al menos 2 litros de agua al día,  y no tomar medicamentos para reducir la hinchazón, excepto por prescripción médica.
En caso de padecer síntomas como hinchazón severa, una pierna visiblemente más hinchada que la otra y dolor a la altura de los muslos, hinchazón en manos y cara, dolores de cabeza intensos, visión borrosa, mareos o dolos agudo en el abdomen, se debe recurrir con rapidez al médico.

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Causas más comunes del parto prematuro y cómo prevenirlo

En este post vamos a referirnos acerca del parto prematuro, que es aquél que  se produce antes de las 37 semanas de gestación. No existe mejor incubadora que el útero materno, por esa razón cuanto más tiempo permanezca el bebé en el útero, mejor será el pronóstico que tendrá el bebé. De ese modo, el mejor tratamiento para el parto prematuro es, sin dudas, prevenirlo.
Ahora bien, sería bueno saber cuáles son las causas del parto prematuro. Por lo general, no se llega a saber con exactitud cual es la razón por la que se  desencadena el parto de manera prematura o se produce una rotura prematura de bolsa, aunque sí se conocen algunas de las causas que pueden predisponer al parto prematuro y que son factibles de evitar.
Por un lado, se hallan las enfermedades de origen materno, las cuales son las más frecuentes, como es el caso de las infecciones de las vías urinarias, enfermedades renales, cardíacas, diabetes, anemias severas y alteraciones tiroideas sin tratamiento.
Por otro lado, se ubican las enfermedades propias del embarazo, como por ejemplo la preeclampsia o una diabetes gestacional, que pueden producir el parto en forma prematura, ya que en este caso es para mejorar el pronóstico de la mamá y del bebé, el cual, de permanecer dentro del útero, corre serios riesgos, incluso mayores que la prematurez misma.
También, interfieren factores uterinos, como miomas uterinos, cuello uterino incompetente, mala implantación de la placenta, malformaciones del útero y útero bicorne.
Al mismo tiempo, existen factores emocionales, debido a que la ansiedad y la tensión de la madre pueden provocar un parto prematuro; la edad materna, ya que las menores de 16 años o mayores de 35 años poseen mayores posibilidades de partos prematuros; factores fetales, a causa de embarazos múltiples, malformaciones cardíacas, cromosómicas o infecciones intrauterinas; factores sociales, como es el caso del bajo nivel socio-económico, malnutrición materna o exceso de actividad física; y hábitos tóxicos maternos, que incluyen el tabaquismo, alcoholismo y el uso de drogas.
Dicho esto, cabe preguntarse ¿Cómo puede prevenirse el parto prematuro? Lo fundamental es evitar el parto prematuro, siempre que se pueda, mediante el reposo y la medicación úteroinhibidora. En caso que resulte imposible frenar el parto, es de vital importancia que la atención del mismo sea realizada en un centro médico con la complejidad necesaria para dar solución a cualquiera de las complicaciones más comunes del bebé prematuro.
Para ello, también es importante reconocer los síntomas del parto prematuro: presión sobre el pubis y periné, dolor en la zona lumbar, puntadas o sensación de vacío en la zona vaginal profunda, aumento de las secreciones vaginales, flujo vaginal amarronado o levemente sanguinoliento, rotura de la bolsa de aguas y hemorragia vaginal.
En caso que sientas cualquiera de estos síntomas, debes mantener la calma ya que algunos de ellos pueden confundirse con los síntomas normales del embarazo. Pero ante la menor sospecha de que algo no está bien, no dudes en consultar inmediatamente al médico.

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