Los especialistas recomiendan incorporar el salmón en la dieta de las embarazadas

Desde hace tiempo que se viene debatiendo y estudiando acerca de los efectos del pescado en el embarazo. Recientemente, un nuevo estudio precisó los beneficios que suponen comer salmón, una especie de pescado azul rica en Omega-3, durante la gestación.
La investigación, que se enmarca dentro de un proyecto financiado por el VI Programa Marco de la Unión Europea, “The Salmon in Pregnancy Study” (SiPS), ha comprobado que la ingesta de salmón incrementa, en las mujeres y sus hijos recién nacidos, el nivel de ácidos grasos omega 3, mejorando así las defensas antioxidantes de ambos a causa de los niveles de selenio y retinol que contiene el pescado.
Para realizar este trabajo, los investigadores eligieron una muestra aleatoria de mujeres embarazadas que consumían poco pescado, las cuales fueron divididas en dos grupos: el grupo Control, que prosiguió con su dieta habitual, y el grupo Salmón, que incorporó a su alimentación dos porciones de salmón “hecho a medida” a partir de la semana 20 del embarazo hasta el parto.
Además de ser rico en ácidos grasos omega 3 de origen vegetal, el salmón contiene vitaminas antioxidantes, como es el caso de las vitaminas A y E, selenio y escasos niveles de contaminantes.
De este modo, los científicos pudieron comprobar que las mujeres embarazadas que normalmente ingieren poco pescado, al consumir dos porciones de salmón por semana incrementan el contenido de ácidos grasos omega 3.
Los ácidos omega-3 son muy útiles para controlar la presión arterial, reducir la tasa de colesterol y mejorar las funciones cardíacas. Asimismo, favorecen un mejor desarrollo cognitivo del bebé y previenen la depresión de la madre.

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Los malos hábitos de las embarazadas modificarían el ADN del feto

Un estudio reciente logró demostrar que ciertas conductas y hábitos de las mujeres durante el embarazo, actuarían como una suerte de “programación” en el feto, predisponiéndolo a padecer sobrepeso duurante toda su vida.
Las mujeres que a lo largo del embarazo no se cuidan como es debido, al fumar, beber alcohol, tener una mala alimentación, la cantidad de ejercicio que realice o la exposición a ciertos agentes contaminantes,  podrían poner en riesgo la vida de sus bebés, puesto que tales factores influyen directamente en la alteración del ADN del bebé, influenciando su estado de salud durante su crecimiento. Esta teoría, es conocida como epigenética.
Para arribar a dicha conclusión, un grupo de investigadores se ocupó de analizar los genes de niños, con edades comprendidas entre los nueve y los once años, buscando genes que tuviesen la misma letra pero que se comportaran de manera distinta, en función a si el niño era obeso o delgado.
Tras la obtención de todas las muestras, se prosiguió realizando un análisis de las pruebas de sangre de esos mismos niños, las cuales habían sido tomadas cuando nacieron. De este modo, los resultados comprobaron que en diversos casos el ADN de los niños con sobrepeso poseía una composición química diferente desde el momento de su nacimiento.
Los niños que nacen con estas alteraciones en su ADN, al llegar a la vida adulta poseen  un sobrepeso que no es coincidente con sus hábitos alimenticios, por lo que no pueden restar la grasa localizada en su organismo de forma sencilla, a través de dietas o ejercicios. Por lo que su propensión a la obesidad se debe a los malos hábitos de sus madres cuando estaban embarazadas.

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La obesidad podría predisponer a las mujeres a sufrir complicaciones en el embarazo e incluso abortos

En una de las sesiones clínicas que se realizan en el Hospital Universitario de Canarias,  la doctora Nieves González hizo referencia a las complicaciones que devienen producto de la obesidad de la madre durante la concepción, la gestación y después del parto. En efecto, según la especialista, las mujeres que sufren de obesidad poseen el doble de posibilidades de aborto en contraste con las mujeres que no son obesas.
Al mismo tiempo, González expresó que la obesidad es como una epidemia de origen no infeccioso que, durante el embarazo, afecta a la fisiopatología de la mujer.
Las mujeres obesas, de por sí, es común que tengan problemas de esterilidad y  si a eso se le agrega el mayor riesgo de abortos, los problemas para lograr la concepción serían importantes.
En el embarazo, las mujeres con obesidad poseen un mayor riesgo de padecer tromboembolismos, apneas del sueño, diabetes gestacional, complicaciones infecciosas e hipertensión o preeclampsia. Incluso por el exceso de peso materno, puede verse alterado el crecimiento fetal ya sea  por exceso o por defecto, aumentando el  riesgo de padecer luego obesidad infantil y problemas cardiovasculares durante la adultez.
Como es sabido, es sumamente importante tomar ácido fólico previo al momento de la concepción, más aún en el caso de mujeres obesas,  para la prevención de malformaciones.
Vale recalcar la necesidad de llevar un control del peso previo al embarazo para, de ese modo, evitar posibles complicaciones.

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Efectos de los fármacos en el desarrollo fetal

Existen ciertas enfermedades que necesitan ser tratadas con fármacos inclusive cuando se está embarazada, a pesar de que se sepa que el medicamento podría llegar a afectar el desarrollo del feto. Estos son los casos en los que el riesgo de interrumpir el tratamiento es significativamente mayor al riesgo que implica el efecto del medicamento en el bebé. Un ejemplo de ello es la depresión.
Es sabido que los antidepresivos pueden tener efectos sobre el feto, pero existen casos en los que la mujer necesita continuar tomándolos, por supuesto que siempre bajo prescripción médica.
Según un nuevo estudio liderado por la investigadora Hanan El Marroun, becaria postdoctoral del departamento de psiquiatría infantil y adolescente del Hospital Pediátrico Sofía y el Centro Médico Erasmo en Rótterdam, existen algunos antidepresivos, los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) como por ejemplo Paxil y Prozac, que pueden afectar al tamaño de la cabeza del bebé.
Los autores de la investigación, se basaron en datos de los partos de unas 7.700 mujeres. De las cuales, el 91 por ciento no padecía depresión o tenía síntomas muy leves. En tanto que el 7 por ciento tenía depresión pero no se medicaba con ISRS y el 1 por ciento restante tenía síntomas de depresión y se medicó durante la gestación.
El estudio reveló que los bebés de madres con depresión no medicadas con ISRS tendieron a ser proporcionalmente más pequeños y a nacer un día después de la fecha prevista de parto. Mientras que los bebés de las madres que sí tomaron dichos fármacos nacieron con cabezas más pequeñas, y mostraron el doble de posibilidades de nacer de manera prematura.
Vale aclarar que la finalidad de dicho estudio es servir de ayuda a los especialistas al momento de valorar la conveniencia o no de que la madre continúe con el tratamiento con ISRS durante la gestación.

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El control de la diabetes antes de la concepción reduciría los casos de malformaciones en los bebés

Un estudio, llevado a cabo por investigadores del Reino Unido y publicado en la revista “Diabetology”, ha revelado que  existiría una relación directa entre la diabetes materna y las malformaciones congénitas. Según los especialistas, esto se podría deber a la falta de control de los niveles de azúcar antes de la concepción. En efecto, se recomienda a las mujeres con tipo 1 o 2 de diabetes, que están buscando un embarazo, que se hagan los controles de azúcar respectivos.
Los impulsores del estudio hallaron que las cardiopatías congénitas y los casos de espina bífida aumentaban entre las mujeres con diabetes. Para el estudio, fueron controlados 400.000, de los cuales 1677 eran de mujeres diabéticas. Tras revisar los resultados, comprobaron que el porcentaje de niños con tales defectos congénitos era de 19 por cada mil nacimientos en los casos de mujeres sanas, en tanto que la cifra ascendía a 72 por cada mil nacimientos en las madres con diabetes.
En la mayoría de los casos, las anomalías se sucedieron entre la semana cuatro y seis de gestación. No obstante, vale aclarar que si la diabetes es controlada de manera periódica, antes y durante el embarazo, la mayoría de las mujeres que sufren de diabetes consiguen tener un embarazo sano.
De manera que lo importante es asesorarse con un profesional médico cuando decidas  buscar quedar embarazada, para que prepares tu cuerpo para ese momento.

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Cambios en el sistema nervioso durante el embarazo

Durante el embarazo la mujer experimenta muchos cambios en su cuerpo, además del evidente aumento de peso, provocados por  los agentes químicos que liberan las hormonas.
De esta manera, el cerebro de la embarazada también se prepara y modifica al igual que el resto del cuerpo, para acoger el bebé en su interior. Es durante este proceso cuando desarrolla el sentido de la empatía y se pierde memoria.
De modo que la mente de la mujer embarazada se prepara para eliminar situaciones de estrés que puedan de alguna manera perjudicar al buen desarrollo del bebé. Pudiendo lograr una conexión tan cercana que le da la posibilidad de conocer cuáles son las necesidades del pequeño.
Los científicos de la Universidad de Chapman, en Estados Unidos, han sido quienes pudieron explicar como las hormonas de la madre,  que se ubican en las zonas que trabajan las emociones, controlando el nerviosismo, la incertidumbre y el estrés; preparan su cerebro para el periodo de la gestación para fomentar la empatía ante las necesidades del bebé en camino.
Al coste de este desarrollo positivo se lo puede resumir en una leve pérdida de memoria, algo que no desvela a los investigadores pues, por la sensibilidad de la mujer embarazada, se consigue una conexión mayor con el bebé y, por ende, un desarrollo emocional marcadamente más efectivo.
Es por ese motivo que se conoce muy poco acerca del desarrollo del sistema nervioso central de las embarazadas, siendo que las emociones son claves en el embarazo y futura salud del bebé.

Anticoncepción oral durante la lactancia

Es necesario que todas las mujeres sepan que la lactancia puede dificultar el embarazo aunque no evitarlo, puesto que no es un anticonceptivo válido. De modo que para evitar quedar embarazada, es necesario utilizar un método anticonceptivo, recomendado siempre por el médico. Si te inclinas por anticonceptivos orales, éstos no deben contener estrógenos, sino sólo progesterona.
Los estrógenos influyen en la calidad y cantidad de leche, por lo que es necesario evitarlos. La progesterona, por su parte, no afecta de ninguna manera la lactancia. Vale aclarar que la eficacia de la píldora es independiente a si la mujer da el pecho o no, por lo que se la puede continuar tomando luego del destete.
La píldora de progestina o progesterona posee similar eficacia a la combinada para evitar el embarazo. Posee un riesgo de tres embarazos por cada cien mujeres que las toman, siendo en comparación más efectiva que los preservativos, el diafragma o incluso los espermicidas.
Una de las ventajas de esta píldora es que no suele provocar dolor de cabeza. Aunque puede dar hambre, ocasionar sangrado entre los periodos y tiene más restricciones en relación al horario de la toma, de modo que siempre se debe tomar a la misma hora o con un margen no mayor a tres horas. En caso de olvido, lo más conveniente será usar preservativo para evitar la concepción.
La progesterona impide la liberación del óvulo,  modifica el útero y espesa el moco cervical, dificultando de ese modo un embarazo.
Al finalizar el periodo de la lactancia, consulta con tu médico sobre si es conveniente o no cambiar de medicación anticonceptiva.

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Infusiones en el embarazo

Al quedar embarazada, además de realizarte los controles médicos periódicos, es necesario informarse acerca de aquellas cosas que es conveniente limitar o eliminar de tu vida cotidiana.
Hay ciertos alimentos que, por muy sanos que parezcan, pueden resultar perjudiciales para el buen desarrollo del bebé. Tal es el caso de ciertas infusiones, aunque existen algunas que ayudan a sobrellevar las molestias producidas por el embarazo.
Entre las infusiones que resultan beneficiosas  se encuentra el té verde,  compuesto por polifenoles que sirven para proteger el corazón, favoreciendo la hidratación y aportando nutrientes tales como hierro y calcio.
Por su parte, el Té Rooibos posee un gran porcentaje de antioxidantes, favorece la eliminación de líquidos y no genera ningún perjuicio al bebé pues no contiene cafeína.
En tanto que el jengibre con menta, es muy útil para controlar las náuseas, el té de manzanilla ayuda a dormir bien,  las hojas de frambuesa fortalece los músculos del cuello uterino, fundamental para el momento del parto; y el té de hoja de ortiga, es rico en  vitaminas y minerales.
Estas infusiones, se deben tomar con moderación y siempre consultando previamente con el profesional médico.
Es necesario evitar el consumo de las preparaciones a base de ruibarbo, aloe, gingseng y flor de la pasión.

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Miocardiopatía periparto

Al igual que muchos otros órganos de nuestro cuerpo, el corazón sufre cambios durante la gestación, el cual posee más trabajo debido a que el torrente sanguíneo que tiene que bombear es mayor al habitual. Dicho trabajo, por lo general es bueno porque es comparable al ritmo que lleva el corazón al hacer ejercicio. Pero en algunos casos el corazón no soporta tal esfuerzo y se puede lesionar.
Uno de los problemas que pueden surgir es el de la miocardiopatía periparto, un trastorno que suele aparecer en la etapa final del embarazo o incluso durante los cinco meses posteriores al parto. El músculo cardíaco se debilita y se ve imposibilitado de bombear sangre al ritmo correcto, lo cual deviene en problemas en los pulmones, el hígado y otros órganos del cuerpo. Generalmente, se manifiesta de manera progresiva a través de edemas en las extremidades o dificultad al respirar.
Es de suma importancia controlar si luego del parto se produce un aumento repentino de peso ya que esto podría estar indicando retención de líquidos. Asimismo, las palpitaciones así como la fatiga, son indicadores también de insuficiencia cardíaca. En caso de que el empeoramiento sea muy rápido, se puede llegar a necesitar  un trasplante del corazón.
Si bien se trata de una enfermedad que en algunos casos puede ser fatal, comúnmente con los tratamientos adecuados el corazón se recupera.
La miocardiopatía periparto, se puede presentar en cualquier mujer, aunque les ocurre con mayor frecuencia a las mayores de 30 años y mujeres con varios hijos. A su vez, ocurre con mas frecuencia en embarazos gemelares y en las mujeres que sufren hipertensión arterial.

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Los sueños en el embarazo

Durante el embarazo, el organismo de la mujer sufre numerosos cambios. Las hormonas realizan su trabajo tanto físico como mental, preparando al cuerpo para la gestación.
A su vez, el estado de ánimo y los sentimientos de las futuras madres sufren ciertas alteraciones. Es común, que la embarazada se sorprenda divagando por el mundo de los sueños y las ilusiones sobre cómo será el bebé. Estos estados de ánimo, se convierten en temores o desconfianzas al futuro.
En el mundo onírico ocurre algo similar. Las visualizaciones idílicas del bebé, se entremezclan con otras que pueden generarle a las embarazadas sentimientos de angustia, miedo o desazón ilimitada. Básicamente, se trata de símbolos que manifiestan sus temores más íntimos. Es preciso tener en cuenta que, durante el sueño, nuestros anhelos así como nuestros temores se expresan sin que sean posibles de controlar.
Resulta llamativo como, de acuerdo al tiempo de gestación de la madre,  los sueños son canalizados en uno u otro sentido, basándose en lo que le preocupa en ese momento.
A lo largo del primer trimestre, uno de los sueños más comunes en las embarazadas es estar en medio de una catástrofe natural, como terremotos, tsunamis, tormentas, etc, cuyo significado se basa en la responsabilidad de tener que cuidar al bebé recién gestado.
Asimismo, suelen ser habituales los sueños con animales pequeños, a los que la mujer acaricia y protege; sueños con agua, símbolo de la sexualidad; o plantas, que hacen referencia a la fertilidad.

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