Recomiendan controlar la presión arterial desde los cinco años

Las familias, según las recomendaciones de los profesionales de la salud, deben comenzar a controlar la presión arterial de sus hijos desde los 5 años de edad, pues de ese modo podrán detectarse a tiempo casos de hipertensión arterial, en especial en los  pequeños que tengan tendencia al sobrepeso.
Es una realidad que la hipertensión infantil toma por sorpresa tanto a las familias como a los pediatras, dado que no se acostumbra tomar la presión de los niños durante las consultas. Esto hace que se vea retrasada la realización del tratamiento apropiado. Sin embargo, para medir la presión arterial infantil es preciso usar un aparato especial, lo que dificulta en general el diagnóstico acertado porque no todas las instituciones de salud disponen de un equipo de estas características.
Cabe señalar que durante la infancia uno de cada tres niños posee la presión más elevada de lo normal, lo cual es propiciado por la propensión al aumento de peso producto del sedentarismo y una mala nutrición.
Todavía, resulta un tanto complicado que tanto los adultos como algunos médicos entiendan es necesario tomarle la presión a los pequeños puesto que la hipertensión no afecta solamente a los adultos, sino que cada día hay más casos entre los niños. Y si este problema no es tratado a tiempo, puede que se vea perjudicada la calidad de vida del niño.
Según los especialistas, un niño es hipertenso cuando supera la perceptila de 95, calculada en base a la edad. De este modo, quien esté por encima de los parámetros saludables se dice que posee la presión alta, estando este problema muy vinculado a la diabetes u obesidad. Por tal motivo, es muy importante tomar medidas preventivas desde edades muy tempranas, como limitar el consumo de azúcar, así como de frituras, sal, comida chatarra y bebidas azucaradas, pues de ello dependerá el bienestar de los niños.

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Efectos de la dermatitis alérgica en los niños

Cuando la piel de los niños evidencia la existencia de zonas inflamadas, que generalmente le producen a los niños picazón e incomodidad, entonces se está en presencia de la dermatitis alérgica, una enfermedad que hace que lleva a los pequeños a rascarse hasta el punto de llegar a producirles graves heridas que, de no ser tratadas a tiempo, corren el riesgo de infectarse En casos extremos, el aspecto de la piel puede cambiar, dando lugar a lo que se conoce como piel de naranja o celulitis.
Alrededor del 5% de los bebés lactantes padece dermatitis alérgica o atópica, que debe ser trata lo antes posible por un médico.
La dermatitis se caracteriza por prurito excesivo e inflamación en la piel, que puede producir excoriaciones e incluso heridas al rascarse el niño en la zona afectada. 
Vale aclarar que los lactantes suelen ser los más afectados ya que su sistema inmunológico aún no está del todo desarrollado, situación que los vuelve propensos a  presentar cuadros alérgicos.  Es el propio organismo el que desencadena un proceso inflamatorio de la piel, generando descamaciones, piel seca o zonas irritadas.
No es una enfermedad contagiosa, de manera que no es necesario adoptar medidas extremas en el hogar, sino que tan sólo es necesario llevar al pequeño al médico para que reciba el tratamiento adecuado.
A medida que el niño va creciendo varía la localización de las lesiones. Por esa razón, es necesario que los adultos tengan cuidado de que sus hijos no consuman comidas que contengan colorantes, permanezcan alejados de las mascotas con abundante pelaje y utilicen jabones apropiados en los baños, pues sólo de esa forma podrán evitar que el cuadro empeore.
Al consultar con el dermatólogo infantil, éste será quien realice una evaluación médica, incluyendo necesariamente el dosaje de inmunoglobulina para determinar la magnitud del daño con precisión. En base a ello, podrá empezar un tratamiento sistémico que consiste básicamente en el empleo de corticoides e histamínicos, conforme al peso y la edad del niño. El tratamiento es complementado con la aplicación de cremas para aliviar la sensibilidad de la piel. Pero si la herida está infectada, entonces se le indicarán la toma de antibióticos, además del uso de cremas hidratantes y jabones específicos para estos casos.
Para prevenir la dermatitis es recomendable que el hogar se halle totalmente libre de 
alérgenos, cuidando que no se acumule polvo en los juguetes y se evite el consumo de alimentos que estén elaborados con muchos saborizantes o colorantes. También, es necesario que los niños no ingieran mariscos, cítricos y productos enlatados.

Los antigripales pueden ser perjudiciales para la salud de los niños

Los antigripales, de acuerdo a lo expuesto por los profesionales de la salud, le pueden acarrear más complicaciones a los niños que beneficios debido a los efectos adversos que pueden conllevar. 
De acuerdo a los datos estadísticos que se desprenden de la encuesta National Poll on Children’s Health del instituto pediátrico C.S. Mott Children’s Hospital de Michigan, en los Estados Unidos, el 44% de los padres le suministran a sus hijos menores de cuatro años medicamentos de venta libre para el resfriado, en tanto que el 42%  acostumbra medicarlos contra la tos y el 25%  los medica con descongestionantes para tratar una gripe fuerte.
Diferentes estudios que fueron realizados en las últimas décadas señalan que este tipo de medicamentos no son muy beneficiosos para la gripe de los niños e incluso pueden ser perjudiciales.
Entre los efectos adversos de los antigripales se pueden mencionar: mareos, problemas a nivel respiratorio e incremento de la frecuencia cardíaca, pudiendo llegar a producir hasta convulsiones. Es importante remarcar que solo un mínimo porcentaje de niños llegan a experimentar tales síntomas. Asimismo, este tipo de medicaciones, aunque sean bien toleradas por los pequeños, no alivian los síntomas de la gripe.
Por ese motivo, los pediatras no recomiendan darles estos medicamentos a los niños, salvo que ellos así los prescriban. La cuestión es que, en ocasiones, los padres les solicitan a los médicos que mediquen a sus niños para bajarles la ansiedad. Y esto hace que a veces se indiquen antibióticos innecesariamente para tratar una gripa. Lamentablemente, esta situación se produce porque el sistema de salud no les da a los médicos el tiempo necesario para poder educar a los padres.

Podría detectarse el autismo a través del estudio de la placenta

Los investigadores de la Escuela de Medicina de Yale, en Estados Unidos, sostienen que los defectos en la placenta pueden estar vinculados al aumento en el riesgo de autismo en el bebé. En efecto, el riesgo que posee el feto de ser autista puede medirse al nacer a través de la búsqueda de imperfecciones o anomalías en la placenta.
De este modo, mediante el estudo realizado en Yale es posible medir las probabilidades que posee un niño en apariencia normal de desarrollar a futuro autismo, analizando la placenta de manera cuidadosa. El análisis de la existencia de daños o anomalías en la misma sería crucial para poder efectuar un diagnóstico precoz y empezar de forma temprana un tratamiento apropiado para el desarrollo del pequeño con autismo.
Para realizar tal afirmación, los investigadores examinaron unas 117 placentas de bebés recién nacidos, que pertenecían a familias en situación de riesgo. Así, lograron determinar que las anomalías en loss pliegues de la placenta y las células anormales de crecimiento son claves para poder identificar a los recién nacidos con riesgo de autismo.
Hoy en día, los antecedentes familiares son una de las principales herramientas con las que disponen los profesionales médicos para la prevención del riesgo de autismo, pues aquellos que poseen ya un niño autista presentan nueve veces más posibilidades de tener otro hijo con el mismo problema.
Por desgracia, aquellos que no poseen casos de autismo en su historia familiar tienen que confiar en la detección de los signos o indicadores tempranos, los cuales puede que no se manifiesten claramente hasta llegar a los dos o tres años de vida.

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La lactancia exclusiva reduce el riesgo de infecciones respiratorias

La lactancia exclusiva, al menos durante los primeros seis meses de vida, es de gran importancia ya que de ese modo los bebés se hallan protegidos, disminuyendo el riesgo de contraer infecciones respiratorias que pueden ser muy perjudiciales para su salud.
Los especialistas médicos señalan que incluso los bebés que son alimentados con leche de fórmula, reemplazando la lactancia materna,  son menos saludables y más propensos  a enfermarse de las vías respiratorias, presentando cuadros de tos y alergias.
En el caso de los niños que son alimentados a base de leche materna poseen más defensas contra las infeccioes respiratorias agudas, como es el caso de bronquitis, gripe, neumonía o resfrío, cuya aparición se produce sobre todo cuando cambia el clima. En efecto, la leche materna le aporta al organismo de los pequeños las vitaminas, proteínas, grasas y minerales suficientes para reforzar su sistema inmunológico.
El calostro, que es la primera leche, no sólo ofrece inmunidad contra las infecciones respiratorias, sino que también protege contra las digestivas y previene los cuadros alergias en la etapa de la adultez.

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Besar a los niños en la boca aumenta el riesgo de contagio de meningitis

Los adultos acostumbran demostrarles cariño a los bebés a través de los bebés, incluso mucho suelen besarlos en la boca, algo que los especialistas recomiendan evitar pues la salud de los pequeños se podría ver comprometida.
La boca de un adulto posee un porcentaje de bacterias que los bebés no tienen. De modo que, al darles un beso en la boca, se los expone de manera temprana a ciertos agentes que pueden disminuir sus defensas, haciendo que se enfermen más fácilmente. Pero, a su vez, un estudio reciente determinó que besar tanto a los bebés como a los niños en la boca incrementa el riesgo de contagio de meningitis, enfermedad muy severa que afecta a personas que poseen las defensas bajas o que sufren de alguna otra enfermedad y que se transmite por la saliva.
La meningitis es una infección que afecta la meninge del cerebro y que se puede expandir con facilidad al resto del cuerpo, complicando la circulación sanguínea y provocando dolores de cabeza y cuerpo intensos, llegando inclusive a poder poner en riesgo la vida de los niños pequeños.
Actualmente, el 30% de los lactantes y niños pueden presentar un cuadro serio de meningitis, todo depende de cuan rápido reciben asistencia médica, es decir, son diagnosticados y reciben el tratamiento necesario. Lo que sucede es que se trata de una enfermedad bastante difícil de diagnosticar. Para su detección es preciso hacer una punción lumbar para identificar si existe presencia de pus.
Dada la vulnerabilidad del sistema inmunológico de los niños, se vuelven más propensos a padecer esta enfermedad. Según datos estadísticos, el 30% de los pacientes que la sufrieron quedan con secuelas de por vida, como por ejemplo, parálisis, sordera, retardo mental o la posible amputación de alguna de sus extremidades.
Los síntomas que suelen acompañar esta enfermedad son fiebre alta, vómitos, náuseas y manchas púrpuras  en todo el cuerpo.

Los niños prefieren mirar tv a jugar

Los tiempos inevitablemente van cambiando, y los niños de antes poco y nada se parecen a los de hoy, sobre todo en lo que respecta a los hábitos relacionados con el  juego y el entretenimiento, pues actualmente los expertos revelan que los niños juegan mucho menos que los de épocas pasadas.
Un estudio denominado Aladino, que se desarrolló acerca de la Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad, ofrece datos preocupantes de las nuevas tendencias de los niños en cuanto al estilo de vida que adoptan, pues prefieren mirar televisión o navegar por internet en vez de jugar y aprender por sí mismos, lo cual los torna más propensos a convertirse en obesos.
El sedentarismo posee una vinculación estrecha con el aumento significativo de peso en un escaso periodo de tiempo, sobre todo en los niños de entre 6 y 9 años que pasan un promedio de 6 horas como mínimo mirando televisión los fines de semana, dedicándole tan sólo 4 horas a jugar.
En este estilo de vida, sin dudas, tienen mucho que ver los padres, quienes deberían rever las rutinas de su familia para prestarle mayor atención a las actividades que realizan sus hijos, pues en muchos casos los pequeños optan por refugiarse en la televisión, Internet y en los juegos de consola debido a que sus padres pasan muchas horas fuera de casa por el trabajo y no hay nadie que los controle realmente.
Lo ideal es empezar a regular los programas que los niños pueden ver en la televisión así como la cantidad de tiempo que pueden permanecer expuestos frente a la misma, procurando combinar la tv con otras actividades, como juegos al aire libre, deportes, juegos de ingenio y cualquier otra alternativa que favorezca el desarrollo de los pequeños y los mantenga alejados del sobrepreso.

Dejar de fumar en el embarazo

Es de público conocimiento que fumar durante el embarazo es sumamente perjudicial para la salud, no solo de la futura madre sino también del feto. No obstante, las estadísticas revelan que entre el 11% y el 30% de las mujeres embarazadas son fumadoras o se encuentran expuestas de manera pasiva al humo del cigarrillo. En el caso de España, el 43,5% de las mujeres con edades comprendidas entre los 25 y 44 fuma, aunque dicho porcentaje se reduce al 26,6% durante la gestación.
Al fumar, los niveles de concentración de nicotina en el feto superan en un 15% a los que se registran en la madre.
A pesar que las mujeres suelen disminuir el consumo regular de tabaco en el embarazo, es de suma importancia analizar cuáles son los efectos que produce en el desarrollo del feto la exposición a pequeñas cantidades de tabaco.
Continuando con los datos estadísticos, el 30 por ciento de las mujeres adictas al tabaco continuan fumando en las primeras semanas de la gestación.
Quedarse embarazada es la oportunidad perfecta para abandonar el hábito de fumar. De hecho, muchas mujeres lo logran, aunque luego de tener al bebé tienden a recaer en el vicio fácilmente. En efecto, el 50 por ciento de las mujeres vuelve a fumar tras pasar seis meses de haber dado a luz, pero esa cifra trepa al 80 por ciento un año después.
Desde ya que las madres no desean dañar la salud de sus bebés, pero en algunos casos la adicción es tal que dificulta el dejar de fumar por sí solas. En tal sentido, solamente cuatro de cada diez embarazadas logran abandonar este hábito por propia voluntad. Por eso, lo ideal es pedir ayuda como primera medida al médico ginecólogo.
De acuerdo a los datos epidemiológicos, las embarazadas que tienen una adicción al tabajo fuman en promedio unos 13 cigarrillos diarios. Si esta cantidad es multiplicada por los 9 meses de gestación, resultará que el bebé es expuesto al efecto nocivo de 3.640 cigarrillos.
Tan solo 20 minutos después de haber dejado de fumar, se normalizan el pulso y la presión sanguínea de la embarazada, transcurridas unas ocho horas ya se evidencia una reducción de los niveles de monóxido de carbono en el organismo y a las 24 horas disminuye el riesgo de sufrir un infarto.
Los efectos positivos de dejar de fumar también son sentidos inmediatamente por el bebé, puesto que comienza a recibir la cantidad de oxígeno adecuada y su desarrollo ya no es afectado por la nicotina u otras sustancias químicas del cigarrillo.

Los niños prefieren comer las frutas en gajos

De acuerdo un estudio elaborado por la Universidad de Cornell (Estados Unidos), divulgado en la revista digital American Journal of Preventative Medicine, hay que ofrecerles la fruta en gajos a los niños para aumentar significativamente su consumo. Para realizar dicho estudio, los investigadores le solitaron permiso a un grupo de escuelas primarias norteamericanas para colocar máquinas expendedoras de manzanas, cortadas en gajos en tan solo unos pocos segundos.
La investigación incluyó además una segunda etapa, en la cual se usaron expendedoras que ofrecían la fruta entera, analizándose luego el consumo que registró cada grupo de expendedoras y controlando inclusive si los niños desechaban parte de la fruta, tanto si estuviera entera o cortada en gajos.
De este modo, se pudo observar que en las escuelas primarias el consumo de fruta aumentó hasta en un 71% por ofrecerla cortada en gajos, más del doble del consumo regristado en las escuelas que ofrecían las frutas enteras. Cifras similares se registraron en las escuelas secundarias, donde el consumo de la fruta troceada aumentó un 73% entre los estudiantes. Tales resultados indican la necesidad de facilitarles a los niños las frutas de un modo más cómodo, sin que tengan que pelarlas, pues se trata de alimentos sanos que no deben faltar en su dieta.
Al mismo tiempo, se logró constatar que al cortar las piezas en gajos se reduce el desperdicio de fruta, ya que cuando los estudiantes comían la pieza entera siempre acababan tirando a la basura parte de ella porque no se la terminaban.
En general, los niños suelen preferir la fruta pelada y cortada. Según los expertos, esto se debe a que la fruta entera les parece demasiado grande y, por ende, molestas para comer.

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Las embarazadas deben hacer ejercicio físico

Los beneficios de hacer ejercicio físico durante el embarazo son innegables. Por esa razón, los expertos recomiendan realizar al menos 30 minutos diarios de actividad física, 5 veces a la semana. Así, por ejemplo, pueden practicar yoga, salir a caminar, hacer natación, realizar algún ejercicio aeróbico liviano o encarar cualquier otra rutina que sea de bajo impacto.
El hábito saludable de hacer ejercicio físico, sumado a una alimentación equilibrada, es fundamental para llegar a término con el embarazo en óptimo estado de salud, no sólo de las madres sino de los bebés también. Este dato es muy importante, teniendo en cuenta que la mayor parte de las mujeres, más concretamente el 68%, eligen no hacer actividad física durante la gestación, lo cual repercute en el aumento de peso extra.
Los profesionales de la salud consideran de suma importancia recomendar a las embarazadas que adopten este estilo de vida,  basándose en los resultados de un estudio realizado de manera conjunta por la Universidad de Granada y el Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada.
Las investigaciones pudieron comprobar que la mayoría de las mujeres no hace actividad física, no sólo durante su embarazo sino tampoco antes de quedarse embarazadas. Además, comprobaron que el 20% de las mujeres no hace ejercicio físico desde hace años. Dicha información se desprende del análisis realizado sobre un grupo compuesto por 1.175 mujeres embarazadas sanas que cursaban la primera mitad del embarazo.
Tales resultados dan cuenta de la necesidad de intervenir y promover la adopción de estilos de vida saludables en la gestación, que repercutirán favorablemente en la mujer y su futuro hijo.

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