Beyoncé luce tripita de embarazada en Croacia

Beyoncé luce tripita de embarazada en Croacia

Beyoncé es por méritos propios una de las cantantes de mayor prestigio del panorama internacional y es que, a pesar de su juventud, lleva media vida subida sobre los escenarios. Beyoncé acaba de cumplir 30 años y lo ha hecho en el mejor momento puesto que está embarazada de casi cinco meses. Ya dio la noticia en una celebración muy especial. La gala de los MTV.

Como no podía ser de otra forma este momentazo eclipsó al resto de artistas y es que, la maternidad siempre había sido el sueño de esta cantante que ha tenido que posponer un proyecto tan interesante y ambicioso como el rodaje de la película de Clint Eastwood titulada Ha nacido una estrella.

En ella compartirá protagonismo con otro gran artista: Leonardo DiCaprio. Pues bien, Beyoncé ahora mismo se olvida del trabajo y disfruta de unas merecidas vacaciones de descanso en Croacia junto a su marido. Él está pendiente de ella en todo momento. Le cuida y le mima para que esté bien.

Pero además de poder pasar unos días muy románticos en común donde han aprovechado para tomar el sol, también han tenido tiempo para estar con los amigos. En concreto con la guapa Gwyneth Paltrow que quiso hacer una visita a su gran amiga y también comprarle un detalle especial. Y es que, es tradición hacer un regalo a aquellas mamás que están esperando un bebé.

En este caso, la actriz tal vez se ha adelantado demasiado porque el bebé todavía no ha nacido. En cualquier caso, hemos podido ver a Beyoncé feliz luciendo un bañador blanco de lo más original puesto que tiene volantes.

De este modo, los fotógrafos ya han podido captar esa incipiente barriguita que era uno de los momentos más esperados de las últimas semanas desde que la artista diese a conocer la noticia. Ahora mismo, Beyoncé se centra en el plano personal y se olvida del trabajo porque merece centrarse en sí misma y aprovechar al máximo este final del verano y ese principio de década que acaba de estrenar. Seguro que para ella son unos felices treinta.

Imagen: Fandemia

Causas de las manchas en la piel durante el embarazo

En ocasiones, a algunas mujeres les suelen aparecer manchas en la cara durante el embarazo, las cuales reciben el nombre de cloasma y son más conocidas como máscara del embarazo. Por lo general, su aparición se da en la zona de la nariz, las mejillas y el cuello.
La concentración de melanina en el organismo de la embarazada, como consecuencia del incremento de estrógenos característico de la gestación, es el motivo por el que aparecen este tipo de manchas en el rostro. Las mismas, por lo general, suelen desaparecer alrededor de tres meses después de haberse producido el parto. Por ello, es importante la aplicación de protección total en los momentos de exposición al sol, ya que los rayos solares aumentan la pigmentación de las manchas.
Aunque en muchas mujeres el embarazo mejora de forma considerable el aspecto de la piel, y hasta hay quien se anima a asegurar que funciona como un excelente tratamiento de belleza, también ocurre que en algunas mujeres aparecen manchas en el rostro, llamadas cloasma o máscara del embarazo.
Las manchas, generalmente aparecen en la nariz, las mejillas y el cuello, y son fruto de la alta concentración de melanina producida por el incremento de estrógenos propio del embarazo.
Incluso, la piel también puede sufrir alguna alteración en otras partes del cuerpo, apareciendo en forma de pequeños círculos rojos, y en caso que se tengan lunares, puede que los mismos aumenten de tamaño y, además,  se oscurezcan.
Por otra parte, en el vientre materno suele aparecer una línea oscura, que va desde el ombligo hasta el vello púbico, que es conocida como línea nigra y que desaparece tras el parto. Dicha línea, marca la separación de los músculos del abdomen, que se produce para acomodar el aumento del tamaño del útero.

Beyonce está embarazada

Beyoncé está embarazada

Beyonce es un referente dentro del mundo de la música, una artista versátil que tiene mucha fuerza y es un ídolo de masas. Hace muy pocos días pudimos verle realmente guapa, con un vestido rojo en la gala de los MTV. Un encuentro con la música en donde estuvieron algunos habituales como Selena Gomez o Justin Bieber. Pues bien, Beyonce aprovechó este momento de emoción para compartir su alegría con el mundo y decir que está embarazada. Está en estado de buena esperanza y así, va a cumplir su sueño de ser mamá a los 30 años al igual que otras actrices de Hollywood como Jessica Alba que ha sido madre de una niña hace sólo unas semanas.

Beyonce es muy guapa,  así que seguro que el futuro bebé heredará su belleza. Esta noticia también afecta de una o de otra forma a los proyectos profesionales de la artista ya que ella quiere tomarse con calma esta etapa de su vida, centrarse en sí misma y disfrutar del presente en familia. La actriz iba a grabar una película con Clint Eastwood en la que compartirá protagonismo con el prestigoso Leonardo DiCaprio. El rodaje del filme estaba previsto para el mes de marzo del año que viene, sin embargo, este embarazo supone ciertos cambios en la fecha de rodaje y se realizará en el mes de julio o agosto del 2012.

Con este nuevo proyecto, la actriz muestra una vez más que es muy versátil ya que no sólo se atreve con la música sino también con el mundo de la interpretación. Esta película seguro que es un éxito en taquilla y la espera merecerá la pena porque la suma de talento que hay en este proyecto es mucha. Clint Eastwood es uno de los más grandes de Hollywood tanto como actor como director.

Algunos medios han asegurado que Beyonce ya le había hecho saber al director que quería ser madre. Así que ahora mismo, la alegría que vive la actriz es inmensa y dicha emoción también la comparten todos sus fans que son muchos en todas las partes del mundo. Felicidades artista.

Imagen: Masculino

La importancia del chequeo médico antes de buscar un embarazo

Antes de intentar quedarse embarazada, sobre todo en casos en que las mujeres hayan tenido problemas en embarazos previos o que padezcan diabetes u otras enfermedades crónicas, resulta aconsejable hacerse un chequeo médico bien completo.
El chequeo es muy importante como medida preventiva, ya que el especialista puede realizar un estudio de la historia clínica de la mujer, para descartar de ese modo posibles infecciones o cualquier otro problema.
Por ejemplo, con un simple análisis de sangre se puede detectar el nivel de inmunidad de la mujer ante enfermedades tales como la Rubéola. En el caso que la mujer no haya pasado ya esta enfermedad y, por lo tanto, no exista inmunidad, se debe vacunar y esperar para buscar un embarazo por lo menos unos tres meses.
Al mismo tiempo, se puede detectar si se es inmune o no a otras enfermedades, como por ejemplo la Toxoplasmosis, una infección leve que puede ocasionar daños significativos al feto. Por ello, a las futuras madres se les aconseja no ingerir embutidos y carnes crudas o poco cocidas, además de evitar el contacto con excrementos de gatos.
Por otro lado, la consulta al médico también permitirá determinar la existencia o no de anticuerpos de la Hepatitis B, de la Varicela y demás infecciones vaginales y/o del aparato urinario.
A su vez, es de suma importancia revisar el estado de la boca previo a un embarazo, ya que una boca sana evita posibles infecciones que pueden afectar al resto del organismo. Vale aclarar, que tales cuidados se tienen que mantener durante la gestación, porque las afecciones bucales pueden producir partos prematuros así como un mayor riesgo de padecer Preeclampsia.
En tanto que el futuro padre también es preciso que se someta a un estudio clínico para la detección de posibles enfermedades o infecciones, además de efectuarse un espermograma, un análisis seminal a través del cual se determina la calidad y la cantidad de espermatozoides. También, se evalúan las particularidades físicas del semen, su aspecto, volumen, viscosidad y consistencia.

Diferentes métodos para identificar cuándo se produce la ovulación

Los ciclos menstruales, por lo general, no son tan regulares, debido a que la mujer no siempre posee la regla los mismos días, sino que hay meses que se adelanta y otros en los que se retrasa, entre uno, dos o más días. De modo que no es tan simple saber cuándo se produce la ovulación y cuáles concretamente son los días fértiles.
Para identificar en qué momento va a producirse la ovulación, hay distintos métodos, como la observación del flujo vaginal y la temperatura basal, así como la hormona luteinizante (LH) y la observación microscópica de la saliva o del flujo vaginal.
Durante el ciclo menstrual el flujo vaginal sufre cambios significativos para la mujer. En los días no fértiles, no suele haber flujo, por eso son denominados “días secos”. Mientras que cuando se presenta, tiene una textura densa y de color blanquecino que dificulta el paso de los espermatozoides por el cérvix uterino.
A medida que se aproxima la ovulación, en la mitad del ciclo, el flujo vaginal comienza a adquirir un color más transparente y menos denso, hasta trasnformarse en un líquido. Lo cual indica que es el momento de la ovulación.
Tales cambios tienen lugar por el aumento de los niveles de estrógeno, una hormona sexual femenina que es producida por los ovarios y que regula el ciclo menstrual.
Luego, el flujo nuevamente cambia de textura y se torna más pegajoso, lo que implica que los niveles de estrógeno disminuyeron y, por ende, también el momento fértil de la mujer.
Por su parte, el método de la temperatura basal también es útil para poder determinar el día de la ovulación. Se trata de tomarse la temperatura a diario y a la misma hora con el mismo termómetro antes de levantarse de la cama, anotándola en una tabla que reúna todos los días del ciclo a lo largo de varios meses.
La temperatura basal del cuerpo varía muy poco de una mujer a otra. Normalmente, se sitúa entre los 36.5 y los 36.7ºC previo a la ovulación, y aumenta 0.5ºC luego de la misma. Por consiguiente, los cambios producidos son mínimos, de tan solo décimas de grado. Lo más conveniente es tomarse la temperatura debajo de la lengua o en el recto, según se prefiera, pero siempre en el mismo lugar.
Cuando la temperatura llega al pico, y se sostiene en un nivel más elevado de lo normal a lo largo de unos tres días, es señal de que se ha producido la ovulación. Dicha temperatura, se va a mantener más alta hasta que vuelva a producirse la regla.
El registro de la temperatura se debe iniciar el primer día de la menstruación y mantenerse a lo largo de todo el ciclo. Para medir la temperatura basal, existen termómetros especiales que pueden comprarse en las farmacias, debido a que poseen una división en décimas de grado más sencilla de leer que en los termómetros convencionales.
En tanto que la hormona luteinizante (LH) constituye una proteína que controla la ovulación en la mujer así como la secreción de la progesterona. A través de una prueba de orina, se puede localizar esta hormona entre 24 y 36 horas anteriores a la ovulación. El test, que se adquiere en farmacias, es bastante fácil de utilizar.
Hay otro test farmacéutico que da la posibilidad de precisar los días fértiles de una mujer, el cual se basa en la observación al microscopio de una muestra de saliva o flujo vaginal y en el cambio de las imágenes que se observan en los momentos cercanos a la ovulación. Dicho test, posee la ventaja de poder ser usado varias veces durante un año, de manera que se compra una sola vez y sirve para ser usado todo el año, sin importar las veces que deseemos comprobar la ovulación.
Todos los métodos hasta aquí mencionados sólo representan indicativos de cuándo va a producirse la ovulación, y pueden ser puestos en práctica de manera conjunta o por separado.
Asimismo, puede usarse un sistema de cálculo aproximado de la ovulación contabilizando las tres últimas reglas y los días en las que tuvieron lugar.

Cálculo de días fértiles para lograr un embarazo

Quedar embarazada no es tan sencillo como parece. El tiempo normal aproximado para lograr un embarazo es de entre seis meses a un año, aunque existen algunas mujeres que lo consiguen en el primer intento.
La concepción sólo es posible durante los días fértiles de la mujer, momento en que se produce la ovulación, lo cual ocurre cuando un óvulo se desprende de uno de los ovarios, a la mitad del ciclo menstrual.
Durante la menstruación, las mujeres no pueden quedar embarazadas debido a que el óvulo se ha degenerado y no puede ser fecundado. Asimismo, el sangrado existente y el ambiente hostil en el interior del útero impiden el paso de los espermatozoides y la supervivencia de los mismos.
Lo que sí suele ocurrir es que una mujer haya quedado embarazada mientras tenía pérdidas y que estas sean confundidas con la menstruación, pero sólo se trata de un sangrado irregular que coincide con la ovulación, y que definitivamente no es la regla.
Si pasa más de un año y no se consigue un embarazo, lo mas conveniente es consultar al médico  para realizarse pruebas que permitan descartar cualquier problemas de infertilidad o de otro tipo, ya sea en la mujer como en el hombre.
Para calcular la ovulación, se deben contar 14 días a partir del primer día de la regla. El 13 y 15, esto es, el día previo y posterior a la ovulación, son los más idóneos para que pueda producirse la concepción.
Un dato a tener en cuenta es que la vida fértil de un óvulo dura entre 12 y 24 horas, en tanto que la fertilidad del espermatozoide es de unas 72 horas.
Algunos médicos ginecólogos piensan que existen mayores probabilidades de concebir si se tienen relaciones sexuales en días alternos, justo antes del momento de la ovulación y luego de la misma. Según esta consideración, para un ciclo menstrual regular de 28 días, lo usual sería ovular el día 14, con lo que deberían mantenerse relaciones sexuales los días 13 y 15.
Mientras que otros especialistas recomiendan tener relaciones los tres días previos a la ovulación, porque es cuando el moco cervical toma una textura más líquida y transparente, siendo más apropiado para la supervivencia del espermatozoide.

Jennifer Garner y Ben Afleck esperan su tercer hijo

 Jennifer Garner y Ben Afleck esperan su tercer hijo

Este año, la maternidad está de moda en Hollywood. De hecho, existen varios ejemplos que respaldan esta cuestión: a principios de año, Penélope Cruz y Javier Bardem tuvieron a su hijo Leo. Pero también, Natalie Portman, fue madre en un año en el que además, también se llevó el Oscar. Por supuesto, no podemos perder de vista que hace sólo unos días fue la guapísima Jessica Alba quien tuvo el gran honor de tener a su segunda hija.

La actriz está en un excelente momento a los 30 años de edad. Pues bien, ahora también nos alegramos muchos porque la actriz Jennifer Garner y su marido Ben Affleck están esperando su tercer hijo. La noticia ha alegrado mucho a esta pareja que se casó en el año 2005. Ambos representan la estabilidad en Hollywood. Pues bien, Jennifer Garner ha sentido, al igual que cualquier mujer, que la maternidad ha cambiado su vida: La mejor parte de ser mamá es el niño en sí mismo, puedes conseguir que esta pequeña persona sea tu amigo y salga contigo (y te haga enloquecer)”.

Una sensación que seguro que también comparten todas aquellas mujeres que son madres y saben que la vida es diferente antes y después de tener un bebé que se convierte en el centro de la familia. La verdad es que las declaraciones de esta simpática actriz también muestran mucha humildad y naturalidad más allá de la fama. Y es que, es frecuente ver a la pareja pasando tiempo con sus hijos.

A pesar de todo el esfuerzo que implica la maternidad ella no quiere renunciar a su satisfacción de trabajar como actriz. Por ello asegura: «Siento como la mitad de mi cerebro está en otra parte todo el tiempo, pero cuando la cámara está grabando, me concentro durante dos minutos, para volver a desconcentrarme de nuevo, tengo doble personalidad”,

Esta noticia ha alegrado mucho a los fans de esta pareja de cine que es todo un ejemplo de estabilidad y sencillez en medio de la fama propia de Hollywood. En breve, serán una familia numerosa llena de novedades y también, llena de felicidad.

Imagen: Famosos y corazón

Medidas de precaución ante el riesgo de malformación congénita

Todas las mujeres, cuando estamos embarazadas, solemos decir que lo importante es que el bebé nazca sano. Uno de los riesgos más temidos por nosotras es el de las malformaciones congénitas, las cuales tienen lugar por efecto de alguna sustancia o agente que cambia la estructura de un órgano o parte del cuerpo del feto. Tan sólo se conoce el origen de la mitad de las malformaciones congénitas, lo cual, aunque no parezca, no es poco pero no permite que puedan prevenirse todas ellas. Lo que sí se puede es tomar una serie de precauciones a lo largo del embarazo para reducir, de alguna manera, el riesgo de que se produzcan.
Sólo en España, 15 de cada 1000 recién nacidos nace con una malformación congénita. Y, únicamente, en el 50% de los casos se desconocen las causas que producen los defectos congénitos.
El bebé puede nacer con alguna enfermedad seria, como por ejemplo, espina bífida, que constituye la falta de cierre de algún lugar de la columna vertebral que genera que la médula espinal quede sin protección.
Existen distintos tipos de defectos congénitos: los morfológicos, que afectan a la forma física, es decir, al aspecto externo del bebé; los funcionales, que afectan al funcionamiento de los diferentes órganos del cuerpo; y los estructurales, originados por alteraciones de los genes o de las células.
Algunos defectos o enfermedades congénitas pueden transmitirse genéticamente dentro de una misma familia, por lo que son considerados hereditarios o genéticos. En tanto que otras veces, aparecen en un niño aislado sin que existan otros casos en la familia, entonces se está en presencia de un caso esporádico.
Puede suceder que el bebé posea un único defecto congénito como, por ejemplo, labio leporino, o puede pasar que presente varios a la vez, como  labio leporino además de hendidura del paladar y una cardiopatía.
Para evitar el riesgo de malformaciones, debes evitar el consumo de  alcohol, tabaco o cualquier tipo de drogas, así como medicamentos no recetados por un médico o ginecólogo, ya que pueden producir severos daños en la formación del feto. 
La exposición a sustancias tales como el plomo, el mercurio o las radiaciones también implican un riesgo para el embarazo. De modo que si trabajas con alguno de estos elementos, es conveniente que lo comuniques a tu empresa para que cambie las condiciones laborales.
Por otro lado, también es importante evitar comer carne cruda o poco cocida para evitar el riesgo de contraer toxoplasmosis, una infección que es causada por el parásito toxoplasma de Gondii que vive en algunos mamíferos, sobre todo en los gatos.
Si bien tales precauciones son esenciales especialmente durante los primeros tres meses de embarazo, que es cuando se está formando el embrión, sería bueno que mantengas tales cuidados durante todo el embarazo.

Preeclampsia: síntomas y tratamiento

La preeclampsia, también conocida como toxemia gravídica, es una enfermedad propia del embarazo que afecta entre al 5% y al 8% de las mujeres embarazadas. Dicha enfermedad es diagnosticada cuando aparecen cuadros hipertensión arterial, edemas y proteínas en la orina después de las 20 semanas de gestación, en el parto o inclusive luego del nacimiento. Con menor frecuencia, la preeclampsia puede aparecer antes de las 20 semanas de embarazo, en los casos de enfermedad trofoblástica gestacional o síndrome antifosfolipídico.
La enfermedad puede ser leve, moderada o severa, según las cifras de presión arterial y pérdida de proteínas en la orina, en tanto que su progresión puede ser muy lenta o aparecer repentinamente en la etapa final del embarazo. La preeclampsia se soluciona con el nacimiento, el cual deberá ser programado en base a la edad gestacional y el estado de salud tanto de la madre como del bebé.
Por lo general, la preeclampsia aparece en las últimas semanas de gestación y con un correcto control médico obstétrico, reposo, dieta equilibrada y la supervisión de la salud del bebé, no existen grandes riesgos para la salud de la madre y el bebé.
En los casos de preeclampsia severa, existe el peligro de afectación en órganos importantes maternos y alteraciones placentarias, que pueden ocasionar serias complicaciones tanto en la madre como en la salud del bebé, llegando a correr riesgo la vida de ambos. Por tal motivo, ante un caso de preeclampsia severa lo más conveniente es que se produzca el nacimiento lo antes posible, aún corriendo riesgos de prematurez importante en el bebé.
La preeclampsia está vinculada a una vasoconstricción arterial, lo que produce una disminución en la llegada de sangre a órganos maternos como los riñones, hígado, e, incluso, la placenta. Producto de ello, hay un disminución de la llegada de alimentos y oxígeno al bebé que impide un desarrollo intrauterino normal, además de una disminución en el volumen de líquido amniótico, y, en los casos más extremos, puede provocar un desprendimiento prematuro de placenta, pudiendo ser letal para el bebé.
Alrededor del 15 al 20 por ciento de los casos, la preeclampsia se complica con el Síndrome HELLP, el cual altera el proceso de coagulación sanguínea.
En un comienzo, los síntomas de la preeclampsia pueden llegar a confundirse con los síntomas propios del embarazo, como son el aumento de peso y la retención de líquidos. De ahí que la mejor forma de detectarla es a través del control de la presión arterial en cada una de las consultas prenatales y un estudio en orina para detectar proteínas. Por ello, es de suma importancia un buen control obstétrico.
Los síntomas iniciales de la preeclampsia son: aumento de peso de más de 2 kg. en una semana, hinchazón de cara, párpados, manos, pies o tobillos, alteraciones en la visión, dolores abdominales agudos, vómitos o náuseas, y cefaleas fuertes y persistentes.
Se especula que el origen de la enfermedad está vinculado a la existencia una predisposición genética hereditaria acerca de una intolerancia inmunológica al embarazo, aunque esto no es posible afirmarlo con certeza.
Lo que sí se sabe es que la preeclampsia es más frecuente en mujeres que sufren hipertensión arterial, diabetes, enfermedades de la coagulación previas, enfermedades autoinmunes y embarazos múltiples, así como también puede suceder en madres primerizas o en los extremos de la vida fértil.
En cuanto al tratamiento, el mismo va a depender del grado de severidad de la preeclampsia y de la edad gestacional. Generalmente, se indica la internación para realizar un estudio completo materno-fetal.
Si la enfermedad es leve y te encuentras en la semana 37 o más, lo más seguro es que se realice, según el caso, una inducción del parto o una cesárea, para prevenir complicaciones más severas.
En caso que no hayas llegado a la semana 37 y la enfermedad sea leve, sin  afectación del bebé, seguramente se te indicará reposo, acompañado de una dieta, medicación anti-hipertensiva y un control exhaustivo de la salud fetal.
Al desconocerse la causa final de dicha enfermedad, no es posible realizar un tratamiento preventivo completo.
Algunos estudios señalan que bajas dosis de aspirina y la suplementación con calcio podrían ser útiles para prevenir e inclusive tratar la enfermedad.
La mejor forma de prevenir la enfermedad es realizar un adecuado control prenatal y permanecer alerta ante cualquier síntoma, para consultar inmediatamente a tu médico e iniciar el tratamiento adecuado.