Ella Bisbal Tablada cumple dos años

Ella Bisbal Tablada cumple 2 años. David Bisbal atraviesa uno de los mejores momentos de su vida a nivel profesional. Y es que, no sólo sigue triunfando sobre los escenarios de medio mundo, sino que además, el almeriense también tiene un proyecto  televisivo de lo más interesante. Será miembro del jurado en La Voz.

Un concurso de Telecinco que se prepara con gran expectación y que estará presentado por el veterano Jesús Vázquez que vuelve a casa después de su salto hace un año a Cuatro.

Pues bien, en medio de tantos proyectos y éxitos, está claro que David Bisbal tiene una debilidad. Y esa debilidad se llama: Ella. Su hija es ahora mismo el centro de su vida, aquello que le aporta paz y estabilidad. Y es que, el cantante ha sufrido mucho después de su ruptura con Elena Tablada. Tanto es así que incluso parece haber perdido la fe en el amor.

Ella Tablada Bisbal ya tiene dos años, y es que, el tiempo pasa volando. Los cumplió el pasado 15 de febrero. Por esta razón, como es natural, la niña va a tener celebraciones para festejar este día. Por una parte, Elena Tablada ha preparado dos fiestas para la niña. La niña ha pasado estos días con toda su familia y es que además, está en una edad muy bonita para disfrutar de ella.

Pero como cualquier pareja que se ha separado, tiene que organizar las visitas de la niña. Pues bien, David Bisbal podrá disfrutar este fin de semana de su hija Ella. Una belleza a la que seguro que le encantaría poder ver más a menudo.

David Bisbal quiere que su hija conozca Almería y pueda estar con toda su familia, conozca a sus tíos y primos. El artista siempre ha estado muy unido a sus raíces. Y quiere inculcarle a su hija dichos valores. Felicidades Ella y que cumplas muchos más.

Por otra parte, mientras Elena Tablada ya ha rehecho su vida sentimental, por el contrario, el cantante sigue a la espera de poder conocer a su gran amor. A ese que le haga empezar de nuevo.

Imagen: Mujer Hoy.com

La alimentación en niños de 1 año

Muchos padres, suelen preocuparse cuando comienzan a notar que sus hijos, al llegar al año de vida, ya no comen  en la misma proporción  que antes. Pero esto, en verdad, es completamente normal en todos los niños pues ya no  necesitan comer como lo hacían antes, debido a que el crecimiento es mucho más lento. De modo que ya no precisan  tanta energía extra, como sí ocurría durante sus primeros meses de vida, momento en que engordan y crecen de forma rápida, en proporción mucho mayor  en relación a cualquier otro momento de sus vidas.
Al llegar al año de vida, la energía que ganan a través de los alimentos la usarán en  funciones vitales, como moverse, pero ya no requerirán energía para el crecimiento corporal. De este modo, cuando los niños empiezan a comer menos no hay que preocuparse. Si se les obliga a comer de más  puede ser perjudicial.
Es muy importante, entonces, que se les brinde alimentos saludables, como por ejemplo frutas, verduras, cereales, pan y  lácteos, evitando darle productos de bollería y bebidas ricas en azúcar o gasificadas, de lo contrario se llenarán mucho antes y no recibirán los nutrientes que su cuerpo necesita.
Mientras el niño luzca atento, sano y con energía, no hay motivos para preocuparse. Pero en caso que se lo note cansado, somnoliento y con poco interés por lo que lo rodea, será necesario consultar con un especialista para desechar posibles complicaciones.

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Libertad de elección para una alimentación saludable

Un estudio llevado a cabo en Reino Unido por expertos de la Universidad de Nottingham arribó a la conclusión que si los niños escogen lo que desean comer, disminuye el riesgo de padecer sobrepeso infantil. De manera que los padres tendrían que ofrecerles una variedad de alimentos saludables, en pequeñas porciones, para que ellos elijan.
Según este estudio, la libertad de los niños de elegir los alimentos conlleva un efecto positivo que estimula el desarrollo de hábitos saludables en relación a la nutrición, algo esencial para combatir el sobrepeso y la obesidad infantil.
Para arribar a esta conclusión, se realizó un seguimiento a 155 niños de entre 20 meses y los 6 años de edad, los cuales fueron divididos en dos grupos, uno compuesto por aquellos que podían elegir la alimentación y otro integrado por niños que se alimentaban con papillas hechas por sus padres y sin posibilidad de elegir. De este modo, se logró constatar que los niños que podían elegir los alimentos por lo general ingerían más carbohidratos en relación a los niños que eran alimentados por sus padres con papillas.
Este último grupo de niños, curiosamente poseían gran predilección por los alimentos dulces a pesar de que con las papillas habían recibido una mayor cantidad de frutas, vegetales y carbohidratos en comparación con los niños que escogieron su alimentación y pudieron disfrutar de bocadillos variados.
Al concluir el estudio, se concluyó que el porcentaje de niños con problemas de sobrepeso y obesidad era superior en el grupo de niños que eran alimentados con papillas. Según los expertos, esto se debe a que luego de la lactancia materna, permitir la libre elección de alimentos favorece que los niños aprendan a controlar el consumo alimentario, aumentando así la preferencia por los alimentos sanos y disminuyendo,a su vez, el Índice de Masa Corporal.

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Cuánto medirán nuestros hijos de grandes

La edad ósea no coincide en todos los casos con la edad real del niño, de ahí que hay unos más altos que otros en relación a su edad cronológica. El crecimiento del esqueleto no posee un patrón fijo, por lo que varía de una persona a otra. Se considera que se trata de una característica que se hereda.
Para saber si la edad ósea se encuentra retrasada o adelantada, el pediatra acostumbra pedir una radiografía de la mano y de la muñeca izquierda, en la cual es posible apreciar la cantidad de cartílago que todavía  queda disponible. Cuando los cartílagos se cierran, el hueso ya no puede crecer más. De modo que para saber si hay un adelanto o retraso de la edad ósea, se calcula la calcificación de los huesos de esta zona, con el fin de determinar su maduración y, por ende, su edad aproximada.
Siempre que no haya enfermedades preexistentes que puedan llegar a influir en el crecimiento, los niños generalmente alcanzan la talla correspondiente por su herencia genética, a pesar de que esto puede suceder antes o luego de lo previsto.
Para conocer cuánto medirá de grande, hay diversas fórmulas, como es el caso de la «talla diana«, la cual resulta de la talla del padre más la talla de la madre más 13 / 2. En el caso de los varones, se agrega 13 a la suma de las tallas de los progenitores, mientras que en las mujeres se resta 13 a dicha suma.
Otro método que existe reside en calcular la «talla proyectada», teniendo en cuenta una gráfica de percentiles, hasta alcanzar los 18 años de edad. Asimismo, hay otros cálculos que tienen en cuenta la edad cronológica, así como la talla, la edad ósea, la velocidad de crecimiento en el último año y el nivel de desarrollo puberal. Con este método, es posible predecir la talla definitiva con un margen de error es de 2 a 4 cm.
Los resultados de tales fórmulas pueden variar en función a la carga genética de sus padres.

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Objetos peligrosos para los niños

Es muy común que los niños se traguen accidentalmente objetos, como  botones, anillos, monedas, alguna pieza pequeña de un juguete, etc.
Los bebés, naturalmente se llevan a la boca los objetos como una forma de reconocerlos, y es allí cuando tales objetos pueden ser aspirados o tragados por accidente. Por lo que si el objeto no es eliminado de forma natural, necesitará ser sometido a una endoscopia o incluso una cirugía.
Ante esta situación, los padres tienen que estar atentos para poder evitar que el niño se atragante. En caso que el pequeño se ponga morado, sufra asfixia o pierda el conocimiento, habrá que trasladarlo de inmediato a un centro de emergencias.
Para prevenir este tipo de situaciones, es necesario evitar alimentar a los bebés mientras se encuentran llorando o riendo ya que existe el riesgo que el alimento pase a las vías respiratorias. También, es necesario evitar que use ropa  con accesorios que se puedan desprender, como botones, lentejuelas, etc;  evitar que jueguen con objetos redondos y duros, como por ejemplo pelotitas, canicas, granos, semillas, joyas y partes de juguetes que están sueltos o rotos, entre otras cosas.
Si se trata de niños, hay que tener especial cuidado con productos químicos habituales en el hogar como insecticidas, limpiadores, lejía, etc, que además de envenenamiento pueden provocar quemaduras. Asimismo, es preciso evitar que haya medicinas a su alcance.

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Prácticas caseras para predecir el sexo del bebé

Saber el sexo del bebé apenas quedamos embarazadas, es algo que muchas mamás han convertido en una auténtica ciencia de adivinación. De este modo, somos capaces de predecir si será niño o niña con tan sólo observar, por ejemplo, la forma de la barriga, la cara y la piel de la embarazada, los antojos, realizando el ritual de la cadena o el de la aguja,  etc.

Se dice que cuando la barriga de la futura madre es redonda se trata de un niño y cuando es de pico, niña, aunque para algunos es al revés. De igual modo, existe la creencia de que cuando esperas un niño estás más guapa, todo lo contrario a cuando se trata de una niña.

Otras creencias que existen al respecto indican que si la edad de la madre es impar será niña y si es par niño.  También, se suele apelar para realizar dichos vaticinios a una aguja pendiendo de un hilo, o el calendario lunar o tabla china.

Si bien se trata de creencias, por cierto, muy entretenidas, es bastante ingenuo o aventurado de nuestra parte confiar en ello. De modo que si queremos saber el sexo de nuestro bebé, lo mejor es fiarse de las ecografías.

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La altura de los niños

El estirón de los niños es algo que resaltamos con orgullo en las reuniones sociales. Hay que tener en cuenta que la cuestión de la altura de los niños está transformándose en una preocupación, la cual puede derivar en complejos, no sólo en los niños sino también en los padres.
Hay muchos factores que influyen en el crecimiento de un niño: los genéticos, que están  determinados desde la concepción y que tienen que ver con la talla de los padres, el sexo y la raza; la alimentación, el ejercicio, los hábitos de vida y las enfermedades que padeció el niño, entre otros factores externos.
En la primera infancia, el crecimiento se da como un proceso homogéneo, a pesar de que  hay algunos períodos en los que se puede acelerar provocando un estirón repentino. Está comprobado que la fiebre también estimula la hormona del crecimiento, por lo que es muy común que después de una enfermedad se note que el niño ha pegado un estirón. De todos modos, es bueno saber que un niño bajito puede llegar a ser alto cuando alcance la vida adulta, pues existen niños que, debido a distintas razones ya sean ambientales u hormonales, crecen a un ritmo más lento y, en cierto momento, alcanzan el ritmo normal logrando así una altura correcta. Asimismo, hay niños que, por diferentes causas patológicas, padecen una maduración ósea acelerada, que luego se detiene sin alcanzar mucha estatura. Después, durante la pubertad, el niño experimenta un crecimiento muy marcado producto de la acción de las hormonas y al concluir dicha etapa los cartílagos de los huesos se cierran, finalizando el proceso de crecimiento.
Una alimentación rica en lácteos, frutos secos,  sal yodada y huevos, favorecerá la fabricación de la hormona del crecimiento que, sumada al ejercicio regular, puede elevar la talla de los niños.

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Riesgos del embarazo prolongado

Entre 37 a 42 semanas es lo que dura un embarazo normal. Cuando se sobrepasan las 42 semanas, contando a partir de la fecha de la última menstruación, es considerado un embarazo prolongado y, por ende, de alto riesgo. Dicha situación, ocurre con mayor frecuencia en mujeres menores de 35 años, generalmente madres primerizas.
Normalmente, se aguarda hasta la semana 41 y, en caso de no desencadenarse el parto,  se evalúa a través de ultrasonidos realizar una inducción o una cesárea para evitar futuras complicaciones. Para ello,  se lleva a cabo un seguimiento al estado de salud del bebé, evaluando los movimientos fetales, la frecuencia cardíaca y el funcionamiento de los órganos, entre otras cosas; la cantidad de líquido amniótico, ya que si disminuye  puede provocar trastornos en el feto; el buen funcionamiento del cordón umbilical para asegurar la buena nutrición del bebé, caso contrario habrá sufrimiento fetal; el estado de la placenta, pues si está madura no garantiza la nutrición del bebé, corroborar si el bebé elimina materia fecal (meconio), a través de la observación del líquido amniótico; y la madurez de los pulmones, para verificar si el bebé se encuentra preparado para respirar por sus propios medios.
Mientras no existan problemas en la gestación, se suele aguardar hasta la semana 42 para hacer una inducción del parto o una cesárea. Pasado ese lapso, se corre el riesgo de que el bebé aspire el meconio a sus pulmones.

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Lo bueno y lo malo de usar andador

El andador, si bien es usado desde hace mucho tiempo, está dejando de ser usado por recomendación de los pediatras. Pues este objeto, aunque le permite al bebé desplazarse de un lugar a otro, sentado o semi-sentado, no enseña a caminar al pequeño, puesto que con su uso no aprende a sostener su cuerpo ni ejercita su equilibrio, ambas condiciones básicas para poder caminar.
Los especialistas, suelen no recomendar su uso por motivos tales como: puede retrasar la función motora porque  al usar el andador el pequeño saltearía  etapas, permaneciendo sólo sentado o semi-sentado impulsándose con los pies. Además, el niño por lo general tiende a caminar hacia los costados en lugar de hacerlo de frente, y no incentiva el balanceo de los brazos al caminar, algo indispensable para la coordinación para caminar bien. Incluso, no le ofrece una noción clara de su espacio, y no ejercita su equilibrio.
Otro de los puntos en contra es que puede producir accidentes, porque los adultos solemos confiarnos y no les prestamos atención. Así, los niños pueden coger objetos peligrosos, volcar objetos pesados, o volcar ellos mismos con el andador, entre otras cosas.
Pero por supuesto que el andador posee algunos puntos a favor, ya que ofrece  libertad de movimiento al bebé, lo cual le permite explorar y desplazarse por todos lados, siendo una gran experiencia. Y, también, es muy útil en el caso de los niños muy activos, pues es el juguete perfecto para liberar energía.
En definitiva, el uso del andador queda a consideración de los padres. Lo ideal, sería que el andador no sea solo una ayuda para los padres, para liberarlos y permitirles hacer sus cosas, sino que sea principalmente una experiencia divertida para nuestro hijo, siempre bajo nuestra supervisión.

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La gripe en bebés y niños

Una de las enfermedades más frecuentes en los niños es la gripe, una infección respiratoria muy contagiosa, con un período de incubación de 1 a 3 días, cuyos síntomas son fiebre alta, cefaleas, vómitos y tos seca. Aunque también, en algunos casos, pueden presentar rinitis, conjuntivitis y faringitis.
Este estado gripal, que suele durar de 2 a 4 días, aparece en casos aislados o en forma de brotes, pudiendo llegar a producirse epidemias, sobre todo durante la época invernal.
En el caso de los más pequeños es común que se presenten complicaciones como la Otitis media aguda y Bronquitis.
Esta enfermedad viral, es producida por el virus Influenza, pero a menudo surgen tipos de virus nuevos, de modo que se torna difícil prevenirla.
Los ancianos, niños y las personas con asma, cardiopatías, desnutrición, diabetes y trastornos de la inmunidad, entre otros, son los más afectados, en algunos casos gravemente. Por lo que quienes conformen dicho grupo de riesgo tienen que visitar al médico antes que comience el invierno para que les apliquen la vacuna antigripal.
Vale aclarar que no es necesario tomar antibióticos en caso de tener fiebre, con un antitérmico bastará. Sólo si la fiebre persiste por más de 3 días, el médico recetará antibióticos.
Para el tratamiento de la gripe, se aconseja reposo, beber mucho líquido y la realización de nebulizaciones para desobstruir las vías respiratorias altas.

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