La infertilidad es un problema que afecta a muchos hombres y mujeres, quienes para poder convertirse en padres deben recurrir a tratamientos médicos, aunque no todos pueden acceder a los mismos debido a que son muy costosos. En ocasiones, la infertilidad se debe a los malos hábitos de las personas. Por ejemplo, tanto el alcoholismo como el tabaquismo afectan la fertilidad de hombres y mujeres, puesto que reducen la producción de óvulos y la calidad del semen, imposibilitando lograr un embarazo.
Según los expertos, para conseguir un embarazo es necesario poseer buena salud, dejando a un lado las costumbres malas y cuidando la dieta. En efecto, investigadores del Centro Médico de Reproducción Asistida han descubierto que la dieta mediterránea incrementa las posibilidades de lograr un embarazo.
La dieta mediterránea consiste básicamente en la ingesta de legumbres, cereales, verduras, frutas, pescado y aceites, en grandes cantidades. De ese modo, la alimentación ayuda a solucionar diversos problemas disovulatorios, incrementando las chances de embarazo y mejorando el desarrollo del embrión. Al tiempo que permite mejorar las posibilidades de tener un bebé por vía natural, pero especialmente en aquellos que recurren a la reproducción asistida. Por lo que esta dieta, además de brindar beneficios para reducir el peso corporal de las personas, aumenta las posibilidades de concebir.
En el caso de la obesidad, esta enfermedad puede influir de manera negativa en las funciones del ovario, así como en la calidad ovocitaria y endometrial. Mientras que aquellas mujeres que poseen un peso menor al que le corresponde, son pasibles de sufrir retraso en la menstruación, además de una alteración de los ciclos menstruales y anovulación. De modo que es importante mantener una alimentación equilibrada, rica en nutrientes.
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Una dieta inapropiada durante el embarazo aumente las probabilidades de que los bebés tengan diabetes, según revelaron especialistas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) a través de un estudio que llevaron a cabo. Con esta investigación se confirman los resultados arrojados de estudios anteriores acerca de la alimentación durante la gestación, en los cuales se determinaba que no ingerir determinados alimentos en el embarazo disminuía los niveles de glucosa en los tejidos del feto, afectando por ende el crecimiento del bebé.
La hiperemesis gravídica consiste en una enfermedad que, por lo general, afecta a las madres primerizas y cuyos principales síntomas son los vómitos persistentes, que se extienden desde el comienzo del embarazo hasta los dos meses y medio de gestación.
Las embarazadas deben cuidar su alimentación, pues de ello dependerá el correcto desarrollo del feto. La colina es uno de los nutrientes importantes que no pueden faltar en la dieta. Se halla en la leche, la carne y los huevos, y posee un gran aporte nutritivo.
En torno a los 6 meses de vida, es necesario comenzar incorporar en la dieta de los bebés los alimentos sólidos. Esta cuestión, despierta ciertas inquietudes en las madres respecto a los condimentos que pueden utilizar o no para prepararles la comida, así como en qué cantidades.
Ya es sabido que la obesidad infantil constituye un problema que afecta actualmente a una inmensa cantidad de niños del mundo entero y que no para de crecer, por lo que es necesario que sea tratado. La principal causa de obesidad reside en los malos hábitos que adoptan las familias, no sólo en lo referido a una mala alimentación sino también a una vida sedentaria, entre otros motivos.

Tras el parto, existen diferentes pautas que pueden adoptar las mujeres para ayudar en la cicatrización de la episiotomía y la fortalización del perineo.
Según los especialistas, es fundamental que los niños reciban una buena alimentación durante sus primeros dos años de vida, puesto que de lo contrario estarían expuestos a sufrir efectos irreparables en su salud. Considerando los porcentajes de desnutrición y muerte infantil que se registran cada año, es posible vislumbrar que los pequeños que se encuentran malnutridos antes de llegar a los cinco años de vida se debe a que por lo general acarrean ese problema desde su gestación.