Efectos de la contaminación en la salud de los recién nacidos

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Granada reveló que los contaminantes ambientales determinan tanto el peso como la talla de los recién nacidos. El estudio se centra en los xenoestrógenos, que constituyen compuestos químicos que son producidos por las personas, insecticidas, lubricantes, tintes, lociones, pinturas, etc. De esta manera, la mayor exposición a esta clase de contaminantes ambientales se vincula con un mayor peso del bebé.
Al mismo tiempo, los resultados del estudio demuestran que las mujeres embarazadas que residen en ciudades grandes están más expuestas a los xenoestrógenos que las embarazadas que viven en áreas rurales.
Para arribar a esta conclusión, los investigadores se basaron en los datos brindados por un grupo de mujeres embarazadas que residían en Madrid y Granada. El primer grupo vivía en su mayoría en zonas urbanas, mientras que el segundo grupo lo hacía en aéreas rurales.
La exposición a los xenoestrógenos se halla condicionada por diversos factores, como  el estilo de vida, la salud, las características antropométricas y sociodemográficas, el tipo de trabajo y las condiciones del mismo, y la carga estrogénica total efectiva, que son datos vinculados al parámetro de exposición. Los resultados obtenidos dan cuenta de la influencia de la estrogenicidad de los elementos acumulados en la placenta en el desarrollo fetal.
En fin, este estudio demuestra los efectos que tiene la contaminación ambiental en la salud de los recién nacidos.

El reflujo en los bebés

Cuando el bebé tiene reflujo, regurgita pequeñas cantidades de leche, generalmente tras alimentarlo o al eructar. Esto se produce porque la válvula superior del estómago no cierra correctamente o, también, cuando el bebé toma mucha leche.
El reflujo es muy común en los bebés y, desde ya, va mejorando con el tiempo, aunque puede extenderse hasta el año de edad aproximadamente. Como se tratan de pocas cantidades, no se considera peligroso.
En ocasiones, se suele confundir la regurgitación o reflujo con el vómito, aunque se trata de dos cosas distintas. La diferencia reside en que el vómito precisa de esfuerzo, tiene lugar en cualquier momento, las cantidades son mayores, y se siente cierto malestar antes y después de producirse el vómito, el cual es peligroso en sí mismo para cualquier niño.
Si el médico establece que la regurgitación o reflujo del pequeño es normal, es decir, sin complicaciones,  es necesario respetar algunas recomendaciones para intentar controlarlo: hay que disminuir la cantidad de leche porque cuando su estómago se encuentre completamente lleno el bebé tenderá a regurgitar más, así como no darle leche muy seguido para que el estómago del bebé no se recargue con demasiada leche. Además, lo más conveniente es alimentar al pequeño, ubicándolo a éste en posición vertical, tratando de evitar tras ello realizar juegos bruscos con el bebé.
De este modo, si su bebé tiende a regurgitar y observa síntomas tales como: regurgitación de sangre, atragantamiento y obstrucción de la respiración, bajo peso, y malestar, es necesario acudir al médico de manera inmediata.

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Efectos del llanto del bebé al nacer

El llanto del bebé al nacer resulta beneficioso no solo para él mismo sino también para su madre. Aunque esto no implica que todos los bebés tengan que llorar, ya que muchos no lloran al nacer y son sanos.
El llanto del bebé posee efectos psicológicos sobre la madre, quien al escuchar llorar a su hijo, siente alegría y tranquilidad por igual, además de experimentar haber cumplido una meta, que no es otra más que el nacimiento, y enfrentarse a otra por cumplir, la crianza. Al mismo tiempo, se produce un efecto hormonal en la madre, lo que hace que su organismo comience a liberar hormonas que estimulan la producción y bajada de la leche.
Por otra parte, el solo llanto del recién nacido impulsa la respiración voluntaria del pequeño, quien comenzará a usar sus pulmones cuando deje de recibir oxígeno a través del cordón umbilical; a la vez que ayuda a eliminar el líquido y mucosidades que el bebé posee tanto en la boca, la nariz como en sus vías respiratorias.
Al nacer, el bebé segrega unas hormonas, denominadas catecolaminas, que se encargan de inducir a los pulmones a respirar por sí mismos. Tales hormonas, son liberadas frente a estímulos que reciben al nacer. Por ejemplo, cuando el nacimiento se produce por parto normal, el bebé debe atravesar el cuello del útero y el conducto vaginal, lo cual provoca una compresión en el cuerpo del bebé, especialmente en su tórax, y después de salir, su cuerpo se expande, lo que incita a los pulmones del bebé para comenzar a respirar de forma voluntaria.
Asimismo, al nacer, el bebé sufre un cambio térmico, puesto que la temperatura de la sala de partos será inferior a la temperatura del interior del cuerpo materno. A esto se le suma que el bebé está mojado, generando mayor sensación de frío; ante lo cual el bebé reaccionará abriendo la boca, estimulándolo de ese modo a empezar a respirar por sí mismo.
A su vez, el pequeño recibe otros estímulos como ser: cambios de luminosidad y  sonoros, manipuleo del médico, entre otros.
En el caso de un parto complicado, que conlleva sufrimiento fetal, el bebé nacerá cansado. Esto puede reducir su reacción frente a los estímulos, siendo necesario darle una nalgada para ayudarlo a reaccionar. Esta situación también puede darse en los bebés nacidos por cesárea o partos en el agua, donde el bebé es sacado del vientre materno tan relajado de modo que no segrega las hormonas catecolaminas, que inducen a los pulmones a respirar por sí mismos.

Cómo prevenir la aparición de hongos en la boca del bebé

La boca del bebé recién nacido es una zona muy proclive para la aparición de hongos, como la «candida albicans«, un hongo que aparece en la boca del bebé y ocasiona una infección llamada «muguet«. Normalmente, no genera molestias al bebé, pero debe tratarse para que no provoque dolores en el pecho de la madre.
En ocasiones, se puede observar en el labio superior del bebé un pequeño callo que se desprende cada tanto. Es algo habitual en los bebés amamantados y desaparece con el tiempo, especialmente con el uso de la cuchara.
Según la zona donde aparece, el muguet recibe distintos nombres, como «sapillo», «hollín», «aljolí.
Para prevenir su aparición, si el bebé utiliza biberones o chupetes , resulta conveniente hervirlos con frecuencia para erradicar los hongos.
 Se debe tener especial cuidado en caso que la madre padezca una vaginitis o si se encuentra tomando antibióticos, ya que de la madre pueden contagiarse al bebé.
Para el tratamiento de estos hongos, el pediatra seguramente recomendará un líquido o una pasta que contenga un antimicótico para aplicar en la boca siempre después de las tomas para que permanezca por más tiempo en la boca.
Con respecto a las complicaciones que pueden surgir en una infección de este tipo residen en la aparición de hongos en heces, las cuales pueden causar una dermatitis del pañal muy molesta y complicada de aliviar si no se conoce la causa. Otra de las complicaciones es el contagio del pecho de la madre, quien puede llegar a sentir un intenso dolor en los pechos en cada toma. La candidiasis mamaria es bien molesta, por lo que se precisa tratar al bebé y a la madre a la vez.

Como evitar irritaciones en la zona del pañal

Siempre lo más conveniente es cambiar con frecuencia el pañal del bebé, para evitar que la zona de la cola se irrite y como forma de prevención ante la aparición de hongos. Lo mejor para prevenir la irritación no es abusar de las cremas sino procurar que la piel del bebé permanezca siempre seca.
Alcanza con usar agua para higienizar la zona del pañal. No es necesario aplicar crema protectora si el bebé no posee escoceduras. Que, dicho sea de paso, la mejor manera de prevenirlas es manteniendo la piel seca. Las toallitas húmedas que venden en el mercado son cómodas siempre y cuando se está fuera de casa, pero no para uso diario ya que los productos que las impregnan, a veces, pueden alterar la piel del pequeño.
Si la piel se observa enrojecida, es conveniente dejar al bebé una o dos horas sin pañal, envuelto en toallas de algodón. Si con ello no mejora, puede utilizarse una crema protectora a base de óxido de zinc, evitando siempre el uso de las cremas que contengan corticoides, antimicóticos y antibióticos.
Al mismo tiempo, en la zona del pañal son muy frecuentes las infecciones por hongos. En ocasiones son precedidas o acompañadas de hongos en la boca, observándose manchitas blancas adheridas a la mucosa de la boca. En tanto que los hongos en la cola del bebé se distinguen por la piel roja, en especial dentro de los pliegues de la ingle y de los muslos, y se va extendiendo de manera acelerada. En este caso, se debe consultar al pediatra, quien seguramente recomendará aplicar crema con antimicóticos.
En cuanto a los pañales, los pañales desechables son los más usados actualmente. Son cómodos, muy absorbentes y permiten que el bebé se mantenga seco y sin irritaciones.
No obstante, se están volviendo a usar los pañales lavables,  especialmente en los países anglosajones, por una cuestión más que nada de cuidar el medio ambiente. Lo malo de este tipo de pañales es que son poco absorbentes, por lo que tienen que cambiarse con mucha frecuencia para evitar la aparición de irritaciones.

Algunas consideraciones acerca del parto domiciliario

El parto domiciliario puede ser una experiencia muy gratificante si tu embarazo cursa sin ningún tipo de inconvenientes, si dispones de un buen estado de salud y no presentas factores de riesgos médico-obstétricos. Dar a luz en tu casa puede ser algo realmente maravilloso, debido a la intimidad y calidez que te ofrece tu hogar. Hay quienes se animan a decir que el parto en casa es más natural y mucho más placentero, tanto para la madre como para el bebé.
Según estudios científicos llevados a cabo en Inglaterra, que comparan el resultado final del parto hospitalario con el del parto domiciliario, hay un  incremento en la incidencia de intervenciones quirúrgicas en los partos hospitalarios, con el propósito de evitar complicaciones maternas o fetales. No obstante, el parto domiciliario no es aconsejable para todas las mamás en general.
En caso que ya hayas decidido dar a luz en tu casa, seguramente tu médico te habrá advertido acerca de  las complicaciones que pueden existir y que requieren el traslado  inmediato hasta el hospital más cercano.  También, es bueno saber que no vas a recibir  ningún tipo de anestesia y que tienes que preparar la casa conforme a las indicaciones dadas por el obstetra y la partera.
Al momento de preparar tu casa para el parto,  lo principal es la limpieza extrema de la misma. Además, se debe verificar que  la temperatura de la habitación sea óptima, además de  contar con ropa y toallas calientes para cubrir al bebé ni bien nazca. A su vez, de acuerdo a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se debe contar con un kit de parto, preparado de acuerdo a las indicaciones del obstetra, cuyo contenido deberá permanecer preferentemente esterilizado. Así, se crea un ambiente de asepsia.
Pues bien, dar a luz en casa es igual de seguro que dar a luz en un hospital, claro está, siempre que se trate de mujeres en perfectas condiciones de salud, que no hayan sufrido ninguna complicación durante el embarazo.

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Cuándo comienzan a usar almohada los bebés

Una buena pregunta para plantearnos es acerca de las almohadas y el bebé. Más específicamente, ¿cuándo el bebé puede comenzar a usar almohada? Tal vez aún no hayas  pensado en ello, pero esta inquietud también puede extenderse al empleo de las mantas y/o edredones.
En este caso, se puede generalizar la respuesta dado a que la misma es bastante congruente en términos de edad cronológica. Entonces, para poder usar almohada y mantas, es preciso que el bebé  posea mayor movilidad y sea lo suficientemente autónomo.
Con respecto a la autonomía, el bebé tiene que poder voltearse en la cama para cambiar de posición y quitarse el acolchado en caso que tenga calor o volver a ponérselo si siente frío. Esta clase de comportamiento, solamente se adquiere de manera paulatina a partir del año de vida aproximadamente.
Resulta sumamente importante escoger un acolchado o manta que sean livianos, aunque bien térmicos para conservar el calor corporal durante las épocas de mayor frío. En relación a las almohadas, es aconsejable consultar primero con el pediatra antes de comprar una. Sin embargo, sobre este punto bien podría decirse que no deben ser demasiado altas ni muy pesadas. Incluso, es aconsejable que escojas una almohada hipoalérgica, por lo que no hace falta mencionar que es mejor inclinarse siempre por las mejores marcas. El bienestar de nuestros niños no tiene precio.

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Música para bebés

El contacto con la música encarna grandes beneficios para los bebés. Esto es algo que ha sido extensamente estudiado, desde  campos afines como la musicoterapia, por lo que no cabe duda alguna de que la música es un factor relevante en la estimulación cerebral de los pequeños, sobre todo  durante el primer año de vida.
Ahora bien, cabe preguntarse cuál es la música más adecuada. Si bien existen varias opiniones al respecto, lo más adecuado es la música tranquila con variedad de instrumentos, puede ser cantada o no, pero preferiblemente debe ser rica en armonías y contrastes instrumentales.
En efecto, si bien suele elegirse mucho la música clásica de los compositores más conocidos, como por ejemplo las 4 estaciones de Vivaldi o los Valses de Strauss, hay autores que compusieron especialmente música para la estimulación temprana de los niños, como es el caso de Raimond Lap, un músico y compositor holandés que se ha transformado en un ícono de la composición musical para bebés y que ha recibido excelentes críticas por parte de los especialistas en el tema.
Según estudios realizados hasta el momento, es posible aseverar que al exponerse a los bebés a las melodías aprenden los factores básicos de la música, como son: la armonía, el ritmo y las melodías.

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La importancia de la solidez del vínculo materno-infantil

Un estudio publicado recientemente en la revista Child Development sostiene que los bebés de carácter irritable responden de mejor manera a las personas y situaciones desconocidas, si el vínculo con su madre está consolidado.
La investigación se basó en el estudio del comportamiento de 84 bebés, a quienes se les hizo un seguimiento desde el nacimiento hasta los dos años. La irritabilidad fue evaluada un mes después de haberse producido el nacimiento, y se sometió las reacciones de los bebés a diversas pruebas, que iban desde ser desvestidos hasta hacerles escuchar el repiqueteo de una campana. Aproximadamente un tercio de los bebés estudiados han sido calificados como altamente irritables, y dos tercios como moderadamente irritables.
Al año, los bebés con vínculos sólidos se volvían hacia sus madres cuando se sentían angustiados, en tanto que los bebés sin vínculos bien consolidados no lo hacían.
De esa manera, el lazo con la madre influyó más en su capacidad para conectarse con el entorno que su propio temperamento.
Desde ya, los pequeños irritables y sin un vínculo seguro con la madre, fueron los que respondieron de manera menos satisfactoria a las pruebas de sociabilización, ya que poseían menos capacidad de explorar al caminar en comparación al resto de los chicos.
Tales hallazgos, según apuntaron los investigadores, dan cuenta de que las medidas para fomentar la ligazón entre niños y madres podrían ser más que importantes para los recién nacidos muy irritables.

Mitos y verdades sobre la dentición en los bebés

Uno de los grandes mitos que existen en torno a la dentición es el padecimiento de  fiebre alta. Se acostumbra creer que un ascenso de la temperatura se halla vinculado al brote de los primeros dientes en los bebés. Entonces, cabe preguntarse si es o no la fiebre un síntoma de la salida de los dientes.
Según los expertos, la respuesta es no. Un estudio, que fue realizado recientemente en Brasil, revela que aunque la temperatura de un bebé sube de manera ligera el día en que le sale un diente, la fiebre no constituye un síntoma de la dentición, aunque el babeo y la irritabilidad sí pueden serlo.
La salida del primer diente se produce aproximadamente entre los cuatro y los ocho meses de vida. Por lo general, se asoman primero los dos centrales inferiores y poco tiempo después comienzan a salir los centrales superiores.
Los dentistas brasileños, realizaron un seguimiento a 47 bebés, de entre 5 y 15 meses de vida, a lo largo de 8 meses, para poder estudiar a fondo las señales y síntomas de la dentición.
Según pudieron observar el día en que salió el diente, los niños eran más proclives a padecer escurrimiento nasal, diarrea, sarpullido y falta de apetito, además de irritabilidad, dormir mal, mayor salivación y babeo.
Respecto a la temperatura corporal de los bebés, han notado que ésta tendía a aumentar unas décimas el día en que salía el diente y al día siguiente, pero continúa siendo considerado dentro del rango de lo normal.
En tal sentido, si el niño posee más de 38 Cº de fiebre es un claro signo de enfermedad, más allá de la salida de los dientes, por lo que es necesario buscar la causa y tratarla adecuadamente.
Es preciso señalar que cada bebé reacciona de modo diferente a la salida de los dientes. Algunos niños casi no presentan síntomas, en tanto que otros lo pasan en verdad mal. De manera que para aliviar las molestias de la dentición siempre es bueno ofrecerles bebidas frías, un mordedor, trocitos de manzana o zanahoria fría  y propinarle un delicado y suave masaje con los dedos.