¿Cómo reconocer la otitis del lactante?

La otitis consiste en una infección del oído, que puede afectar a varias partes del mismo, muy común durante la infancia. La cuestión, es saber darse cuenta si el lactante la padece.
En efecto, la otitis constituye un trastorno muy frecuente en la niñez que se suele producir como producto de un resfriado. No obstante, a diferencia del resfriado , que es claramente contagioso, las infecciones del oído definitivamente no lo son.
Este tipo de infección puede producir dolor, pero no es común que genere daño permanente en el oído. En caso que se presente con mucha frecuencia, esto puede estar indicando una predisposición del niño a padecer reacciones alérgicas.
Ahora bien, ¿cómo reconocer la otitis del lactante? El bebé que sufre este tipo de infección suele mostrarse excesivamente irritado y quejoso durante todo el día. Cuando el niño se halla acostado, siente un dolor aún más agudo ya que aumenta la presión del aire sobre el tímpano.
La otitis, por lo general, aparece como fruto de un resfriado y puede hacer que le suba la temperatura corporal. En ocasiones, los bebés acostumbran a ponerse la mano al oído en el que siente dolor, a demás de estar pálido y rechazar la leche pues la succión produce dolor.
En definitiva, para determinar si se trata o no de otitis, es recomendable presionar con el dedo índice con suavidad en el pliegue que se halla tras el lóbulo de la oreja o sino estirar ligeramente el lóbulo hacia arriba. En cualquiera de ambos casos, si el lactante sufre otitis, reaccionará al dolor. No obstante, lo más apropiado es acudir al pediatra.

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La dentición en los bebés

La dentición representa para los bebés un proceso arduo y doloroso, siendo a su vez bastante  trabajoso para los padres. De modo que es importante conocer cómo es el proceso para saber como actuar en ese momento.
La dentición puede empezar a los 3 meses de edad de los pequeños y continuar hasta los 3 años. Por lo general, los primeros dientes en asomarse son los dos dientes frontales inferiores, denominados incisivos centrales. A ellos, les siguen los 4 dientes superiores. Las muelas salen más tarde y los colmillos, por último.
Aproximadamente, a los 3 años es cuando los niños poseen la dentadura casi completa, con 20 dientes de leche. De todas maneras, hay algunos casos en los que los bebés ya nacen con uno o dos dientes.
Cuando los bebés comienzan el proceso de dentición, pueden mostrarse irritables y con mal humor durante. Lo cual puede acarrear alteraciones del sueño y falta de ganas de comer.
En la etapa de dentición, es normal que los bebés tengan fiebre, pues las encías, al estar sensibles o hinchadas, pueden producir la elevación de la temperatura corporal.
Otra de las cosas que pueden notar los padres es la excesiva baba del pequeño al morder cosas. Por lo que es aconsejable controlar con un paño la baba para evitar erupciones en la piel. También, es importante el uso de mordillos para ésta etapa.
Los padres, fundamentalmente, deben tener mucha paciencia y saber que se trata de una etapa normal de los niños. Ante cualquier duda, no hay que dejar de consultar con el médico.

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Los bebés menores de 6 meses no necesitan beber agua

Muchas mamás desconocen que a los bebés pequeños, menores de 6 meses, no es necesario darles agua, pues, de hecho, es contraproducente por diferentes razones porque el efecto del agua no es el mismo en adultos y en bebés.
Los beneficios para la salud que acarrea en los adultos beber agua a diario, producen el efecto contrario en los organismos de los recién nacidos. Por lo que los pediatras aconsejan que los bebés no deben tomar agua hasta al menos los seis meses de vida. Y si bien el agua es necesaria para preparar leche de fórmula o ciertos alimentos, como es el caso de las papillas, los pequeños no necesitan beber agua para hidratarse porque todo lo que precisan lo incorporan a través de la leche materna.
Si un bebé de menos de 6 meses de edad es hidratado con agua, puede ocasionarle pérdida del apetito. En consecuencia,  habrá dificultades de que el pequeño ingiera todo lo que precisa para su correcto desarrollo al momento de comer, ya que se pierde de ganar peso.
Durante los primeros meses de vida de todo bebé, su cuerpo no se halla realmente preparado para beber agua tal como lo hacemos los adultos, incluso ellos pueden llegar a intoxicarse con tan solo tomar un poco de agua. De manera que las consecuencias pueden ser en verdad graves, pudiendo llegar a presentar cuadros de convulsiones hasta estados de coma. De ahí que es de suma importancia que los pequeños no beban agua, pues no lo necesitan.
Sólo en caso que el médico así lo indique, el niño puede beber agua en escasas cantidades, de a cucharadas, preferentemente agua mineral embotellada o agua hervida, para evitar que alguna bacteria afecte su organismo.

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Tomar antiinflamatorios en el embarazo incrementa el riesgo de aborto espontáneo

Decir que tomar medicamentos durante el embarazo es un tanto arriesgado, es algo de público conocimiento, puesto que lo que toma la madre, en cierto modo, también lo toma el feto, por lo que al momento de tomar una medicación se deben medir los riesgos y los beneficios.
Por distintas razones, como pueden ser el estrés y el sedentarismo, por mencionar algunas, muchas mujeres sienten dolores y contracturas que normalmente se alivian con antiinflamatorios.
Según un estudio publicado en el “Canadian Medical Association Journal”, se ha revelado que el riesgo de aborto involuntario aumenta a 2,4 veces en aquellas mujeres que tomaron antiinflamatorios no esteroideos (AINE) durante el primer trimestre del embarazo.
Los AINE más conocidos son el Ibuprofeno y el Diclofenaco (Voltaren), dos antiinflamatorios que más suelen tomar las mujeres al comienzo de la gestación, especialmente debido a que no en todos los casos la mujer sabe que está embarazada al momento de medicarse.
Para la realización del estudio, se han analizado 4.705 casos de aborto espontáneo hasta la semana 20 de embarazo, observándose que  las mujeres habían tomado AINEs en 352 casos.
Estos casos fueron comparados con 47.050 casos de mujeres que habían sido madres y se verificó que 1.213  habían tomado antiinflamatorios.
De acuerdo al estudio, el mayor riesgo para el embarazo fue observado en mujeres que habían tomado Diclofenaco. Además de aumentar el riesgo de malformaciones congénitas, el uso de AINE en el embarazo temprano aumenta el riesgo de aborto espontáneo, de modo que los AINE deben ser utilizados con mucho cuidado durante la gestación, haciéndolo siempre bajo prescripción médica.
De ahí que lo único que suele recetarse a una mujer embarazada es el Paracetamol, que no es antiinflamatorio y que se da cada vez con más reservas debido a la posible asociación con el asma en el bebé.
Ante la menor duda de estar embarazada, deben evitarse tomar antiinflamatorios y recurrir a una consulta con un especialista. Lo importante es no automedicarse.

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Qué hacer cuando los bebés comienzan a rascarse

Al llegar a los 3 o 4 meses de edad, los bebés empiezan a explorar todo lo que los rodea y a ejercitar su capacidad para alcanzar y agarrar algunos objetos, llevándolos a su boca y moviendo sus deditos imitando el movimiento de rascado.
Esto es algo muy natural que forma parte del crecimiento y desarrollo de todos los niños, pero en ocasiones puede resultar un tanto peligroso, en especial cuando aprenden a rascarse, y lo hacen constantemente en aquellas partes que les molesta. Por lo que siempre debemos estar atentas para descartar la presencia de cualquier tipo de enfermedad en su piel.
Este movimiento que los lleva a rascarse forma parte de un reflejo, por lo que es automático y no es necesario alarmarse, debido a que forma parte de su crecimiento. Pero si esto es algo que el pequeño hace constantemente, hasta llegar a provocarse lastimaduras, es preciso descartar la posibilidad de que no se trate de una consecuencia de alguna alteración dermatológica.
En el caso que consideremos que padece algún problema en la piel y llevemos al bebé al pediatra, lo más conveniente será colocarle unas manoplas para de ese modo impedir que el pequeño se lastime y aumente las posibilidades de infección.
Es muy importante mantener sus uñas cortas para que, cuando el niño se rasque y se lastime, no se provoque eccemas en la piel.

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El ácido fólico evita en un 70% los casos de espina bífida

Tomar ácido fólico, antes y durante la gestación, evita en un 70% los casos de espina bífida, la cual representa la segunda causa de discapacidad física infantil luego de la parálisis cerebral.
El ácido fólico es una vitamina que resulta fundamental para la prevención de los defectos del tubo neural, una anomalía que puede producir defectos tanto en el cerebro como en la médula espinal.
La dosis de ácido fólico que se recomienda es de 0,4 mg/día durante los tres meses previos y los tres posteriores al embarazo, dosis que se debe multiplicar por diez en caso que la madre cuente con antecedentes. Al producirse la malformación durante las primeras semanas de la gestación, es aconsejable que el organismo disponga de las reservas de ácido fólico que se necesitan para prevenir anomalías, puesto que el tubo neural se forma antes de que la mayoría de las mujeres sepan que están embarazadas.
La espina bífida constituye una anomalía que se produce en el primer mes de embarazo a causa de que uno o varios arcos vertebrales posteriores no han fusionado quedando la médula espinal sin protección ósea.
Dicha anomalía, por lo general, va acompañada de hidrocefalia, provocando la pérdida de fuerza y de sensibilidad en los miembros inferiores, además de alteraciones en el control de esfínteres.
Si bien la causa principal de la espina bífida es la deficiencia de ácido fólico, a pesar de que en un cinco por ciento de los casos se desconoce su causa.
El ácido fólico, a su vez,  previene el labio leporino y  retrasos en el lenguaje del bebé.

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Primeras enfermedades del bebé

Desde el cuarto mes de vida, el bebé puede comenzar a sufrir algunas enfermedades, puesto que los anticuerpos que la mamá le ha traspasado por medio de la placenta se fueron agotando. Aunque los bebés alimentados con leche materna se encuentran protegidos por más tiempo.
No debes dudar en consultar al pediatra en caso que tu bebé pierda peso, ya que ésta es una de las señales más comunes de enfermedad en el bebé.
A partir del cuarto mes, el bebé empieza a entrar en contacto con los objetos: agarrándolos, chupándolos y arrojándolos al piso. De modo que está más expuesto a gérmenes y bacterias y puede empezar a enfermarse.
Si incluso hay más niños en el hogar, lo más seguro es que el bebé contraiga las mismas enfermedades que sus hermanos. En la mayor parte de los casos, el sistema inmunológico del bebé se encuentra preparado para dar respuesta a una gran cantidad de agentes infecciosos, de manera que muchos trastornos desaparecen sin necesidad de ser tratados. Lo bueno es que, de a poco, el pequeño irá construyendo su propio sistema de defensas.
En caso que el bebé concurra a una guardería desde edades tempranas, lo más conveniente es asegurarse de que la cantidad de cuidadores sea la adecuada para que cada bebé reciba la atención necesaria y para que no haya un gran hacinamiento de niños, lo que favorece en muchos casos la proliferación de enfermedades.
De todas formas, no siempre resulta sencillo saber cuándo el bebé está enfermo o qué le duele cuando llora de manera persistente, pero existen determinadas señales que nos pueden indicar que algo está sucediendo, como languidez, palidez, presencia de ojeras, irritabilidad, llanto incesante y falta de apetito. En ese caso, los padres deben consultar con el pediatra.
Ciertas enfermedades, como por ejemplo las pulmonares o las renales, son complicadas de detectar, ya que el único síntoma que se puede observar es la pérdida de peso. El bebé, además puede bajar de peso a causa de trastornos digestivos o alergias alimentarias.

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Un nuevo estudio permite conocer el sexo del bebé en la octava semana de gestación

Los padres podrán conocer el sexo del bebé en la octava semana de gestación, sin tener que esperar como ocurría hasta el momento a la vigésima. Incluso, se podrá realizar el diagnóstico de enfermedades, tales como la hemofilia o la distrofia muscular, con solo una muestra de sangre de la madre que presenta ADN del futuro bebé.
Este avance de la ciencia tuvo lugar gracias a las investigaciones llevadas a cabo por el laboratorio Lorgen en conjunto con el Hospital Materno Infantil Virgen de las Nieves de Granada y la Fundación para la Investigación Biosanitaria (FIBAO). De este modo, es posible saber a los dos meses de embarazo el sexo del futuro bebé,  con una fiabilidad superior al 98%, con mayor exactitud que la ecografía.
Hasta ahora el diagnóstico prenatal precisaba esperar hasta la vigésima semana del embarazo, recurriendo a la ecografía o a la toma de células fetales mediante métodos invasivos, como la biopsia y la cordocentesis, los cuales pueden suponer algunos riesgos al introducirse en la placenta.
Las nuevas pruebas, como no emplean técnicas invasivas sino sólo una muestra de sangre, no implican ningún peligro para la embarazada y el feto.
La cuestión de contar con el ADN del feto abre la puerta a otros análisis genéticos, para el diagnóstico de otras enfermedades y la prevención de una serie de problemas durante la gestación.
En el caso de que la familia posea antecedentes de enfermedades monogénicas y que, por consiguiente, la madre requiera de ciertos cuidados y atención especial durante el embarazo, el Servicio Nacional de Salud cubre el coste de las pruebas.
En tanto que si lo que se pretende es conocer el sexo del bebé sin esperar a la semana 20 o apelar a técnicas invasivas, la madre tiene que acudir a un laboratorio de análisis clínicos o una clínica ginecológica para la extracción de una muestra de sangre, la cual será enviada a Laboratorios Lorgen, teniendo acceso a los resultados en un plazo de 48 horas. Vale aclarar que, en este caso, el coste de las pruebas será de entre 120 y 130 euros.

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Cuidado de la salud bucal en el embarazo

El embarazo constituye un periodo de importantes cambios hormonales y el incremento de fluido sanguíneo. Tales cambios aumentan el riesgo de la aparición de caries y sangrado de encías (gingivitis).
Teniendo en cuenta estos datos, para lucir tu mejor sonrisa durante el embarazo lo más indicado es cepillar tus dientes luego de cada comida. Para ello, usa un cepillo de cerdas finas y pasta dental con fluoruro. También, es necesario limpiar bien la lengua y emplear hilo dental, como forma de prevenir la gingivitis.
Si precisas realizarte algún tratamiento dental, lo más conveniente es que lo hagas antes de buscar un embarazo. Pero en el caso de que ya estés esperando un  bebé, es recomendable esperar a llegar al cuarto mes, puesto que los primeros tres meses son los de mayor importancia para el desarrollo del niño y las posibilidades de presentar complicaciones es más alta.
De todos modos, se recomienda visitar de forma periódica al dentista por lo menos una vez durante el periodo de gestación y otra tras el parto, aunque no presentes ningún tipo de afección bucodental.
En tanto que si tus encías se encuentran inflamadas y supuran o posees la sensación de que se te mueven los dientes, acude con rapidez al odontólogo, porque podrían tratarse de síntomas que indiquen la presencia de un problema periodontal.
Por otro lado, para cuidar la salud de tus dientes, la alimentación es fundamental. En tal sentido, es preciso evita ingerir azúcar, ya que su alto consumo hace que la placa dental se torne más agresiva y que se produzcan ácidos que atacan al esmalte y ocasionan caries.
Es muy importante tener en cuenta que las encías representan tejidos extremadamente sensibles a los cambios hormonales, que podrían acarrear diversas situaciones que inclusive podrían conllevar la pérdida de las piezas dentarias.

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