Embarazo adolescente

Cuando una adolescente se entera que está embarazada puede sentir una serie de emociones, tan distintas como intensas. Estos embarazos, en la mayoría de los casos, no son planeados y representan el comienzo de un largo camino lleno de cambios.
Con respecto a los cuidados prenatales, lo más importante es buscar atención médica lo antes posible, ya que protegerá tu salud y la de tu bebé.
Además de consultar con el especialista, es importante mantener una dieta equilibrada, además de no fumar, no consumir bebidas alcohólicas o tomar drogas, puesto que  incrementan el riesgo de parto prematuro, así como complicaciones durante el embarazo y bajo peso del bebé al nacer.
También, hay que tener en cuenta  el impacto emocional que producirá la noticia del embarazo tanto en ti como en tu seno familiar, debido a que  es normal que lleve un tiempo para la familia de procesar la nueva situación. Al principio, lo más común es que reaccionen con sorpresa o enojo, en especial los padres, pero esto no quiere decir que tu relación con ellos irá a cambiar. Sólo es cuestión de tiempo.
Lograr manejar las emociones te servirá de ayuda para llevar adelante tu embarazo y a tu familia a brindarte apoyo en el proceso. Para ello, puedes consultar con tu doctor, un consejero o psicólogo, en caso que te sientas desbordada por tus emociones. Los estudios demuestran que el apoyo por parte de los seres queridos tiene un gran impacto en el buen desarrollo de los embarazos en adolescentes.
Si bien se trata de una situación para nada fácil, tu embarazo no implica que abandones tus estudios y sueños. Para ello, puedes empezar por informarte sobre escuelas que disponen de programas especiales para mamás adolescentes. Y, lo más importante, es bueno que hables con tu familia sobre cómo se irán a organizar para cuando nazca el bebé.

Imagen:

http://www.monografias.com

El uso de faja durante el embarazo

Durante el embarazo, el cuerpo de las mujeres empieza a cambiar en distintas formas y el vientre comienza a ser más prominente con el crecimiento del bebé. A veces, suele ocurrir que la embarazada padezca dolores de espalda y de pelvis, debido a que su cuerpo está cargando un peso al que no se encontraba acostumbrado, y ejerce presión en los músculos de esa zona. Para calmar un poco dicho dolor, es recomendable usar una faja que ayude a cargar el peso del bebé durante la gestación.
Estos dolores no inciden para nada en el bebé, y se los puede aliviar mediante el uso de una faja para embarazadas. Las fajas levantan un poco la panza cuando se encuentra demasiado baja y ayudan a tener una correcta posición en relación a la columna.
Para colocarse la faja, hay que hacerlo acostada en la cama de espaldas,  pues de ese modo se podrá acomodar mejor y soportará mejor el peso de la panza al ponerse de pie.
Hay distintos tipos de fajas, algunas son fajas pélvicas que rodean las caderas y existen otras más completas que cubren toda la panza. Lo más conveniente es probarlas antes de proceder a comprarlas y elegir la que se ajuste de forma más cómoda.
De este modo, a la hora de ir a comprar una faja es preciso tener en cuenta que no tiene que ser  ni muy alta ni muy estrecha, debe cubrir bien las caderas, y las costuras deben ser reforzadas en el medio y a los lados.
Luego del parto, lo más conveniente es continuar utilizando una faja pero en este caso para favorecer la pronta recuperación de la figura de la mujer.

Imagen:

http://modamaternidadmama.blogspot.com

 

Un nuevo estudio permite conocer el sexo del bebé en la octava semana de gestación

Los padres podrán conocer el sexo del bebé en la octava semana de gestación, sin tener que esperar como ocurría hasta el momento a la vigésima. Incluso, se podrá realizar el diagnóstico de enfermedades, tales como la hemofilia o la distrofia muscular, con solo una muestra de sangre de la madre que presenta ADN del futuro bebé.
Este avance de la ciencia tuvo lugar gracias a las investigaciones llevadas a cabo por el laboratorio Lorgen en conjunto con el Hospital Materno Infantil Virgen de las Nieves de Granada y la Fundación para la Investigación Biosanitaria (FIBAO). De este modo, es posible saber a los dos meses de embarazo el sexo del futuro bebé,  con una fiabilidad superior al 98%, con mayor exactitud que la ecografía.
Hasta ahora el diagnóstico prenatal precisaba esperar hasta la vigésima semana del embarazo, recurriendo a la ecografía o a la toma de células fetales mediante métodos invasivos, como la biopsia y la cordocentesis, los cuales pueden suponer algunos riesgos al introducirse en la placenta.
Las nuevas pruebas, como no emplean técnicas invasivas sino sólo una muestra de sangre, no implican ningún peligro para la embarazada y el feto.
La cuestión de contar con el ADN del feto abre la puerta a otros análisis genéticos, para el diagnóstico de otras enfermedades y la prevención de una serie de problemas durante la gestación.
En el caso de que la familia posea antecedentes de enfermedades monogénicas y que, por consiguiente, la madre requiera de ciertos cuidados y atención especial durante el embarazo, el Servicio Nacional de Salud cubre el coste de las pruebas.
En tanto que si lo que se pretende es conocer el sexo del bebé sin esperar a la semana 20 o apelar a técnicas invasivas, la madre tiene que acudir a un laboratorio de análisis clínicos o una clínica ginecológica para la extracción de una muestra de sangre, la cual será enviada a Laboratorios Lorgen, teniendo acceso a los resultados en un plazo de 48 horas. Vale aclarar que, en este caso, el coste de las pruebas será de entre 120 y 130 euros.

Imagen:

http://esoterismos.com/

Dolores más frecuentes en el embarazo

Durante el embarazo, la mayoría de las mujeres suelen sufrir molestias musculares y de articulaciones. Más concretamente, cerca del 50% de las embarazadas sentirán algún dolor muscular, óseo o articular.
Tales molestias, por lo general, aparecen a partir de la semana 14 de gestación, ya que ahí es cuando comienza a sentirse la carga del peso extra.
El Dolor del Ligamento Redondo, que las mujeres solemos conocer como “Dolor de ovarios”, aparece al final de un día  agitado, tras haber caminado mucho o haber estado bastante tiempo de pie, afectando así la zona afectada del ligamento  de la ingle.
Por su parte, el dolor púbico se produce por la relajación de la articulación del pubis debido a las hormonas, la cual es  necesaria para el parto. El dolor, que se sitúa por debajo del ombligo y encima del vello púbico, se agudiza con el trabajo pesado, al permanecer mucho tiempo sin cambiar de posición o al hacer fuerza con los abdominales.
A partir del 3er trimestre del embarazo, suelen aparecer otros dolores, como es el caso del Lumbago, dolor que se  localiza en la parte baja de la espalda, al centro y por sobre los glúteos, y que se debe a los cambios que se suceden en  la columna vertebral producto del aumento del peso del abdomen. Lo mejor es evitar inclinarse hacia adelante para  recoger algo del suelo. Un poco de reposo es bueno para aliviar el dolor.
También, se puede sufrir Sacroileitis, debido a los cambios que se producen en la columna vertebral con el propósito de  contrarrestar el peso de la mujer. Al igual que el lumbago, también mejora con el reposo.
Otro de los dolores más comunes es el ocasionado por el Síndrome del Túnel del Carpo, que consiste en  entumecimiento, dolor y cosquilleo de los dedos de las manos, especialmente del dedo índice y medio. Dicha molestia se
origina por la acumulación de líquido en una parte próxima a la muñeca que aprisiona los nervios. Se calma elevando las manos por encima del nivel del corazón y, además, abriendo y cerrando los dedos.
Si bien dichas molestias no revisten ningún tipo de peligro para la madre o el niño, pueden llegar a influir en su estado de ánimo, lo cual es claramente desfavorable para ambos.
Si los dolores se tornan muy intensos, lo más adecuado en consultar con el médico para encontrar las maneras de hacer  para que éstos mermen.

Imagen:

consejosmama.blogspot.com

Control del peso en el embarazo

Si hay algo natural en todas las embarazadas es el aumento de peso, debido lógicamente a la nueva vida que se está gestando. Sin embargo, algunas mujeres suelen experimentar la  pérdida de peso durante el embarazo.
Por lo general, la pérdida de peso en el primer trimestre del embarazo es algo bastante común, debido a las náuseas y vómitos que aparecen durante esos meses. Incluso, la pérdida de peso puede deberse a otros problemas gastrointestinales, como es el caso de la diarrea. Comúnmente, la mayoría de las mujeres que presentan estos síntomas, suelen recuperar su peso y ganar algunos kilos a medida que avanza la gestación.
De todas maneras, es importante saber que la pérdida progresiva de peso no es algo que se produce comúnmente sino que se produce especialmente en mujeres que poseen sobrepeso. Si bien se supone que en el embarazo las mujeres ganan peso para acumular las grasas y energías necesarias para el momento del parto y para favorecer la lactancia, en el caso de las mujeres con sobrepeso sus cuerpos ya poseen estas reservas.
Por consiguiente, cuanto más gruesa te encuentres al momento de la concepción menos kilos habrás de aumentar. Inclusive, tu organismo emplea mayor cantidad de calorías durante la gestación, puesto que la prioridad de tu cuerpo es alimentar a tu bebé, por lo que si no modificas tu dieta tal vez tu cuerpo esté utilizando las reservas que tenía para ti.
No obstante, en caso de que engordes o adelgaces más de 4 kilos en una semana, es necesario que consultes con tu obstetra ya que puede estar indicando la existencia de algún problema.
De modo que durante el embarazo lo más adecuado es llevar una dieta sana y equilibrada, tratando de controlar los antojos y sin realizar ningún tipo de dietas caseras, por tu salud y la de tu bebé.

Imagen:

http://embarazo.cuidadoinfantil.net

Trastornos en la piel durante el embarazo

Todo embarazo supone  una transformación prácticamente constante. Producto de los cambios hormonales que se producen en el organismo, muchas mujeres observan que padecen trastornos en la piel que afectan principalmente su estética pero que en la mayoría de los casos suelen desaparecer luego del alumbramiento.
Los problemas más frecuentes son piel seca, irritada, con picores y textura irregular. De todos modos, cada caso precisa ser atendido de manera particular, por lo que ante la mínima duda lo más conveniente es consultar al médico para determinar frente a cuál problema de piel se está.
Lo más conveniente para aquellas mujeres embarazadas que noten cambios en la piel  es contar con una buena crema hidratante, aplicándola en la zona afectada dos o tres veces al día. Incluso, resulta aconsejable utilizar protector solar  para proteger al cuerpo de los efectos del sol, evitando la exposición en las horas de máximo calor.
Otro de los trastornos frecuentes en el embarazo son las manchas en la piel. Para esos casos, lo más adecuado es incluir en la dieta alimentos antioxidantes y emplear cremas exfoliantes para las zonas con pigmentación oscura. Después del parto,  es posible realizar algún tratamiento más intenso para emparejar la piel.
De todos los trastornos hasta aquí mencionados, el más molesto y poco estético son las erupciones en la cara, por lo que no se recomienda el uso de maquillaje puesto que los poros deben respirar lo máximo posible para impedir el exceso de grasa y las irritaciones que puedan ocasionar los cosméticos.
También, pueden presentarse descamaciones en algunas partes del cuerpo, como los codos, el cuero cabelludo y las rodillas, debido a que la piel se cambia permanentemente durante el embarazo.

Imagen:

http://www.subebe.com

Factores que condicionan la fertilidad de la mujer

Al momento de conseguir un embarazo, muchas cosas entran en juego. Llevar una vida saludable, así como mantener una dieta equilibrada y evitar el estrés son algunas de ellas, que resultan claves para incrementar las posibilidades de lograr un embarazo.
La edad es uno de los factores más importantes que condicionan a las mujeres a la hora de tener hijos. A pesar de que el hombre es fértil hasta una edad avanzada, en la mujer es bien diferente, ya que a partir de los 35 años empiezan a surgir las dificultades para concebir. Aunque los avances de la ciencia han posibilitado que el umbral de edad en las mujeres para lograr un embarazo sea mayor. Si bien en la mayoría de los casos las dificultades se deben a problemas médicos, el estilo de vida es otro elemento que puede complicar conseguir con éxito la gestación. Cuestiones como la obesidad, el tabaco, el alcohol y una mala alimentación pueden generar efectos adversos en la fertilidad de cualquier mujer.
En el caso de la obesidad, ésta causa inconvenientes al momento de  la gestación, incluso mediante tratamientos de reproducción asistida. Por ello, hay que controlar el peso ya que una mujer que intenta aumentar su fertilidad necesita comer bien y mantener un peso saludable. De manera que si se padece obesidad, lo más conveniente es perder peso, mejorando así la calidad de los óvulos.
En el caso de las adeptas al deporte, si bien es cierto que resulta beneficioso para la salud y la calidad de vida, a la vez que ayuda a prevenir diversas enfermedades, lo mejor es bajar el ritmo y la intensidad del ejercicio, realizando deportes livianos como por ejemplo natación.
Para aquellas que toman fármacos, lo más indicado es consultar con el médico previo a intentar quedar embarazada, puesto que ciertos medicamentos afectan a la fertilidad e, incluso, hay algunos que pueden provocar defectos en el feto y hasta abortos.
Otro punto a tener en cuenta es evitar el contacto con ciertas sustancias como es el caso de los fertilizantes inorgánicos (nitratos, fosfatos), pesticidas y detergentes. 
Por su parte, el estrés también es un gran condicionante a la hora de buscar quedarse embarazada, debido a que puede reducir el nivel de gonadotropinas e incrementar los niveles de prolactina, lo que puede devenir en ausencia de ovulación. Hay que tener en cuenta que en aquellas mujeres que sufren un alto nivel de ansiedad y estrés las tasas de embarazo disminuyen considerablemente, aumentando a su vez las posibilidades de sufrir un aborto.
El apoyo psicológico es de suma importancia para poder afrontar la infertilidad. Está comprobado que la ayuda psicológica en tratamientos de reproducción asistida reduce la ansiedad y la depresión en pacientes infértiles, al tiempo que puede mejorar la tasa de embarazo.
Teniendo en cuenta todo esto, si al cabo de un año no se consigue quedarse embarazada, se debe acudir a un especialista para detectar la causa.

Imagen:

http://pequelia.es

Los kilos de más en el embarazo

Una de las consecuencias más visibles del embarazo es, sin dudas, el aumento de peso. En suma, entre el feto, la placenta, el líquido amniótico, y la retención de líquidos, suelen aumentarse normalmente entre 9 y 14 kilogramos. Aunque, muchas mujeres aumentan mucho más de lo aconsejable.
Por eso, durante la gestación, es muy importante cuidarse del aumento de peso, puesto que el peso del bebé irá a depender de lo que engorde la madre en el embarazo. Generalmente, se suele engordar a razón de entre 1kg o 1.5 kg por mes, siendo absolutamente desaconsejable  engordar más de lo debido, porque puede traer consecuencias para la madre y el bebé. En el caso de la madre, puede sufrir sangrados vaginales y desgarros durante el parto o, incluso, hipertensión. Mientras que el bebé tiene posibilidades de padecer obesidad, huesos del cuello rotos u hombros pegados en el parto.
Por consiguiente, la alimentación de la mujer debe ser sana y equilibrada. Y si para ello se precisa un poco de ayuda, lo recomendable es consultar con un especialista en nutrición.
Algunos consejos que puedes poner en práctica: jamás hay que omitir el desayuno, ya que es la comida más importante del día, es preferible realizar seis comidas diarias, hay que comer de forma moderada y tener mucho cuidado con los “antojos”.
Bajo ningún concepto hay que dejar de comer, nada más alejado de una dieta sana. La falta de nutrientes puede ocasionarle al bebé  retardo en el crecimiento dentro del útero, menor coeficiente intelectual así como mayor índice de mortalidad infantil perinatal.
Durante el embarazo, no sólo la futura mamá aumenta de peso sino que también suele engordar el padre, básicamente debido a los antojos y las comidas copiosas que prepara la embarazada para saciar su hambre.
Si tienes algún tipo de duda, lo más conveniente es que consultes primero con tu médico obstetra, seré él quien evaluará tu peso y quien, de ser necesario, te derivará con un nutricionista.

Imagen:

http://4.bp.blogspot.com

Beneficios del ácido fólico en el desarrollo del bebé

Un estudio reciente, realizado por el Instituto Noruego de Salud Pública, ha podido determinar los beneficios del ácido fólico luego del parto. De modo que, además de prevenir defectos congénitos, también puede disminuir las probabilidades de que un bebé presente retraso en el aprendizaje del lenguaje.
Para arribar a esta conclusión, los investigadores analizaron los datos de 38.954 niños noruegos, estudiando los casos en los que las madres tomaron ácido fólico y madres que, aparte del ácido fólico, tomaron suplementos vitamínicos durante todo el embarazo. En comparación con las madres que no tomaron los suplementos, los resultados indicaron una importante disminución del riesgo de que el bebé padezca retraso severo en la adquisición del lenguaje. De este modo, los investigadores sostienen que los beneficios se extienden más allá del nacimiento del bebé.
Un 0,9% de los niños, cuyas madres solamente tomaron suplementos vitamínicos, padecieron un retraso significativo del lenguaje, lo mismo sucedía con las madres que no tomaron nada durante el embarazo. En el segmento de mujeres que tan solo tomaron ácido fólico junto con suplementos vitamínicos, el retraso se redujo hasta un 0,4%.
Como es bien sabido, el ácido fólico constituye uno de los suplementos que los médicos especialistas recomiendan a todas las embarazadas en pos de una correcta formación del feto, previniendo así problemas tales como la espina bífida, los defectos congénitos en el corazón, el labio leporino o el paladar hendido, etc.
De acuerdo a los resultados obtenidos, el ácido fólico cumple un papel muy importante tanto en el desarrollo neurológico del bebé como en la comprensión de los procesos biológicos asociados al desarrollo neurológico alterado.
Este estudio sirve para respaldar la necesidad de tomar el suplemento a lo largo de la gestación, aunque algunos expertos señalan que serán necesarios nuevos estudios.

Imagen:

http://bebesalud.net

Falsa regla en la etapa inicial del embarazo

Durante la etapa inicial del embarazo, hay mujeres que menstrúan o tienen pérdidas, lo cual puede confundirse con el ciclo menstrual. Por lo general, las embarazadas dejan de tener la regla, por lo que este falso sangrado se produce por motivos diferentes, que nada tienen que ver con la ovulación.
Tales alteraciones pueden darse, por ejemplo, por tener un ciclo menstrual regular. Hay mujeres que pueden tener la regla a pesar de estar embarazadas. Esto, normalmente, sucede cuando una mujer queda embarazada cerca del inicio de su próximo período menstrual. Lo cual, puede generar confusión al momento de definir la fecha del parto.
Por su parte, el embarazo ectópico también puede provocar sangrado semejante al flujo menstrual o regla. El embarazo ectópico ocurre cuando un óvulo fertilizado es implantado en un órgano que no es el útero, como pueden ser las trompas de falopio. Esto puede producir daños de órganos o, incluso, abortos espontáneos. Para definir si el sangrado se debe a un embarazo de esta naturaleza, lo más conveniente es acudir al médico.
También, la presencia de sangrado se puede deber a un aborto espontáneo. Un dato que pocos conocen es que tan solo un 25% de las gestaciones llegan a buen término. Si estás embarazada y tienes calambres y sangrados, podrías estar sufriendo un aborto espontáneo. Ante la menor duda, consulta con tu médico de confianza.
Los problemas en la placenta, como la placenta previa y desprendimiento prematuro de la placenta, pueden producir sangrado aunque estas alteraciones únicamente se dan en un embarazo avanzado. La placenta previa es cuando esta cubre de forma parcial o total el cuello del útero o el espacio por el que el bebé debe salir. En tanto que el desprendimiento ocurre cuando la placenta se suelta de manera prematura de la pared uterina.
Por último, valen mencionar las hemorragias típicas del primer trimestre, debido a lo cual muchas mujeres poseen leves sangrados durante los primeros meses de gestación. En este caso, la sangre es poca y de un color rosáceo o marrón.
De todos modos, si estás embarazada y tienes sangrado, lo mejor es consultar de forma inmediata con tu médico para descartar cualquier tipo de complicación.

Imagen:

www.todoembarazos.com