La importancia de los objetos de apego en la vida de los niños

Es muy común que los niños tengan algún objeto de apego u objeto transicional, como un peluche, una mantita, una almohada, un cojín, una sábana, un osito, el chupete, etc;  que responde pura y sencillamente a la necesidad innata de protección.
Durante sus primeros meses de vida, el bebé es totalmente dependiente de la mamá, lo cual comienza a revertirse a partir de los 4 o 5 meses, momento en el cual surgen los denominados objetos de apego que ayudan a facilitar dicha transición. De a poco, el pequeño empieza a desapegarse, buscando de ese modo protección en algún objeto de textura suave, pues la suavidad le recuerda a la madre y de cierta forma le brinda seguridad. Esto es algo que muchos padres pueden llegar a verlo como un problema o, incluso, como una preocupación, pero lo real es que el objeto de apego le aporta tranquilidad al bebe.
Por eso, es muy importante que los padres sepan que no se trata de ningún síntoma de algún problema, sino que tan solo es un objeto familiar que ayuda a los pequeños a afrontar las experiencias nuevas que tienen lugar en esta primera etapa de sus vidas.
Por lo general, es el propio niño quien escoge el objeto, de modo que no se le puede imponer uno por la fuerza. Dicho objeto, cobra un gran protagonismo en su vida y es de mucha utilidad sobre todo a la hora de dormir.
Normalmente, el niño tendría que desprenderse del objeto al alcanzar los 3 o 4 años. No obstante, en algunos casos la costumbre se prolonga hasta los 5 o 6 años.
Algunos especialistas aconsejan contar con más de uno de estos peluches o lo que sea que elija el niño, para poder lavarlo o usarlo de repuesto en caso de que se pierda. Sin embargo, hay quienes consideran que lo más indicado es no lavarlo para no sacarle su particularidad, su olor especial.
Lo importante es saber que el bebé es quien elije su objeto transicional, por lo que no puede cambiarse por otro salvo que el niño lo decida. Inclusive, si los padres compran uno igual, el bebé lo notará y le causará tristeza.
Los doctores, por lo general recomiendan intentar limitar el uso del objeto: primero solamente en casa, no pudiéndolo llevar más al parque por ejemplo; y después solo al momento de acostarse. Así, de forma paulatina, el pequeño deberá ir separándose de su objeto.

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Control de esfínteres: momento de dejar el pañal

Piensas que es el momento de que tu hijo deje el pañal, pero ¿cómo saber si está preparado para hacerlo? A pesar que el verano generalmente es el momento perfecto para quitarle el pañal a los niños, no todos se hallan preparados en esa época, ya que cada niño posee un crecimiento diferente. Lo importante es respetar sus tiempos y no forzarlo por nuestra conveniencia.
Es fundamental saber que si lo presionamos, el pequeño demorará más en controlarse. Lo normal es que los niños comiencen a controlar sus esfínteres entre los dos y los tres años.
A partir de los dos años, los niños ya comprenden la diferencia entre seco y mojado. Asimismo, a esta edad es cuando empiezan a obedecer órdenes y poseen capacidad de decisión.
El niño da claras señales cuando se halla preparado para dejar el pañal. Por ejemplo, muestra incomodidad cuando está mojado y desea quitarse el pañal porque le molesta, cuando le retiramos el pañal y éste está seco, aguanta para no hacerse pis, y cuando reconoce las sensaciones previas a hacerse pis y las expresa.
Más allá de esto, las madres deben tener en cuenta que no es conveniente quitarle el pañal al niño cuando se produce un cambio en su vida, como es el caso de un viaje, una mudanza o el nacimiento de un hermanito.
Bajo ningún concepto se lo debe comparar con otros niños de su edad, pues cada cual posee su ritmo y es esencial respetarlo.
En caso que se produzca un retroceso, no hay que alarmarse debido a que es algo normal, en especial si se produce algún cambio en su vida.
Lo más importante de todo: no hay que regañarle cuando se haga pis o caca encima, porque esto podría ocasionar que el niño se sienta agobiado y pierda el control con frecuencia. Así que paciencia, el niño nos hará saber cuando esté listo para dejar el pañal.

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Los kilos de más en el embarazo

Una de las consecuencias más visibles del embarazo es, sin dudas, el aumento de peso. En suma, entre el feto, la placenta, el líquido amniótico, y la retención de líquidos, suelen aumentarse normalmente entre 9 y 14 kilogramos. Aunque, muchas mujeres aumentan mucho más de lo aconsejable.
Por eso, durante la gestación, es muy importante cuidarse del aumento de peso, puesto que el peso del bebé irá a depender de lo que engorde la madre en el embarazo. Generalmente, se suele engordar a razón de entre 1kg o 1.5 kg por mes, siendo absolutamente desaconsejable  engordar más de lo debido, porque puede traer consecuencias para la madre y el bebé. En el caso de la madre, puede sufrir sangrados vaginales y desgarros durante el parto o, incluso, hipertensión. Mientras que el bebé tiene posibilidades de padecer obesidad, huesos del cuello rotos u hombros pegados en el parto.
Por consiguiente, la alimentación de la mujer debe ser sana y equilibrada. Y si para ello se precisa un poco de ayuda, lo recomendable es consultar con un especialista en nutrición.
Algunos consejos que puedes poner en práctica: jamás hay que omitir el desayuno, ya que es la comida más importante del día, es preferible realizar seis comidas diarias, hay que comer de forma moderada y tener mucho cuidado con los “antojos”.
Bajo ningún concepto hay que dejar de comer, nada más alejado de una dieta sana. La falta de nutrientes puede ocasionarle al bebé  retardo en el crecimiento dentro del útero, menor coeficiente intelectual así como mayor índice de mortalidad infantil perinatal.
Durante el embarazo, no sólo la futura mamá aumenta de peso sino que también suele engordar el padre, básicamente debido a los antojos y las comidas copiosas que prepara la embarazada para saciar su hambre.
Si tienes algún tipo de duda, lo más conveniente es que consultes primero con tu médico obstetra, seré él quien evaluará tu peso y quien, de ser necesario, te derivará con un nutricionista.

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Hinchazón de las piernas durante el embarazo

 

Durante el embarazo, en especial en el último trimestre e incluso hasta dos semanas después del parto; tener las piernas hinchadas, al igual que los tobillos y pies, es algo más que común, pudiendo además sentir dolor en las articulaciones.
La hinchazón se ve intensificada sobre todo en los días cálidos y húmedos, al final del día, tras permanecer mucho tiempo parada o sentada, si se ha subido demasiado de peso, si se trata de un embarazo múltiple, entre muchas otras razones. Lo normal, es que la mayor parte de esta hinchazón desaparezca después de dormir por la noche.
La causa de la hinchazón se debe a que los tejidos tienen que resistir el desarrollo del bebé y el parto, de modo que producen y acumulan líquidos, los cuales a su vez provocan hinchazón o edema en las piernas, tobillos y pies, aunque en ocasiones suele darse también en las manos y la cara.
Para aliviar dicha hinchazón  es necesario evitar permanecer mucho tiempo de pie o sentada, no cruzar las piernas al sentarse, intentar mantener elevados los pies aunque sea un rato al día, al dormir recostarse siempre sobre el lado izquierdo del cuerpo para facilitar la circulación sanguínea, realizar caminatas diarias, hacerse masajes, evitar el uso de ropa ajustada, utilizar calzado cómodo y sin tacón, usar medias especiales que den soporte, reducir la cantidad de sal en las comidas, beber al menos 2 litros de agua al día,  y no tomar medicamentos para reducir la hinchazón, excepto por prescripción médica.
En caso de padecer síntomas como hinchazón severa, una pierna visiblemente más hinchada que la otra y dolor a la altura de los muslos, hinchazón en manos y cara, dolores de cabeza intensos, visión borrosa, mareos o dolos agudo en el abdomen, se debe recurrir con rapidez al médico.

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La llegada del hermanito

La llegada de un hermanito, en todos los casos, trae consigo grandes cambios para el hijo mayor, quien lógicamente al principio se siente desplazado ya que, desde que llegó el bebé a casa, mamá le presta menos atención.
Es por ello que, ante esta situación, los padres debemos evitar realizar cambios drásticos en la vida del pequeño. Es decir, no es conveniente realizar la retirada del pañal ni abandonar el chupete, así como tampoco es aconsejable la incorporación del niño a una guardería o a un nuevo colegio tras el nacimiento de su hermanito, debido a que puede llegar a creer que lo que sucede es culpa del nuevo integrante de la familia. De todos modos, si el cambio es algo inevitable, lo mejor es que se produzca durante el embarazo.
En cuanto a las visitas, es bueno pedirles que le presten más atención al hermano mayor, evitando que sólo se centren en el recién nacido.
Por otro lado, también resulta importante hacerlo participar en el cuidado del bebé, festejando en cada ocasión su ayuda. Hay que mimarlo mucho y, en especial, ser paciente, sin importar que se muestre irritable y efectúe comentarios desagradables respecto al bebé.
Tampoco se debe insistir demasiado en que es el más grande ahora, puede permitírsele ser chiquito de vez en cuando.
Al mismo tiempo, es bueno dedicarle un rato exclusivamente para él de manera diaria.
Pero sobretodo hay que desdramatizar la situación, con el tiempo el niño se dará cuenta de que no es tan malo compartir a mamá y llegará a estar encantado con su hermano, siendo desde ese momento su más fiel protector.

Consejos para comprar un portabebé

En esta ocasión, te ofrecemos algunos consejos para que tengas en cuenta al momento de pensar en comprar un portabebé, ya que dentro de esta línea hay distintos modelos, como mochilas, bandoleras, sling pouch, mai tai, fular.
Una de las cosas que debes tener presente para la elección es la edad del niño y el uso que le vayas a dar. Con los portabebés, es posible llevar al pequeño cómodamente y de forma segura, brindan la posibilidad de tener las manos libres y permiten un contacto estrecho entre la madre y el niño, algo esencial para su desarrollo.
Con un portabebé, los bebés se sentirán protegidos y dormirán mejor, además de reducir su ansiedad, evitando en ocasiones el llanto y los cólicos.
El portabebé fular es, sin dudas, el modelo más versátil ya que puede ser usado en  diferentes posiciones. Consiste en una pieza, pensada para bebés de tres a cinco meses de edad. El tamaño va a depender de la persona que lo porte, la edad del niño y las distintas técnicas para su anudado.
En el caso de las mochilas ergonómicas, éstas se ajustan a la fisiología del bebé, permitiendo llevarlo sentado sobre sus nalgas, mirando al frente o de espalda.  Quien cargue la mochila, tendrá que distribuir el peso entre los hombros y la cadera. Resultan perfectas para pequeños de hasta 15 o 20 kilos.
En tanto que el Mei Tai, es una mochila que se sostiene por nudos. Se trata de un rectángulo de tela con cuatro tiras que se pasan por los hombros y la cintura de quien lo lleve, permitiendo llevar al pequeño de frente o de espalda.

Alteración del sueño en el embarazo

 

Desde el momento que nos enteramos de que vamos a tener un bebé, no falta quien nos advierta acerca de las náuseas, los mareos y los cambios en el cuerpo. Pero lo que más se siente es un arduo deseo de dormir, el mayor tiempo posible.
Durante el primer trimestre es muy  común que sintamos un importante estado de somnolencia, lo cual se debe al aumento de la progesterona, una hormona que posee un efecto sedante sobre el cerebro durante el embarazo.
El segundo trimestre es, sin dudas, el más favorable debido a que el feto disminuye la presión que ejercía antes sobre la vejiga, cesando de ese modo las ganas de ir al baño a cada momento.
Por su parte, en el tercer trimestre la situación es un poco más complicada. Durante este último periodo, la panza habrá crecido mucho y resulta difícil encontrar la posición adecuada para descansar, por lo que resulta bastante complicado, por no decir imposible, dormir de corrido durante la noche sin despertarse.
Tales alteraciones del sueño y el estrés en el embarazo, por lo general, suelen provocarnos un estado constante de malhumor y malestar. Por eso, para facilitar el descanso es recomendable usar sábanas de raso, para tener un mejor deslizamiento en la cama.
Con respecto a la frecuencia de orinar, no existe una solución concreta más que evitar beber mucho líquido durante la noche, incluyendo bebidas que contengan cafeína o gasificadas.
Asimismo, para favorecer el buen descanso es aconsejable dormir de costado, si es sobre el izquierdo mejor, con una pierna flexionada y la otra extendida para estimular la circulación sanguínea.
Más allá de la ansiedad propia de toda embarazada, lo ideal es descansar lo suficiente para disponer de la energía necesaria para llevar una vida activa hasta el final del embarazo. Aprovechemos a descansar ahora, ya que después del nacimiento de nuestro hijo se volverá una misión casi imposible.

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Vitaminas que aporta la leche materna


La leche que la madre da al bebé amamantándolo tiene propiedades insustituibles para la alimentación del recién nacido, además de que le proporciona un momento de intimidad y de contacto esencial para que se produzca esa conexión que ambos necesitan.
La leche materna entre sus componentes tiene vitaminas de distintos tipos que se trasmiten al bebé y le permiten estar protegido de enfermedades e ir creando su sistema inmunológico, que será la barrera que lo ayudará contra los posibles agentes patógenos.
Entres estas vitaminas encontramos la vitamina A,  de característica liposoluble, la que se halla en una proporción mucho mayor que la de la leche madura. Asimismo se encuentra el betacaroteno. Incluso en los bebés prematuros se ha podido comprobar que la leche materna tiene un proporción aún mayor de vitamina A que los bebés nacidos a término, lo que demuestra que el cuerpo adapta su performance a las necesidades específicas del recién nacido.
También se encuentra la vitamina K, la que también está presente en mayor proporción que en la leche de vaca. Después de aproximadamente quince días del nacimiento el bebé comienza a sintetizar esta vitamina.

 

Los recién nacidos que han sido amamantados no corren riesgos con respecto a problemas de hemorragia severas.
Con respecto a la vitamina E, también está presente en mayor proporción que en la leche de vaca. Ayuda a prevenir posibles anemias y el desarrollo sano de los pulmones.
En materia de vitamina D la proporción que está contenida en la leche materna es significativamente superior a la que existe en la leche de vaca: aproximadamente cinco o seis veces más. El recién nacido comienza a producirla por sí mismo si se le expone algunas horas a la semana al sol. Todo esto bajo supervisión del pediatra, que indicará la frecuencia y la forma de esta exposición.
La vitamina C se encuentra en una proporción dos veces mayor en la leche materna que en la leche de vaca.
Del complejo vitamínico B la leche materna tiene todos sus componentes, aunque cuando la madre es vegetariana puede ser que necesite un suplemento de vitamina B12.
Como se puede apreciar la leche materna es rica en vitaminas, todas necesarias para el desarrollo saludable del recién nacido.

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Lactancia materna, como saber si estoy alimentando de más a mi bebé

Muchas madres, sobre todo cuando son primerizas, no saben si están alimentando de la forma correcta a sus pequeños, ya que se hace difícil registrar si el pequeño está mamando la cantidad de leche materna necesaria, y en algunos casos pensamos que la alimentación es escasa o en otros que lo estamos sobrealimentando, ya que generalmente los pediatras aconsejan que la teta sea a libre demanda, o sea cada vez que el niño la solicita.

Pues bien, los niños recién nacidos y en sus primeros meses de vida suelen alimentarse cada 2 o 3 horas, y esto no quiere decir que lo estemos sobrealimentando, ya que algunos otros piden la teta cada 4 o 5 horas, y tampoco les está faltando el alimento necesario para su correcto crecimiento y desarrollo.

Generalmente los niños consumen 150 centímetros cúbicos /kilogramo de peso cada vez que se prenden al pecho, aunque no es una regla general, por eso siempre es necesario que las mamás comencemos a establecer rutinas alimentarias hasta establecer un ritmo, donde podamos saber cuando el pequeño llora porque se siente hambriento y cuál es el momento indicado de prenderlo al pecho.

La lactancia varía de acurdo a la etapa de crecimiento en la que se encuentran, por eso algunas veces demandan más y otras un poco menos, lo importante es estar atenta los primeros meses, para lograr así un reconocimiento y poder permitirle que se alimente de nuestro pecho cada vez que sea necesario. La leche materna es el mejor alimento que se le puede brindar a un pequeño los primeros meses de vida, nunca estarás sobrealimentando a tu bebé.

Consejos para estimular la lactancia

Consejos para estimular la lactancia

La lactancia materna suele ser una de las mayores preocupaciones que las futuras mamás tienen, sobre todo en el caso de ser primerizas, porque no saben si están alimentando de la forma correcta a sus bebés, si ellos maman el tiempo y la cantidad necesaria, o simplemente serán capaces de hacerlo de la forma correcta.

No hay que alarmarse, ya que no existe un manual de cómo ser la madre perfecta, y todo se va aprendiendo a medida que el tiempo y nuestro pequeño bebé, nos va demandando. La lactancia materna gracias a la naturaleza, se acomoda al ritmo que nuestro bebé lo demanda y tiene necesidad de alimentarse, lo único que debemos hacer es estar atentas y dispuestas a prenderlo al pecho cada vez que el niño lo solicite.

De alguna manera los bebés nacen con un instinto predeterminado, de cuanto, cuando y como deben alimentarse, no te sorprenda si apenas nacido lo acercas al seno materno y busca desesperado prenderse a la teta para mamar.  Éste primer paso es fundamental para que los pechos de la madre poco a poco se vayan acondicionando y solos sepan cuando es el momento de alimentar al bebé.

A medida que vaya pasando el tiempo, cuando le bebé esté por sentir hambre, seguramente tu también sentirás como poco a poco los pechos se van llenado de leche para que el pueda alimentarse. Solamente es cuestión de estar atentas, prestar mucha atención los primeros días, para que luego de forma natural se establezca una rutina alimentaria, entre el bebé y su mamá. Mientras más rápido se prenda el bebé, más producción de leche habrá en la madre, su succión es un estímulo imprescindible para que la producción de leche sea la adecuada.